Siento el sol en mi rostro, su calidez en un día tan frio como este, siento la presencia de Mateo llegando a mi lado, últimamente nos hemos hecho mas cercanos, es un buen chico.
—Buenos días — el rey llama nuestra atención al llegar, lo vemos y mi sonrisa se desvanece un poco, nunca lo había visto así, abatido. —Van a ir a darle otro mensaje a Katherine.
Ambos asentimos, ha pasado una semana desde el entierro de Damian, el rey solicito nuestra presencia, decidimos esperar en el patio, buscando un poco de calor del sol, la reina se acerca, y mi pecho se encoje, sus ojeras intentando ser cubiertas por el maquillaje, sus ojos tristes nos saludan y un leve temblor en su labio al verme termina con mi sonrisa.
—Esta va hacer la última carta, gracias por su ayuda chicos — la suave voz de la reina es como una caricia a mi destrozado corazón, aunque le cuesta, ella nos sonríe.
Con Mateo ya con la ropa de la anterior vez salimos de allí hacia mi auto, subimos en silencio y cuando ya estamos en la carretera comienza una charla amena entre nosotros.
—Entonces así conseguí entrar a la universidad que quería —me explica, yo le sonrió alegre, había luchado mucho para ir a estudiar allí.
—Eres todo un niño inteligente ¿no?
—Si, pero a veces ser estudioso e inteligente no lo es todo.
Yo lo miro extrañada y el me sonríe un tanto triste.
—He perdido a muchas personas por concentrarme solo en estudiar y estudiar, tuve problemas con el estrés y tuve que lidiar con problemas de ansiedad, aun así, lo conseguí, pero estoy solo.
Lo miro por unos segundos cuando el semáforo se pone en color rojo.
—Los verdaderos amigos a pesar de todo se quedan contigo y si no lo hicieron pues perdieron la oportunidad de tener una amistad de una persona increíble, estudiar todo el tiempo no es saludable, está bien salir a distraerse un rato y tomar un respiro de todo el estrés, créeme aun tienes mucho que vivir, además ya mismo comienzas la universidad y ahí encontraras a más personas que te aceptaran tal y como eres, saldrás con ellos e igual estudiaras con ellos, a veces la vida te pone en esa situación para que aprendas algo de eso.
El semáforo cambia de color y avanzo, suelta un suspiro más aliviado.
—Gracias Eli, realmente necesitaba escuchar esas palabras.
Le sonrió con cariño, es un buen chico.
Luego de un par de horas más de charlas y escuchar música llegamos a la casa de Katherine, bajamos juntos y apenas Mateo toca el timbre ella abre la puerta ansiosa por vernos de nuevo.
—¿El rey mando otra carta? — pregunta emocionada.
— Aquí esta— murmuro mientras se la entrego, por unos segundos me queda viendo fijamente.
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El Príncipe Damián
Teen FictionUna vida llena de reglas y algunas restricciones, un padre un poco estricto, una madre llena de energía y ganas de vivir, una hermana rebelde, un hermano que pienso que es adoptado, pero mis padres insisten que no lo es, aun así, lo amo y, por últim...