¿Que me Sucede?

1.7K 74 0
                                    

Elena vio por encima de su hombro y abrió los ojos como platos, su piel se erizó, sintiendo un espantoso escalofrío. Volteó con lentitud sin mirarlo a la cara, a medida que él se acercaba, ella retrocedía, hasta tropezar con una roca y caer al húmedo suelo.

-       Tranquila, vengo en paz – dijo Hygan actuando como un hippie- te ves hermosa con esa falda-se llevó la mano a la barbilla, pensando, mas bien observando – Súbetela

-       ¡No! – exclamó con firmeza- ¡lárgate de aquí y déjame en paz! ¡Enfermo!

Prosiguió a levantarse, pero Hygan la empujó al suelo, éste alzo su falda negra y  contempló por un rato.

-       Bonito trasero – prosiguió a darle una nalgada; la chica comenzó a temblar- tranquila, cálmate, estas blanca como la cal…-prosiguió a reírse.

-       Hygan, por favor – comenzó a llorar- no sigas con esto

-       Tranquila- le dijo sentándose en la tierra húmeda y poniéndola a ella entre sus piernas- te dije que vine en son de paz…- hizo contacto con su labios.

El corazón de la chica comenzó a latir desenfrenadamente.

-       Ábrelos – susurró, Elena no respondía- ¡Vamos!

Al ver que no acataba su orden, la besó con vulgaridad. Sintiéndose asqueada, presionó su pecho, hasta quitárselo de encima.

-       Mi hermana ¿en donde está? – preguntó ella

-       ¿De que hablas? – preguntó extrañado- estás loca

-       ¡Se que la tienes! – exclamó, mientras él llevaba las piernas de la chica al nivel de su cintura, intentó patearlo

-       No…no la tengo – respondió y lo mas curioso es que era sincero

Su conversación era “normal”, ella, segundos después, soltó un gemido al sentirse penetrada.

-       ¿Estarán bien mis oídos o no? – preguntó él

-       ¿de que hablas?

-       Acabas de gemir…- respondió cambiando la atmosfera amorosa con un brusco movimiento en el interior de la chica

-       No gemí – dijo- me quejé

-       Como no, como no – dijo con sarcasmo- ¿piensas que soy un imbécil? – mostro su blanca y perfecta dentadura

Ella desvió la mirada, avergonzada. El cesó y se levanto.

-       Párate – ordenó

-       N-no puedo…-contestó sintiendo una parálisis en su cuerpo, sentía que el corazón se le iba a salir, sus mejillas estaban en llamas

  

Hygan la cargó y la adentró en el bosque, la acostó en el pasto y la contempló. Ella cerró sus piernas con demasiada vergüenza, sus mejillas ardían, sentía que su corazón se le iba a salir; estaba desesperada... ¿pero de que?

Nunca Hables con ExtrañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora