Una vida llena de reglas y algunas restricciones, un padre un poco estricto, una madre llena de energía y ganas de vivir, una hermana rebelde, un hermano que pienso que es adoptado, pero mis padres insisten que no lo es, aun así, lo amo y, por últim...
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Un mes después...
Tomo mi café caliente mirando por los grandes ventanales a la ciudad frente a mí, estoy en la cafetería del hospital, son las cuatro de la mañana, apenas he logrado conciliar el sueño en estos últimos días, el doctor nos dijo que hubo una leve mejoría en la salud de Damián, pero aún no despierta.
He pasado mas de un mes en este hospital, el rey se tuvo que llevar a la reina a que descanse un poco, así que estoy sola, luego de llamar a Jack y decirle lo que me dijo el doctor, espero su llegada.
—Hola niña — saluda Jack sentándose al frente mío y el hombre que conocí no es nada comparado al de ahora, sus ojos apagados, ojeras bajos de ellos, su piel más pálida de lo normal y su cabello esta desordenado, supongo que viene desde mi casa.
—Hola Jack.
El me mira fijamente y su expresión se vuelve más seria.
—Vamos, necesitas descansar.
Lo ignoro, pensar que alejarme de Damián me hace removerme.
—Se está recuperando un poco.
Su mirada cambia a una de alivio, pasa una mano por su cabello suspirando, me sonríe de lado.
—Tu debes dormir un poco, cuando Damián despierte me va a matar si te ve así.
Mi corazón se acelera desesperado y una punzada me hace temblar.
—¿Y si no despierta? — susurro atormentada, tapo mi rostro con mis manos intentando no llorar, están heladas.
—Va a despertar, créeme lo hará.
Se levanta, bajo mis manos temblorosas al ver que me extiende una de la suyas.
—Vamos, mi tío Max se quedará con él, mientras tu duermes y descansas un poco.
Dudo unos minutos, Jack lo nota, toma mi mano y me ayuda a levantarme, me sonríe dándome seguridad, Max estará pendiente, caminamos juntos hasta su auto, subimos y el arranca.
—Debes comer bien Elissa, podrías enfermarte — su voz llama mi atención, suena preocupado.
—Lo hare — susurro.
No tardamos mucho en llegar, bajamos y entramos a la casa de mis padres, él va a la habitación de mi hermana y yo luego de semanas voy a la mía, entro a mi baño y comienzo a desvestirme.
Me tenso al ver mi reflejo en el espejo, no me reconozco, veo a una chica pálida, con ojeras, su cuerpo esta más delgado y su cabello es un desastre, desvió mi mirada con ganas de llorar y entro a la ducha.
Me tomo el tiempo necesario como para relajarme un poco, luego de eso me coloco mi pijama y me acuesto en mi cama, recuerdo los brazos de Damián rodeando mi cintura hasta quedarme dormida.
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Siento que algo se mueve a mi lado y cuando me giro veo a Liam.
—Dile hola a tu tía — dice Catherine sentada detrás de Liam, el me mira y pone una de sus manos en mi rostro, yo sonrió un poco.
