είκοσι επτά

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Lo que ves, no siempre es lo que es. Todos tenemos máscaras.

- Mizar O'Shanne.

YoonGi se quedó mirando a un punto fijo, tragó de manera exagerada, con los ojos llorosos antes de hablar.

- ¿De qué hablas? Hoseok... Yo no los abandoné. -

- ¡No mientas, Min! Eres un maldito egoísta, un sucio. -

Las lágrimas del pálido rodaron por sus mejillas, aparte de que no entendía eso de que su familia murió hace más de una década y que su chico tenía 12 años menos que él, él sabía no era su culpa desaparecer. JiMin bajó las escaleras, luego de ponerse un pantalón de pijama y miró a los dos hombres en la sala.

- Escúchame, Hoseok... Yo no quería desaparecer, no fue una opción, yo... -

- Ahora inventarás una estúpida excusa diciendo que no tenías opción, que era para protegernos. Cliché, mierda, ¡Eso es una puta mierda! ¡Mentiroso! ¡Egoísta! Solo piensas en tu maldito bien estar. -

- ¡Ya me tocaba, maldición! -

Gritó YoonGi ahogado.

- No sabes nada de mi, ¡Absolutamente nada! No sé como llegué a Busan, no sé de que hablas, tantos años, si dices que mis padres murieron cuando tenía 21, eso fue hace 5 malditos años, Hoseok. No tenía idea de lo que pasaba en Daegu. ¡Yo no quería desaparecer, no sabía que eso pasaría! -

JiMin caminó ligero para ir con su chico y abrazarlo luego de ponerse a su altura, le prestó su hombro para llorar en silencio pronto oliendo algo de sangre entre todo el tranquilo aroma a roble recién bañado en lluvia. Le acarició el cabello al pálido y le acarició la mejilla con la punta de su nariz.

- Tranquilo, calma, SeolTang. -

Susurró, cuando sintió YoonGi se había calmado lo suficiente se separó un poco para levantarse y enfrentar a Hoseok.

- ¿Por que demonios le gritas a YoonGi? ¿Quién carajos te crees para hacer eso? -

Interrogó molesto.

- ¿Y tú que te crees en hablarme así? -

Hoseok se puso nervioso; pero trató de no hacerlo notar. Se vió con celos cuando JiMin abrazó a YoonGi y acariciaba su cabello y mejilla.

- Estas en mi casa y le estas gritando a YoonGi, llamándolo de maneras que no se merece. -

Hoseok rodó los ojos y gruñó lo más fuerte que pudo, no quería verse intimidado por el líder de Busan, pues el de Seúl, su amo, era mucho más poderoso y daba más miedo. JiMin suspiró y miró a YoonGi que tenía algo de sangre corriendo por su labio la limpió con cuidado para mirar al mayor de los tres.

- ¿Qué razones tienes para hablarle así a mi pareja? -

Habló JiMin con tranquilidad. Pensó que era mejor echarcelo en cara a Hoseok, lo miró con seriedad acariciando la mejilla y cabello del pálido. El de 35 quedó en shock cuando escuchó a Park.

- Entonces es cierto. Estas con alguien mucho menor que tú. -

- No sé de que hablas, Hoseok... JiMin solo tiene 2 de diferencia. Me estas poniendo ya 36, cuando no es así. ¿Qué te pasa? -

YoonGi se levantó con cuidado para no caerse, tambaleante y temblando, se apoyó en JiMin quien se mantuvo firme para él, sosteniéndole por la cintura.

- Dices que murieron hace mucho tiempo, 15 años, eso fue hace cinco, Hoseok. ¿Estas buscando meterme en problemas y hacerme sentir mal? No es mi culpa. ¡Tan siquiera podía hacer nada ni por mi mismo! Solo... -

JiMin lo miró y luego a Hoseok con mucha rabia, sentía a YoonGi desmoronarse, sentirse tan mal y desdichado. Eso al de cabello platinado lo estaba matando, le dolía sentir a su amado así.

- ¿Tu qué, YoonGi? Siempre estas inventando excusas, enfermas. -

Tambien le daba lastima a Hoseok ver a YoonGi así; pero no podía verse dolido por ello.

- No importa... Por favor, marchate, Hoseok. Tengo dolor de cabeza, estoy cansado y mañana tengo muchas cosas que hacer, ¿entiendes? No puedo lidiar con muchas cosas a la vez. Me alegra hayas venido a decirme esto. -

Agradeció haciendo una pequeña reverencia al chico y cubrió su boca con su mano para caminar con cuidado a la habitación teniendo que subir escaleras por más que no quisiera. Al llegar al cuarto y escuchar la puerta de abajo cerrarse, cayó al suelo, trató de calmar su respiración entrecortada, intentaba no entrar en pánico y gritar de la desesperación cuando JiMin entró y al ver su estado corrió al chico para tratar de ayudarlo.

- SeolTang, ¿Qué pasa? -

Preguntó preocupado, viendo las lágrimas del pálido correr por sus mejillas.

- Otra vez... No... Quiero... Recordar... -

JiMin lo sentó en la cama e hizo lo mirara, quitó con cuidado sus lágrimas.

- Calma, por favor... -

Lo abrazó con fuerza y ternura, acariciando el cabello del chico. Lo shusheó de manera suave en un intento casi desesperado por calmar a YoonGi, había funcionado, los sollozos eran casi inaudibles. Los brazos delgados y pálidos rodearon la cintura de JiMin para acercarlo más, puso su cabeza en su pecho escuchando los latidos del menor, embriagandose de su aroma agridulce.

- ¿Mejor, Seoltang? -

YoonGi asintió con cuidado pronto hipando un poco, pegó un suspiro y limpió otro par de lágrimas con la camisa que JiMin ocupaba.

- ¿Quieres hablar de lo que pasó? -

El peli-negro negó suavemente sintiendo las tiernas caricias en su cabello.

- ¿Sabes puedes decirme cualquier cosa cuando sea? -

El pálido levantó su vista al escuchar la seria voz de JiMin, lo miraba con ojos de cordero; pero su ceño estaba fruncido, luego él asintió tembloroso.

- Aún... No estoy listo para decirle a alguien. -

- Si no me cuentas, no estarás listo nunca, no podrás superarlo cargando con todo eso tú solo, Seoltang. Debes dejar que cargue esto contigo y pronto verás el resultado, de que aunque te siga doliendo, no te cause ataques de pánico como estos, ¿Entiendes? -

YoonGi, cerró sus ojos y asintió con lentitud, se había quedado mirando el suelo después de escuchar a JiMin, lo sostenía cada vez más fuerte contra él, ahora más que se sentaba en su regazo para que él reposara su cabeza sobre su hombro.

- Gracias -

- Nada... Es mi deber, como tú Alfa -

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Love Me Flawed Under The Stars Of The ForestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora