Y aquí me encuentro: en los brazos de una persona que hace un mes me secuestró e hizo de mi vida un infierno; me encuentro rendida ante sus encantos fatales, ante su sonrisa y sus besos. Él más que nadie, debe estar cantando victoria por haber logrado todos sus objetivos y ahora mucho más por haberme…¿cautivado?. Lo peor de todo, es que no me siento mal o avergonzada de haberme acostado con él, pareciera que mi corazón lo estuviese llamando desde hace rato ¿Cómo puede ser posible todo esto? Y ahora él esta aquí, acariciando mi desarreglado cabello rubio y susurrándome palabras que jamás me imaginaría…y yo, hipnotizada con aquella voz, me hacía estremecer…
Yo, sin contenerme me acerco más hacia él y lo beso con todo el amor que podría darle a un hombre, aunque a veces siento un desgarre en mi alma causada por la ironía y las vueltas que me ha dado la vida, pero eso, en este momento no me importa. Y una vez más volvemos al romántico encuentro: fusionarnos y convertirnos en uno solo. Siento un enorme alivio al ver su metamorfosis momentánea, como me encantaría que se quedase así toda la vida y se dejara de torturar a la gente.
Como desearía tener visión, para poder contemplar ese cuerpo perfecto: bien esculpido, ver su hermoso cabello castaño rozar por mi cuerpo y aquellos ojos felinos con los que tanto me acecha… Pero no puedo, estoy ciega debido a sus brutalidades, me pregunto si se sentirá arrepentido de haberme hecho daño, me pregunto si sentirá algo – o al menos- mínimo por mí.
Me muero por leer sus pensamientos y saber que se trae entre manos conmigo, la curiosidad me invade y el deseo también.
- Te…a...m- me dijo él con dificultad, como si le doliese, o quizá era porque estábamos en ese divino momento…
Con mis brazos, rodee su cuello y lo traje hasta mi; nunca pensé que podía llegar a conectarme tanto con este hombre ¿o será por que esta era mi verdadera primera vez? De hecho, Hygan…es decir, Roger Stein me quitó todas mis primeras veces: desde mi beso hasta que me hizo sentir tan miserable y a la vez amada como nunca…
- Dímelo, otra vez, por favor – le pedí, sintiendo que se recostaba en mi pecho
- No es nada – su voz se transformó y sentí que en vez de tenerlo a él sobre mi cuerpo, mas bien era un enorme cubo de hielo- no he dicho absolutamente nada, Elena
- Lenz, para la próxima – solté una risa, acariciando su cabello
Sentí que me cargó y me sentó en sus piernas, yo rodee su cuello para sostenerme, pero el me tomo de la cintura. La habitación permaneció en silencio por un buen rato, ya sentía la incomoda atmosfera, me toco romper el hielo.
- ¿Qué sucede? – pregunté conmovida
- Nada – respondió en seco
Tragué saliva, después de todo, la breve ilusión se apagó…
- Espero que no estés confundiendo las cosas Elena – me repuso- no te conviene
¡Lo sabia! Tome una gran bocanada de aire para hablar.
- Descuida, no he pensado nada malo – le respondí con la misma frialdad- absolutamente nada
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Nunca Hables con Extraños
HorrorElena es una joven de 16 años con una vida normal como cualquier otra, hasta que un día, en el cumpleaños de su hermana menor Claire, un hombre llega al evento a hacer de payaso para aparentemente ganarse la vida. Sin embargo, a la jovencita no le...