Οκτώ

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Nos costó mucho coincidir, para dejarnos ir tan fácilmente.

- Carlos Rizo.

YoonGi se pasó la noche junto a JiMin y aquel omega, parecía más atento que cualquier otro guardia de seguridad personal, un noble servidor hacia JiMin. El mayor pronto se separó del más pequeño para no toparse con el hombre que al menos él mismo reconocía y temía y su lobo gruñía, ordenaba lo dejaran salir para hacer de ese tipo carne sangrienta y sin vida. El palido logró controlar su agresividad y fue con un trago para JiMin, se disculpó y poco después el menor agradeció.

- ¿Podrías traerme... -

YoonGi agarró una bandeja de comida y se la dió a JiMin, este sonrió y comió. La mujer al ver aquello una gran curva se formó en sus labios; pero guardó silencio, pronto hablaría con su hijito sobre ello. El gobernante de la manada de Busan, padre de JiMin, pronto reconoció a YoonGi como el atrevido alfa que trató de adueñarse de su propiedad y matarlo así que se acercó a él para agarrarlo del cuello de su ropa, alterando al chico que golpeó su mano para que la quitase.

- ¿Como osas venir aquí y asociarte con mi hijo? -

- Soy su guarda espaldas, por eso estoy aquí, no vuelva a tocarme. -

YoonGi se alejó del hombre unos pasos, para luego darle la espalda; pero Park no lo dejaría ir. Lo agarró del brazo, no trataba de llamar la atención de nadie sobre ellos y ahora estaba en un estado de agresividad bastante elevado, eso no sabiendo quien realmente era YoonGi, o más bien, qué era para él.

- ¡No soy un juguete para que me andes arrastrando a donde quieras! -

YoonGi se avergonzó luego de notar muchas miradas sobre él, perfecto, ahora creerían que el líder de Busan tenía un amante y en esa situación preferiría que todos pensaran que estaba con su hermano. JiMin frunció el ceño luego de voltearse y ver a YoonGi, empezó a temer que el pálido entrara en algún estado de pánico.

- ¿YoonGi? -

JiMin se acercó lo más pronto posible, debía sacar a YoonGi de ahí.

- Park, ¿Estas con este lobo y con tu mujer? -

- ¡No! -

YoonGi se apresuró a responder, JiMin se sorprendió, nadie se atrevía a responder a los de Seúl. El pálido retrocedió, chocando con el más pequeño. Lo tomó de la muñeca con fuerza para que se calmara o al menos tratara. El chico se encontraba temblando, pues la gente de Seúl se sorprendió ante el tono de voz de YoonGi y eso no les había agradado.

- ¿Quién eres muchacho? -

- ... No debería decirles. -

Miró al hombre al cual le temía de reojo para luego mirar JiMin. Necesitaba irse y el menor lo había entendido.

- Lo llevaré fuera y lo calmaré. -

- ¿Eres tú el responsable de que esté aquí? -

JiMin miró el omega detrás de él y volteó a YoonGi, desgarrando parte de su ropa para enseñar las marcas en su nuca y el pálido lo odió.

- Es mío. -

El lobo de YoonGi gruñó fuerte, quería matar a JiMin en ese instante. Se había portado bien, ¿Porqué hacía eso?

- Trata de calmar al delta... -

YoonGi se tensó.

- Es un omega, por más que no lo parezca. No lo vuelvan a insultar y tú no lo vuelvas a tocar. -

JiMin tomó al pálido de la muñeca y lo llevó fuera, caminó entre todos con la frente en alto, luego de gruñirle a su padre.

- Min YoonGi. Habláremos luego, muchacho. -

El chico lo ignoró y al salir miró a JiMin con enojo.

- ¿Por qué hiciste eso? No tenías porque enseñarle a todos ahí mi espalda ni nada por el estilo. ¿Qué hice para merecer eso? -

- Deja de ser tan paranoico, escuchame. Si no lo hacía te llevarían y harían mal. -

- ¿Qué me harían? -

- Parece que llegaste al mundo una semana, YoonGi. No lo sé, nadie lo sabe, ¿De acuerdo? Trata de tener más cuidado con tus palabras, YoonGi, una más y ni yo te podré salvar. Seúl no es tan misericordioso, es la capital, pueden hacer lo que se les venga en gana, si se enteran que eres un delta, no dudaran en matarte. -

YoonGi miró a otro lugar.

- Ellos saben. Solamente me ayudaste. -

- Lo siento, YoonGi. -

- Guarda silencio, JiMin. Voy a morir pronto, no se puede hacer nada, ¿Sabes? -

Los ojos del pálido se aguaron y miró a otro lugar, quitó la ropa desgarrada para tirarla en el suelo. Se abrazó a sí mismo y retrocedió, alejándose de JiMin.

- Por favor, no te acerques más a mi, no quiero morir. -

- No lo harás, YoonGi -

- No te aparezcas más en mi bosque, JiMin. -

- No quiero dejarte ir, YoonGi, quiero ayudarte, ser tu amigo, quiero cuidarte también. Siento mucho lo de hace un momento; pero si nadie te reclamaba o algo, te lastimarían y no quiero eso para ti. -

El pálido miró a otro lugar, no confiando en las palabras de JiMin, su preocupación hacia él le había conmovido y agredecía encontrar a alguien así luego de todo lo malo por lo que ha pasado por un tiempo en su vida. Agarró a JiMin de la muñeca para jalar de él con una leve sonrisa.

- Vamos... Te debo una ronda de jugadas. -

JiMin sonrió y fue con YoonGi al bosque, su bosque. Estaban felices, ambos, al llegar se dieron las espaldas y se quitaron la ropa para transformarse. Esta vez, YoonGi tenía el control de sí mismo. Corrieron por todo el lugar, jugaron a las peleas como dos niños que eran muy amigos, se tiraban al suelo y escondían. Eran dos enormes lobos con el alma de un pequeño cachorro, frágil y juguetón. JiMin se lanzó sobre YoonGi para morder su oreja y jalar de la misma con cuidado, el de pelaje oscuro se dejó dominar y poco después rió entre jadeos. Se dejaron caer al suelo, junto al río, YoonGi tomaba agua del mismo a nada de caer dormido, miró a JiMin y se acercó al mismo para lamer su mejilla. El de pelaje plateado miró al su acompañante sorprendido y luego sonrió para relajarse junto a él, poco después los dos cayendo en un profundo y tranquilo sueño bajo las estrellas del bosque.

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Love Me Flawed Under The Stars Of The ForestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora