CAPÍTULO 7

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Cojo unos vaqueros blancos ajustados y una blusa de mangas largas negras. Me rizo el pelo y me retoco el maquillaje de esta mañana. Ahora me pongo un pintalabios de color vino. 

Del joyero cojo algunas pulseras negras y plata, unos anillos y dos pendientes negros.

Me preparo un bolso pequeño con lo necesario. LLevo la pistola pequeña escondida en el fondo. Meto el pintalabios, la cartera y el móvil. 

Salgo de mi cuarto y me dirijo al de mi padre. 

Entro y veo que se esta tomando una cerveza mientras revisa algunos papales sentado en su escritorio. 

-Ya me voy. -le digo desde la puerta. 

-Esta bien.

Entro en su cuarto me acerco a él. Le doy un beso en la frente. 

-Adiós. 

-No vuelvas tarde, mañana tienes universidad. -avisa. 

-Ok. -respondo y salgo de la habitación. 

Cierro la puerta y me dirijo a la entrada. De allí cojo mis botas negras hasta encima de las rodillas. Me las pongo y me miro por última en el espejo del baño. 

Cojo las llaves de casa y las meto en el bolso. 

Miro la hora en el móvil. 7:02. 

El timbre de la puerta suena y me dirijo a la puerta. Abro y me encuentro a un Christian vesstido completamente de negro. Lleva unas gafas de sol, que se las quita cuando abro y se las cuelga de la camiseta, unas botas militares, unos vaqueros, una camiseta negra y, por supuesto, una chaqueto de cuero. 

-Frankie. -saluda. 

-Hola. ¿Nos vamos? -pregunto

-Claro. 

Salgo de casa y cierro la puerta. Los dos nos dirigimos a la harley davidson que hay aparcada. 

Él me ofrece un casco, que acepto y me lo pongo. Christian se pone otro. 

Él monta antes que yo. Yo me siento detrás de él. 

-¿Has montado en moto antes? -pregunta antes de arrancar. 

Si él supiera que tengo aparcada una parecida a la suya en el garaje. 

-Si. 

-Bien. Agarrate. 

Le hago caso y él arranca. 

El viento da en mi cara y me despeluca entera. Me da igual, es increible esta sensación y hace que merezca la pena. 

Recoremos calles hasta que entramos en una zona donde no me había metido nunca. 

Aparca la moto y nos bajamos. Me quito el casco y se lo doy. Intento peinar un poco mi pelo con mis dedos, aunque es un caso perdido y me rindo. 

Llegamos a un bar, se escucha mucho ruido dentro. Dos porteros vigilan la puerta. Tiene un toque country. Todo de madera y muchos adornos con ese estilo.

-Vamos, te gustará el sitio. 

Él se dirige hacia la puerta y yo lo sigo. En cuanto los porteros miran a Christian nos dejan pasar. 

Dentro Paradise City de Guns n' roses suena a todo volumen. En una parte la gente baila mientras canta la canción en otra hay varias mesas donde la gente come. 

-¿Nos sentamos?

-Esta bien. -le respondo a Christian.

Él me retira la silla, a lo que yo le sonrío, y me siento. Él se sienta en frente. 

Las apariencias engañan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora