Que te critiquen por ser diferente, es mejor a que te comparen porque te volviste igual que los demás.
- Unknown
JiMin se dedicó a vestirse para su cita. No era la gran cosa, iba con un omega , realmente le caía bien; pero no le gustaba. Poseía todo un harem para sí solo, lleno de mujeres y hombres, de los cuales ha recorrido la piel de cada uno en su momento; sin embargo, ningún omega le ha causado la necesidad quedarse a su lado o tan siquiera ha desarrollado algún tipo de sentimiento hacia alguna de ellos. Él no era normal, era considerado una desgracia y vergüenza para su manada, tanto que podría ser privado de todo. Los jefes de la manda harían lo que fuese porque aquel chico fuera explusado del grupo, pues, se creía que era contagioso; aquellas personas preferían ser asesinado a no estar en una manada, ser alejados de quienes conoce. Todos decían era un enorme fallo en su ADN, provocando que se incline hacia otra cosa que no debía.
— ¡JiMin, apurate!. Tu cita está aquí.
El chico se terminó de arreglar y bajó las escaleras de su hogar. La mujer omega sonrió para luego acomodar el cabello de su hijo.
— Madre.
Se quejó y suspiró, el omega frente a él hizo una reverencia. El olor de JiMin era suave, sabía que si llegaba a intentar que su aroma se notase su padre se encargaría de darle su castigo. Los herederos debían respetar al Alfa del grupo; especialmente si se encontraban en su casa.
— Vamos.
JiMin se acercó y tomó la mano del chico que acompañaría. Salieron de la mansión, el omega no esperó mucho cuando abrazó el brazo del alfa. Había esperado mucho para estar al menos unas horas con JiMin.
— ¿A dónde iremos, JiMin?, ¿Cenaremos juntos?. Los sirvientes me tratan mal, ¿Puedes decirles que no lo hagan?
— No estoy seguro. Los betas de la casa solo siguen ordenes de mi padre y no puedo hacer nada al respecto.
— Ya quiero que seas el alfa de la manada, serías más justo.
JiMin lo miró de reojo y se encogió de hombros levemente. El omega suspiró.
— Lo siento, JiMin. No fue mi intensión, ¿Sabes?.
El nombrado llevo su vista a otro lugar. No volvieron a hablar, cenaron en un lugar extremadamente lujoso, aunque no intercambiaron muchas palabras, JiMin no era de hablar y el omega era muy tímido, siendo incapaces de crear algún tipo conversación. El tiempo de la cita había terminado, a pesar de que para JiMin fue absolutamente nada, el omega estaba completamente encantado.
— ¡Gracias, JiMin, Gracias!
El omega estaba muy entusiasmado y, a pesar de que JiMin no compartía el mismo sentimiento, habían repetido eso miles de veces y pocas cosas seguían gustandole. Aún así sonrió.
— Sí, deja de agradecer, no fue nada.
— Claro que lo fue. Eres increíble, JiMin.
Le dió un suave y corto beso en la mejilla en forma de despedida. El chico entró a la casa como si nada, su padre lo miró para después seguir en lo suyo.
— ¿Como estuvo tu día, hijo?
— Igual. Nunca hay nada nuevo, si no son citas ya sabes que es.
— Se nota eres mi hijo.
Lástima que a veces lo odiaba.
— Aún no he encontrado mi pareja, padre. Esto no me ayudará en lo absoluto. Estos omegas, ninguno me llena.
— Necesitas un omega. Muerdelo en la nuca, no te afectará, JiMin. Evitemos un matrimonio arreglado por la capital.
El más jovén sonrió burlón, estaba molesto.
— ¿Evitar un matrimonio arreglado? Estas tratando de arreglarme un maldito matrimonio con algún omega con el cual no tengo necesidad de estar.
El hombre levantó la mirada encontrándose con su hijo enojado. En un pasado, JiMin había hablado muchísimo sobre encontrar a su pareja perfecta, tener una vida llena de alegrías, siendo totalmente intachables; pero a su padre parecía importarle poco.
— No marcaré a nadie. Quiero casarme con alguien que amo.
El hombre suspiró.
— Park JiMin. Tienes todo un harem, escoge a alguien, marcale, casate y ya. Se acabó.
— ¡Mierda! Cuanto desearía irme del país en este instante.
— Cariño, no digas esas cosas.
Su madre frunció el ceño, notando como JiMin maldecía mientras subía las escaleras para ir a su habitación. Actuaba como un niño mimado, eso era, un alfa mimado.
— No entiendo, no es justo que siempre quiera hacerme lo mismo.
JiMin hablaba consigo mismo. Se dejó caer en la cama y suspiró abrazando su almohada. Sentía que iba a morir, tenía muchas cosas que hacer y aún no era el alfa de la manada. Debía buscar un omega, mantenerse respetuoso ante su padre y madre, ser buen ejemplo para niños y adolecentes, ser un buen hijo, entre otras cosas que lo estresaban. Su deber era mantenerse callado cuando sus padres hablaban sobre él, ocultaban sus errores tachandolo como el intocable, el mejor primogénito de todos. Quería ser él mismo, no alguien perfecto; sin embargo, le aterraba que lo expulsaran y se quedara sin familia, sin la pareja que tanto ha soñado, sin ningún tipo de futuro. Los ojos de JiMin se cristalizaron cuando se imaginó sin nada, en lo más profundo de los bosques, buscando que hacer o comer, o a alguien que le quisiera a pesar de toda la mierda por la que ha pasado. Aún así, teniendo alguien con él, ¿Cómo podría darle algo? Siempre solía pensar en ello al momento de estar solo, luego de pelear con su padre, no tendría nada, ni un pequeño techo en el cual acurrucarse. No podía permitir ningún error y aún así, cometía demasiados para ser hijo del alfa.
Las horas pasaron con lentitud mientras JiMin pensaba en todas esas cosas que podría hacer siendo normal, no tendría que ocultarse y, tal vez, ya tuvíera a alguien precioso, estuviera casado. Con los minutos quedó profundamente dormido, soñando con aquella persona que tomaría de la mano para siempre, lejos de la gente que criticaría hasta el más mínimo movimiento que no hiciera como un hijo alfa perfecto.
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Love Me Flawed Under The Stars Of The Forest
FanfictionOmegaVerse Park JiMin: Solía ser un pequeño normal, cuando a sus 15 años empezó a verse brutalmente atraído por cosas que no debía, notando que para su manada era una desgracia de Alfa y tenía que mantener eso en secreto de todos, haciéndose pasar p...