Nunca Hables con Extraños

Monologo de Elena II

Sus ojos  color jade desbordaban cristalinas lágrimas que caían sobre mi friolenta frente. Su rostro: lleno de culpa y preocupación, me hicieron provocar dolor en mi alma. Su hermoso cabello castaño rozaba mis mejillas y su cuerpo me daba sombra y un poco de calor. Sentía mi cuerpo pesado, dormido. Él me llamaba y de lejitos podía escuchar su hermosa voz de soprano cantando melancólicamente mi nombre. Quería gritar, levantarme y secar sus lágrimas. Aunque él no sintiera lo mismo, yo no soportaba verlo sufrir…

                                                 

Me percate que me cubrió con un material de cuero, era la chaqueta que llevaba puesta. Aun así, no sentía absolutamente nada en mi cuerpo, ni el más mínimo cambio en mi temperatura. De manera dificultosa, podía escuchar a ese hombre gritar de la ira ¿a quien? No lo se… mi vida ya no daba para ver algo mas…

En mi interior…todo era complicado, mi corazón daba pocos latidos y de repente sentía como mi vista se nublaba, se ponía totalmente borrosa; pero aun sentía los rayitos de luz ofrecidos por la lámpara que estaba en el vestíbulo. Antes de decir todo esto, intente detener a Roger de que no matara a Bob. Total…yo ya los perdone a ambos, sin necesidad de que me lo pidieran. Mi criaturita se ausento, pienso que se asusto al ver tanto trauma y se fue.

…eso rompió por completo mi corazón, quizá fue esto lo que me mato...

Tenia el ligero presentimiento que sería una bebe, me pregunto por qué. Tenia la esperanza de volver a ver a mi madre y a mi hermana, pedirles perdón, llorar si era lo necesario. Quería que mi vida volviese a la normalidad, con mi carrera de cineasta y convertirme en una directora, y darle vida a aquel manuscrito que llevaba años guardado en mi closet, esa sería mi primera película y deseaba que mi pequeña lo viera.  Quería ver crecer a mi bebe, estuviese al lado de su padre o no, quería tenerlo. Y ahora estoy aquí: viendo lo vivido pasar por el frente y culminar mi vida con apenas 17 años…

17 años…

Últimos meses vividos con experiencias extremas y apresuradas, ya entiendo el porque tus padres te decían “todo llega a su tiempo” y lo mío, vino a una velocidad excesiva que me condeno a la parca… Todo comenzando por ese secuestro: mi primer beso, mi primer momento intimo, mi primer novio, mi primera desilusión amorosa,  mi primer hijo…mi primer todo. Absolutamente todo se combinó creando una letal consecuencia.

Sentía que Hygan estaba gritando como loco, pero no lograba saber que quería decir con exactitud, era mas que todo, gruñidos, parecía una bestia; intente mover la cabeza para verlo, pero estaba tan pesada que no pude moverme ni lo mas mínimo. Mi cuerpo comenzaba a congelarse y vista se torno negra. Pero aun podía escuchar voces, las de Bob suplicando y las de Hygan descargando la rabia. Una lagrima se me desbordo, estaba tan helada, que ni siquiera pude sentir un poco de calidez al recorrer mi rostro; a continuación, todo lo escuchaba de eco. La voz enojada de Hygan desapareció y solo escuche un grito espantado de parte de Bob. Lo había  matado…En ese momento, llego ese desagradable recuerdo: cuando me estaba haciendo todas esas maldades igual como lo hacia su compañero, Roger…

Mi nariz pudo sentir el humo de la pólvora, él estaba muy cerca de mi; pero no tenia fuerzas ni para estornudar si quiera. Intentaba gritar, intentaba al menos moverme y poquito y poderlo tocar. Quería pedir que se detuviera y que huyera de ahí; mis oídos se concentraron en la pelea que él tenia con su amigo. También pude percatarme de unos gritos femeninos, muy desesperados, aunque no lograba escuchar muy bien que quería decir… me puse a calcular, hace cuanto tiempo caí en este estado. Si ellos trajeron a otra mujer para violarla en mi propia casa, o…si esa mujer quien gritaba con desespero, era mi madre.

Y pensar que estaba en proceso de defunción, el sentimiento de desesperación me invadía; no quería imaginarme que esa mujer que gritaba era mi madre. Que Hygan y Bob le estuviesen haciendo daño. Pero lo descarte, ya que, antes de que perdiera del todo la vida, Hygan le había disparado en el pie a Bob para inmovilizarlo. Y, Hygan, mientras tanto, estaba gritándole y echándole miles de maldiciones.

¿Entonces por que no huía? ¿O llamaba a la policía? ¿Por qué?...

-       ¡Ma-Mamá! – exclame, pero no se si lo hice en la vida o en la muerte

De repente la vista volvió a mí poco a poco y vi a Hygan mirándome por encima de su hombro, sorprendido.

-       ¿Elena? – pregunto Roger, no Hygan; su voz sonaba dulce, aliviada…típica de él- ¿estas bien?

No pude responder, parecía que solamente se me hubiese permitido decir eso: “mamá” me sentí cargada; parecía que ya tuviese cuerpo, me sentía…sin nada. Roger aparto mi cabello del rostro…

Y ahí, perdí la vista de nuevo y volví a la oscuridad.

-       ¡Maldita Sea! – exclamé- ¿Por qué justo ahora?

Me moría por tocar su rostro y decirle algo, una vez más…

Comencé a sentir un dolor terrible en mi vientre y también que mis dedos comenzaban a torcerse. Solo me quedo escuchar su voz desesperada. Pensaba que ya estaba muerta, pero ahora venía lo bueno: la agonía, la parte más amarga de este proceso de defunción. Mi hija ya no estaba conmigo ¿o si? Sentí un espantoso revote dentro del vientre. El dolor era insoportable, comencé a gritar con desesperación, me quemaba por dentro, sentía que me fuera a estallar (en el sentido más literal de la palabra) ¿seria que ella, mi bebe, se estaba muriendo? Es decir…desde el momento en que cerré los ojos, ¿ella permanecía mas viva que yo?

-       ¡Mierda! – grito Roger

Hubiese parecido que recibía una descarga de electroshock, pero no era así. Sentía que temblaba en los brazos de él, mi cuerpo se sintió más frio de lo normal. Y así, sentía esa “explosión” dentro de mí, sentí un espantoso vacío y dolor a la vez.

-       Elena, por Dios – escuché que Roger lo dijo demasiado sorprendido

¿Qué demonios me había pasado exteriormente…?

-       ¡MARILYN JANE! ¡ELLA SE IBA A LLAMAR MARILYN JANE! – grité desesperada en mi interior, sintiendo que tanto exterior como interiormente estaba muerta

Y eso fue lo último que recordé mientras esperaba el oscuro manto de la muerte…