Capitulo # 17

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DESTERRADA
Capitulo # 17
ADIOS A SERENA

Narra Darien

Quedo en una pieza después de escuchar ese nombre, soy un completo estúpido, puedo ver ahora lo evidente, pero quién es ese hombre, por qué había besado a Serena, acaso Beryl también lo había contratado, todavía alcanzo a dudar que esta mujer pueda tener semejantes alcances, solo por un gusto pasajero, paso una mano por mi cabeza, aprieto mis ojos la culpa me mata, Serena es inocente y la traté como basura, quiero correr a su lado, incarme de rodillas si es necesario, no quiero perderla, trato de salir de esa oficina a toda prisa pero Haruka me detiene

- A dónde vas?
- A la habitación de Serena, debo pedirle perdón, ella debe saber que fue Beryl la culpable de todo esto.
- Eso no es del todo cierto amigo, tu reacción frente a toda esta situación fue la más equivocada; creo que debes esperar, es evidente que Serena en estos momentos está muy enojada, yo mismo intenté decirle lo de las flores y se negó a escuchar, que crees que te dirá a ti.

Sé que mi amigo tiene razón, pero no quiero esperar mas, necesito decirle todo de una vez, es preciso que me perdone; así que hago caso omiso de su advertencia y me dirijo hasta la habitación de Serena, Haruka sale detrás de mí, llegamos y nos miramos sorprendidos al ver que ella ya no esta, salgo de prisa miro a ambos lados, espero verla aún en la clínica, pero es inútil, no está por ningún lado, me giro hacia la pared y con mis manos cerradas la golpeo, Serena se ha ido, pero a donde? es mi culpa, soy un imbécil, moriré si no vuelvo a verla; salgo de la clínica directo para la casa, pienso que quizás ella está allá, llegó y pregunto a Molly si Serena  ha llegado pero ella me lo niega, quiero volverme loco, Serena, Serena, dónde estás? Es la pregunta que no sale de mi mente, decido esperar en la casa toda la tarde con la  esperanza de que ella pueda volver, para mí es claro que en algún momento ella tendrá que venir por sus cosas y quiero estar allí cuando suceda, probablemente será la única oportunidad que tenga para disculparme; la espera se me hace eterna, camino de un lado a otro, con las manos en los bolsillos, Molly me ofrece comida, pero no tengo hambre, lo único que deseo con fuerzas en este momento es ver, Pedirle perdón y besar a mi  hermosa rubia.

Narra Serena

Una vez veo  salir a Haruka de la habitación, me pongo de pie, tomo el bolso que había traído para mi, me visto, miro a ambos lados para ver si no están ninguno de los dos por allí cerca, aprovecho el descuido de las enfermeras y salgo en completo silencio del lugar, ahora camino sin rumbo, necesito buscar donde vivir, también necesito empleo, había trabajado todos estos meses cuidando a Rini y había ahorrado bastante, mi salario muy poco lo tocaba; en la casa chiba lo tenia todo, pero sin embargo el dinero no dura para siempre y ahora tendría una responsabilidad mucho más grande que inevitablemente no viviría del aire y yo tampoco.

Caminé  por varias horas sin ver nada aún de lo que busco, entré a un pequeño restaurante pues me sentí algo mareada, necesito comer algo, ordené un sadwich con un vaso de leche, un amable y apuesto mesero acude a mi orden, es muy parecido a Darien, realmente me lo recuerda, lo miro con insistencia, como si quisiera por un momento que fuera él y poder abrazarlo, olvidar todo, explicarle esperando que me crea, pero no; recuerdo la dureza con que me trató y mi cólera vuelve, giro mi cabeza hacia un lado para apartar aquel rostro de mi vista, solo para poder divisar un letrero que dice, se necesitan ayudantes, de inmediato giro mi rostro una vez más y alcanzo a detener al apuesto mesero que ya estaba por irse

-Espera, puedes porfavor decirme que puedo hacer para trabajar aquí?.

El mesero se acerca a mí y responde

- Solo tienes que tener muchas  ganas de trabajar y caerle bien al dueño.
- Crees que sería posible conocer al dueño? tengo las ganas y talvez yo pueda caerle bien y me de empleo.
- Claro que sí,( extiende su mano hasta mi, con una cálida sonrisa) mucho gusto, Zafiro Moon; sí en verdad quieres trabajar aquí, es todo tuyo el empleo, yo soy el dueño.

La alegría inunda mi pecho, ya tengo empleo, ahora solo debo buscar dónde vivir, bueno un problema a la vez, agradezco sonriente la amabilidad del apuesto mesero y me arriesgo a preguntar

- Sabes dónde puedo encontrar un lugar para vivir, no soy de aquí y la verdad no conozco mucho.
- Que buscas exactamente, una casa, un departamento para ti sola o tal vez compartido?
- lo que salga más económico, verás acabas de darme empleo y no quiero dilapidar lo que tengo; el primer pago podría demorar, eso sí no me despides antes.( zafiro sonríe y pone cara de idea)
- Sabes acabo de rentar un departamento, es bastante grande, queda a un par de calles de aquí, tiene varias habitaciones, yo podría rentarte una, eso si no te molesta compartir la casa con un chef apasionado por el orden y la comida como yo.
- Claro que no, prometo no causar problemas de orden.

Sonreí triunfante, ahora pensaba que no iba a ser tan difícil salir adelante como creía después de todo; miré al cielo y suspiré agradeciendo a mi padre, era odvio para mí, que él había intervenido en mi buena suerte.

- Vuelve antes de las 10, cerramos a esa hora y te llevaré al departamento, mientras puedes ir por tus cosas y empezar mañana mismo aquí con el trabajo, y descuida el sándwich y la leche va por mi cuenta, consideralo tu bienvenida.

Me levanté muy aprisa y abracé a ese apuesto hombre, le dí un beso en la mejilla y mi boca no dejaba de repetir la palabra gracias; terminé de comer y salí con rumbo a la casa Chiba, no quería ir, pero definitivamente necesitaba mi ropa y mis ahorros para poder pagar la habitación en donde viviría de ahora en adelante, llegué en un taxi al cual le pedí que me esperara, pues mi intención era no demorarme, acudí a la puerta y antes de que pudiera tocar está se abrió; detrás de ella, con ojos llenos de alegría estaba Darien, quien traía en brazos a la pequeña Rini, me partió el corazón la alegría de la niña que extendía sus manos para que la cargará y me llenaba de besos, la besé, la abracé, las lágrimas brotaron de mis ojos, iba a ser muy duro para mí tener que dejarla, sentí una pequeña punzada en mi abdomen bajo y de inmediato regresé a la niña a brazos de su padre, a él no lo miré, solo me percaté de su presencia cuándo intento abrazarme pero rapidamente lo esquive, subí apresuradamente a la que antes hubiera sido nuestra habitación, aquella dónde muchas noches fui su mujer, la miré por un segundo con melancolía, como si quisiera despedirme hasta del último momento juntos, busqué una maleta en el clóset, y empecé a empacar todo lo poco que tenía, mi Corta vida cabía en una maleta tristemente, sentí como la puerta se abría, giré y lo vi cerrar la puerta con seguro, mencionaba mi nombre para llamar mi atención, decidí hacerme la sorda, no quería sucumbir ante el, sabía que era una posibilidad y no queria darle cavida a eso, mi voluntad se doblegó un poco cuando sentí sus manos apretar mis brazos, el latido de su pecho pegado a mi espalda, su respiración en mi cuello y un susurro en mi oído

- Te amo, Serena, perdóname mi amor, yo sé que no te merezco, sé que no merezco tu perdón, pero no me abandones, no te vallas, déjame reparar mi falta, dame una oportunidad.

Escuché atentamente cada palabra con una profunda pena, pensé por un instante que si este sobrio y amoroso Darien me hubiera escuchado, ahora todo sería diferente, tal vez estaríamos felices por saber que tendríamos un hijo de los dos, pero no, sus celos, su duda, su rabia pudo más, vuelven sus duras palabras a mi mente e inmediatamente me separo de manera brusca de él, no digo una sola palabra, aveces es mejor callar, meto a la maleta la última cosa que queda, lo veo caminar detrás de mí por toda la habitación como un cachorro desesperado por perder a su ama, cierro la maleta y esta vez sí me dirijo a él

- Ayer me pediste que me fuera de tu casa y de tu vida; hoy puedo decirte que lo haré y que no volveré, no te preocupes, no tendrás  que acompañarme a la puerta como anoche, solo te pido porfavor que te olvides de mi y que cuides mucho a Rini; ah y algo más, te deseo que seas muy feliz, sin mí en tu vida.

Veo como lágrimas escurren por su rostro, se aproxima hacia mí y me abraza, quiero llorar con el, pero no me lo permito, siento que ya lloré demasiado, le pido una y otra vez que me suelte, cuando al fin lo hace y estoy lista para irme lo veo caer de rodillas ante mí y cubrir mis piernas con sus grandes brazos, llora como un niño y solo salen de su boca con voz entrecortada unas cuantas palabras

- Te amo, perdóname por favor...

Una lágrima sale de mis ojos, la limpio rápidamente con ira, me safo cómo puedo de sus fuertes brazos, que ahora ajustan con debilidad, como si la fuerza se escapara de el, no miro atrás, camino con rapidez hasta el taxi que aún me espera, subo y le pido al taxista que me lleve al restaurante Luna Negra; justo cuando el taxi avanza, veo salir a Darien  y caer de rodillas en la entrada para gritar de manera desgarradora mi nombre.

DESTERRADA (historias De Darien Y Serena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora