Despierto cuando escucho ruido venir desde la planta de abajo y la alarma de mi móvil suena, ayer no programe ninguna canción y hoy unos aburridos bips son los que me saludan, no una buena canción a todo volumen. Me siento en la cama y me froto los ojos con mis manos. Suelto un bostezo mientras salgo de la habitación para dirigirme abajo.
Supongo que mi padre estará preparando el desayuno.
Cuando ese pensamiento me cruza la mente me quedo estática a mitad de la escalera con mi mano apoyada en la barandilla. Mi padre no está en casa, vuelve en unos días, ya por asuntos que requerían de su atención en la ciudad en la que vivíamos antes.
Dominic.
Él si tendría que estar aquí, ayer se quedo a dormir.
Miro la hora en el reloj colgado de la pared antes de salir corriendo hacia la cocina.
Dominic esta de espaldas a mi, controlando los fogones. Un delicioso olor se cuela por mis fosas nasales cuando entro a la cocina. Esta cocinando huevos fritos, bacon, zumo y algo más.
-Buenos días. -anuncio cuando entro.
Él se vuelve hacia mi y me sonrie. Se apoya en la encimera mientras me observa a la espera de que el desayuno este listo.
Tan solo lleva los vaqueros que traía ayer. Va descalzo y sin camiseta.
Así se puede quemar, si le llegara a saltar el aceite se quemaría, ya que no tiene una camiseta siquiera para protegerlo un poco.
-Como el aceite salte te vas a quemar. -le aviso.
Él apaga los fogones y reparte la comida en dos platos que ha cogido de uno de los muebles altos de la cocina.
Pone los platos en la mesa y los dos nos sentamos.
Sirvo dos vasos de zumo y le extiendo uno. Él me agradece.
-¿A que hora entras a la universidad? -pregunta.
Miro el reloj colgado de una de las paredes de la cocina para después contestarle.
-En cuarenta y cinco minutos.
Muerdo un trozo de bacon y lo saboreo. Estas comidas serán mi perdición.
-Te puedo acercar, yo no entro hasta dentro de una hora y cuarto. -anuncia.
-¿Y quién me trae luego? -pregunto inocente, al tiempo que agarro el vaso de zumo, para después llevarlo a mi boca y dar un buche.
Él me sonríe al tiempo que se pasa una mano por el pelo.
-Puedo recogerte también si quieres, pero tendré que irme temprano.
Cuando terminamos de desayunar recogemos los dos la cocina, metemos los cubiertos y los platos en el lavavajillas, lavamos las sartenes y limpiamos la mesa donde antes estábamos.
Después él se queda en el salón viendo algo en la televisión al tiempo que yo subo a mi habitación.
Hago la cama y después me dirijo al armario. Un jersey celeste y unos vaqueros negros es lo que decido ponerme. Algo simple y sencillo. Cuando termino de vestirme y de preparar la maleta entro al baño. Me sitúo en frente del espejo al tiempo que rebusco entre los neceseres y cajones del baño para encontrar un coletero. Cuando lo encuentro, peino con mis dedos mi pelo y lo recojo en una coleta alta de cabello, dejando suelto algunos mechones.
Decido maquillar suavemente mi rostro. Cojo algo de maquillaje al tiempo que escucho pasos subir por las escaleras.
-¿Frankie? -oigo a Dominic subir las escaleras.
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Las apariencias engañan
Non-FictionFrankie lleva una vida normal, o eso es lo que todos piensan. Pero su cuerpo cubierto de tatuajes, que no quiera dar demasiada información sobre ella y su pasado, es extraño. Ella tenía todo bajo control hasta que aparecieron. Ahora su fachada esta...