¿Finales como los de Disney? no lo creo

1.7K 72 2
                                    

-       ¿Algo más preciosa? – aquella voz interrogaba, aquella voz que la hipnotizaba y la seducía, aquella voz que la torturaba e intimidaba.

Después de ese momento, Hygan se hizo notar mas en los sueños de Elena: besos, caricias, gemidos, clímax…Todo se estaba volviendo tan confuso. Una vez más, ella se despierta abruptamente. El viaje a Disney había terminado…Ese viaje termino hace un mes…y desde ese mes, no ha visto más a Hygan ¿será que ya todo terminó? ¿Será que finalmente podrá vivir su vida a lo normal? ¿Volver a lo que era antes: feliz, despreocupada y continuar con su carrera?

Se levantó con muchos ánimos y se echo un buen estirón.

-       Algún día, él desaparecerá de mi mente – se dijo mirándose al espejo de su habitación- así como desapareció de mi vista.

Abrió su closet y busco vestuario para irse a la universidad. Tomo una falda en estilo escocés de fondo verde oscuro y rayas amarillas en horizontal, junto a unas medias panty, zapatos converse y encima una chaqueta que tapaba casi toda la falda, tomo una bufanda negra y salió.

A poco llegar a la universidad, siendo aun casualidades de la vida, se topa con Albert, que, formalmente, ya eran novios. El chico la besó tiernamente en los labios.

-       Supongo que tengo que llevarte hasta el salón ¿cierto? – preguntó tomándola de la mano

-       Descuida, este es mi tercer semestre, este edificio lo conozco de pies a cabeza – tuvo un breve resumen de lo ocurrido hace un mes, en verano

-       Discúlpame cariño, ¿pero es cinematografía lo que estás estudiando? – preguntó él apenado por olvidar ese detalle

-       Si, cinematografía– respondió siendo besada por él en su mejilla, en verdad que Albert era muy adorable, y eso a ella le fascinaba

-       Oh, mierda…-musitó el joven- me tengo que ir, te recojo esta tarde

-       ¿pero a donde vas? –preguntó con preocupación

-       Te lo diré después – el joven echó a correr.

Albert cruzó la calle del campus y se metió por unos arbustos, Elena pudo percibir que había otras personas allí; supuso que era su grupo de amistades, con quienes corrían todas las tardes motocross. El reencuentro con sus amistades no fue tan “caluroso” como los anteriores, pero eso no importaba; tenían ya varios semestres viéndose las caras.

Jill Harrison, una chica de estatura mediana, cabellos rizados igual de rubios que su mejor amiga Elena, se le acercó mientras estaban en el  descanso

-       ¿En donde demonios estabas? – pudo sentirse un poco de molestia en aquella pregunta

-       ¿De que hablas? – preguntó ésta muy extrañada

-       El día en que supuestamente me ibas a visitar- respondió- ¿a donde te fuiste? Te estuve esperando para ir a la fiesta de Jake ¡y me dejaste plantada! – la chica se sintió mal por el bombardeo de su mejor amiga, pero la perdonó, ya que ella ignoraba lo sucedido

Nunca Hables con ExtrañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora