Capitulo # 31

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DESTERRADA
Capítulo 31
Entre la luz y las Tinieblas

Narra Rei

Limpio mi mejilla rápidamente, no quiero preocupar a Serena, pero estoy segura de que lo que quiere Discordia es ese bebé, cambio el tema, haciendole creer que todo es paranoia mía, que esto de convertirme en humana me está volviendo loca, ella me mira incrédula, pero al final cede y cambia el tema, Serena es bastante fácil de convencer; esperé la llegada de Darien y los demás, no quería dejarla sola, aunque sé que ninguno de ellos podía protejerla del noveno jinete.

Salí de esa casa tratando de pensar como averiguar por que Discordia quería el bebe de mi hermana y que debía hacer para impedir que lo lastimara, conduje hasta el restaurante de Zafiro, quería que me acompañara a <<TINIEBLAS>>, un bar dominado por ángeles caídos muy malos en verdad, nombrado así en modo de burla, no creo que llevarlo fuera buena idea, de hecho el ir yo tampoco lo era , pero su compañía me hacía sentir segura, él se había convertido en mi complemento, sentía que sin él, estaba perdida, además ir con alguien de corazón puro, me daría una especie de escudo.

Llegue hasta Luna Negra, Zafiro estaba afanado atendiendo la clientela, me acerqué a él, mi querido chef al verme apretó los labios y frunció el seño, al parecer mi preocupación era evidente, se disculpo con los clientes y llamó a un mesero para que lo supliera, me tomó de la mano y me condujo suavemente hasta la cocina:

—Que te pasa? Estas bien? amor te ves preocupada, algo está pasando no me lo puedes negar, habla de una vez por favor.
—Necesito tu ayuda, Serena y su bebe corren peligro; es preciso que me acompañes a un lugar, pero debo decirte que es muy peligroso ir, no sé cómo me recibirán ahora que ya no soy parte de ellos.
—Claro que sí, sabes que cuentas conmigo para lo que sea, pero por que corren peligro, a que te refieres y por que debemos ir a ese lugar si es tan peligroso?.

Deposite un suave beso en sus labios, lo tomé de la mano y lo llevé hasta el auto, alli le conté todo lo que había sucedido, la visita de Discordia, la sensación que había tenido con el bebé de Serena, todo, sin duda eso era lo que más me gustaba de esta relación, no teníamos secretos; después de conducir por más de una hora llegamos a Tinieblas, el aura era pesada, por primera vez tenía miedo de entrar allí, no por mí, temía por Zafiro; se dispuso a bajar del auto pero lo detuve:

—Creo que mejor me esperas en el auto amor.
—Claro que no, yo no te voy a dejar. Entrar sola a ese lugar, no me perdonaría si te pasa algo.

No quise discutir con mi valiente compañero, así que bajamos e ingresamos juntos; Al cruzar el humbral de la puerta todos los presentes voltearon a verme, lo más seguro era que la presencia de zafiro por ser un humano los incomodara, la tensión era enorme, podía verlos pero no sentirlos, nunca me sentí en tanta desventaja, caminé adentrandome en el lugar, quería saber si Discordia estaba allí, pero no la vi por ningún lado, depronto uno de esos ángeles al que le habían asignado por nombre lujuria tomó forma de una hermosa y sensual mujer y se nos acercó, quizo colocar sus manos en el rostro de mi hombre, pero se lo impedi manoteandola

—No lo toques, el no necesita nada de ti, me tiene a mi para eso.
—Que buscas aquí, no se supone que estas por volver a tu antiguo bando, regida y sometida a la voluntad de Dios o es que todavía tienes dudas, diría que es probable por que veo que aún tienes tus negras alas; además es sabido por todos los aqui presentes que si un humano viene a este lugar, es posible que su fin logre alcanzar

Dijo este malvado angel al compás que los demás nos rodeaban, con intención de atacarnos, así que sin dudarlo un segundo me puse en guardia, estaba dispuesta a dejar hasta el último aliento allí por defender al hombre que amaba

—No vine a dar explicaciones, nunca lo he hecho para empezar ahora, díganme donde encuentro a Discordia y me iré, no quiero problemas.

Depronto salio de las sombras un querubín, que les ordenó a todos alejarse de nosotros a lo que sin chistar obedecieron, ellos suelen ser mucho más poderosos que los ángeles, en especial este que era la guerra en esencia, había escuchado sobre él, pero era la primera vez que lo veía, su imagen era la de un hombre apuesto con el cabello color café, largo hasta los hombros, se veía muy bien; se me acerco y me dijo:

—El ángel de Orden busca problemas?
—Ciertamente no, pero el verte aquí me deja claro que ya los tengo, el que pudiera verte después de tanto estar en esta tierra y no conocerte me deja claro que no me equivoqué y algo muy malo esta por pasar.
—Discordia no está aquí, así que perdiste tu tiempo al venir, creo que tendrás que seguir buscando en otro lado, aunque en tu condición te será un poco dificil encontrarla.

Intentó alejarse, así que corrí y me coloqué frente a el:

—Por que lo quiere? Para que le puede servir ese bebe?
—Para nada, ella cree que el bebé traerá su fin.
—Y no es así?
—Si y no, no es tan fácil responder esa pregunta mi querida Orden, ciertamente no puedo disipar tus dudas, te aconsejo que le preguntes a Venus, pero date prisa, que el noveno ginete ya hizo su primera jugada, odiaria que una guerra así durará tan poco.

Después de escuchar esas palabras salí de ese lugar con mi chef mucho más preocupada, sin duda tenía que hablar con Venus, ella debía saber por qué Discordia creía que el bebe de Serena traería su fin, además era preciso saber cual era la jugada que esta había hecho:

—Zafiro: A donde vamos ahora Reí?

No sabía que contestar a esa pregunta, yo misma me la hacía, se me ocurrió entonces buscar la respuesta en un lugar al que nunca había ido.

—Rei: Llévame a una iglesia.

Zafiro me llevo hasta una enorme catedral, dudé en entrar, nunca lo había hecho, cuando bajé de los cielos, me juré no volver a necesitar a mi padre y ahora estaba frente a este lugar para rogar su ayuda, no quería que le pasara nada malo a Serena, no entendía por qué, pero sentía que era mi culpa.

Caminé por el enorme pasillo, Zafiro me seguía, una figura de un ángel guerrero al fondo del lugar, llamó mi atención, caminé apresuradamente hasta el, me incliné como reverencia al ver que era un Arcángel, era Miguel, el comandante de los ejércitos de mi padre:

—Miguel, puedes tú decirme que pasa?

Éste extendió su mano y me levanto del piso

—El Orden debe volver al mundo y la Discordia terminar.
—Explicame por qué el bebé, acabará con el noveno ginete.
—Por qué ese bebé, simboliza la unión de la tierra y el cielo al ser el fruto del amor entre un ángel y un humano.
—Pero estas equivocado, Serena es humana, estoy segura de eso.
—Así es, Serena es humana por designios de tu padre, pero tú aún no, el bebé es solo un bebé, pero en esencia no lo es; además no olvides que al orden lo precide la serenidad, por eso ustedes dos son más que hermanas. 
—Entonces no es el bebé de Serena? , pero si tiene que ver algo conmigo?, no entiendo nada.
—Es el bebé de Serena y tu bebé, son ambos.

Miré a ese Arcángel con asombro, me negaba a aceptar que aquello que estaba escuchando pudiera ser cierto, eso no era posible, miles de dudas me asaltaron hasta que él posó sus manos  en mi rostro haciéndome sentir que un pequeño latido de corazón palpitaba dentro de mi.

—Rei: Estoy... Embarazada?
—Miguel:Así es; dos hermanas, dos hijos un solo destino.

Caí al piso y lloré sin ningún control, sentí la dicha de ser madre a través de las manos de aquel Arcángel, me sentí indigna, no podía creer que mi padre me cubriera con su gracia, me regalara esta dicha a mí, que tanto había hecho en su contra y en la de su preciada humanidad, tomé impulso me puse de pie y pregunte:

—Que debo hacer para protegerlos? Haré lo que me digas, sin preguntar por qué.

DESTERRADA (historias De Darien Y Serena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora