DESTERRADA
Capítulo # 44
LA GRAN BATALLANarra Rei
Observé la puerta derrumbarse en mil pedazos tras el cruce de Venus, Usagui y Endimión y luego salir de sus manos espadas que relucían y rechinaban contra las espadas de aquellos demonios, me sentí impotente, me sentí débil sobre esa cama quería ayudar pero no tenía las fuerzas para hacerlo.
Nunca antes me había sentido tan humana, los humanos son débiles, siempre lo dije y ahora me siento así quería pelear, pero no podía; tirada en esa cama, casi sin fuerzas observé que Gabriel se nos acercaba a Serenity y a mí; toco nuestros vientres y de inmediato fue como si las fuerzas volvieran a nuestros cuerpos, era odvio que este Arcángel nos devolvía la salud y la vitalidad, ahora recordaba lo que era que la energía y el poder recorríeran mi cuerpo, era como si de nuevo fuera aquel ángel que custodiaba el orden, ya había olvidado como se sentía este poder en mis manos; después de esa sensación solo quería pelear, así que me puse en pie al igual que serena, mis alas se extendieron y de nuevo resplandecieron; noté entonces que estas ya no eran negras, volvían a ser muy blancas como antes, lo que significaba que mi padre me había perdonado; entiendo ahora por qué me sentía tan humana, ahora era merecedora de ese honor, pero que mis alas resurgieran sólo me decían que en este momento debía ser de nuevo el ángel de Orden y pelear, asentí ante la mirada de Gabriel, dándole a entender que comprendía el designio de mi padre; caminé hacia Zafiro que me miraba sorprendido ó tal vez maravillado creo que sería la palabra adecuada, acto seguido de mi mano sin advertencia alguna surgió una espada, caminé con ella, decidida a pelear, a luchar Por mis amigos por la humanidad que ahora quería mucho y por mi hija, por ella más que por cualquier otro, no soportaría perderla tan pronto.
Caminé hacia Zafiro y lo besé de manera tan apasionada como nunca lo había hecho antes, lo besé de tal forma como si quisiera desgastar sus labios, sentirlos y que el sintiera lo mucho que lo amaba, quería tener la certeza de que si moría en esa batalla, no tendría que arepetirme de no haberlo hecho, amaba a ese hombre, lo amaba como una humana amaría a otro y yo aún no lo era, pero él me hacía desear serlo para siempre.
Solté el beso y salí por esa puerta sin decirle nada más, Serenity, beso a Darién y me siguió; unos metros más adelante, traté de persuadirla de no hacerlo, le dije que debía quedarse en la habitación para cuidar a Darién a Zafiro y a todos los que estánban allí, Pero la muy terca como siempre no hizo caso; volvío a mi cabeza ese nombre que mi padre le había dado a ella, Serenity el ángel de la serenidad, aunque no puedo dudar del poder de mi padre, definitivamente siempre pensé que se había equivocado, Serenity de Serena, no tenía nada Jajaja; aunque siendo sincera hoy no podía culparla por llevarme la contraria, hoy su corazón de madre la llamaba a la lucha.
Corrimos acompañadas de Gabriel detrás de todos los ángeles, que habían custodiado aquella puerta que ahora estaba hecha pedazos, aunque unos cuantos se quedaron a seguir cuidando de los humanos que se quedaron en la habitacion; antes de que saltararamos por un enorme agujero en la pared en donde terminaba el pasillo, producto seguro de la lucha enorme que se libraba entre Ángeles y Demonios, escuché a Zafiro gritar mi nombre humano al tiempo que Darien gritaba el de Serena, quizás con la esperanza creo yo, de que diéramos vuelta atrás y desistieramos de pelear, Pero no nos detuvimos, no podíamos hacerlo, nada en este mundo hubiera podido lograr persuadirnos de hacerlo.
Una vez afuera vi a mi hija y al hijo de Serenity pelear, empuñaban una espada y destruían con determinación cada demonio que se atravesaba en su camino; era ángeles superiores, su manera de pelear era como la de los mismos arcángeles que ahora peleaban a su lado, estaban sin duda a su mismo nivel; cerca de ellos Venus empuñando una espada partía a la mitad a uno de los demonios; busqué entonces a Discordia, queria destruirla antes que siquiera pudiera hacercarse a Serena o a nuestros hijos, la vi entonces que se encaminaba rápidamente a Usagui y Endimión entre Ángeles desarmados, asesinados y destruidos; la vi desarmar a Miguel, el comandante de los ejércitos no lo podía creer, el Arcángel había perdido su espada, me cuestioné porque era que discordia podría hacer esto?, Endimión la encaminó y aunque igual que Miguel daba la pelea también perdió su espada, Discordia no quería gastar tiempo en asesinarlo, ella queria llegar a Usagui, ahora me daba cuenta de eso, cuando al fin la espada de ambas se encontraron, rechinaban una contra otra, el miedo se apoderó de mi cuando la espada de mi hija calló, extendí mis alas de inmediato al ver que con ella Discordia si tenía la intención de asesinarla, volé a toda prisa hacia ella y me interpuse entre las dos, el hierro se hundió en mi pecho profundamente, con el impacto en mi cuerpo sentí que la vida se me iba; escuché mi nombre en gritos de Serenity, la mirada enojada, pero satisfecha de Discordia me recorría al tiempo que de su boca salían las palabras que quizás serían las últimas que escucharía:
—Discordia: Te dije que te acabaría si te interponias en mi camino; ahora sabes que no mentí, puedes ahora morir en vano por tu hija, por que a ella también la mataré...
Sacó la espada de mi pecho para repeler la de Endimión que atacó de nuevo; caí al suelo, golpeando fuertemente el piso; en medio de mi agonizante estado Venus se me acercó , al igual que Serenity, que lloraba por mi inminente muerte, Venus puso su mano en mi herida y me dijo:
—Venus:Todo estará bien Orden, pero debes decidir ahora, si quieres morir como un ángel o vivir como una humana al lado de tu hija y de Zafiro.
—Rei: Conoces la respuesta, quiero estar junto a ellos, yo ya me siento humana Venus.
—Venus: Que así sea entonces.Venus se puso en pie y me levanto del piso solo con la energía de su mano, sentí como mis alas se desprendían, las contemple suspendidas en el aire, vi a Venus llamar con la mirada a Usagui, pensé que se las colocaría, lo que me pareció extraño por que ella ya tenía un par; sonrió y en un giro que no esperaba, se las coloco a Serenity, abrí mis ojos de la impresión al ver como Usagui y Serenity se convertían en una sola con mis alas, ahora eran la misma, con la particularidad que su cabello se tornó rosa, ahora entiendo que esta era la unión de la que hablaba la profecía, ellas formando un ángel humano, yo cediendo mis alas y Endimión peleando a su lado; surgió de nuevo la espada en manos de este ángel de cabello rosa, pero esta vez la espada resplandecía en llamas, escuché un grito de ira salir de ella (AHHHHH) antes de arremetir contra Discordia que ya peleaba contra Endimión, quien hasta ahora la había lastimado considerablemente, lo que hizo que este demonio cambiará de forma ante el rechinar de sus espadas, Discordia, al verse acorralada se convirtió en un enorme mounstro con muchos dientes que chorreaba baba ardiente y elchaba humo por la nariz y la boca, supongo yo que era su verdadero aspecto , fue entonces cuando vi a a Endimión tomar impulso y saltar, extender las alas, colocarse a la altura de su cabeza para seguidamente pedirle la espada al ángel de cabello rosa quien había elevado el vuelo de igual forma; la chica lanzó la espada en llamas al protector de la tierra y este la atravesó por el cuello de aquel demonio, cortando en un santiamén su cabeza y haciendo que su cuerpo moustroso cayera al piso seguido de su cabeza, para que segundos después ambas partes se desvanecieran en llamas acabando así con la existencia de Discordia...
Corrí a toda prisa hacia aquel ángel de cabello rosa, al ver que los demonios que aún permanecían con vida, uno a uno se retiraban ante su evidente derrota, mis ojos contemplaron la separación de Serenity y Usagui, abracé con fuerza a mi niña, quería estar segura que estaba bien, mi hermana abrazo a su hijo de igual manera; por otro lado los ángeles se retiraban vencedores en compañía se Miguel, supongo que ya no era necesaria su permanecía en aquel lugar, debido a que la mision ya estaba cumplida, los cuatro sonreímos de alegría mientras Venus y Gabriel se nos acercaban:
—Gabriel: abracen muy fuerte a sus hijos, como si dependiera de eso la vida de ellos.
No entendí mucho lo que quiso decir, pero no lo cuestioné, abracé a mi conejo y mi hermana a su protector, unos segundos después, entendí el pedido de Gabriel, pues estos ya eran los pequeños bebes de hace un rato, supungo que el temor de él, era que soltaramos a los pequeños que sonreían en nuestros brazos como inocentes criaturas; ahora bien, Venus desprendió las alas de Serenity, alas que fueran mías, las alas del ángel del orden para poder irse; cuando se disponía a hacerlo en compañía del Arcángel, pregunté:
—Rei: Quién las resguardara sobre su espalda ahora?, quien tomará la responsabilidad de mantener el Orden hermana?
—Venus: No tienes que preocuparte por eso, el orden lo resguardara quien lo ha hecho desde que dejaste los cielos, es decir nuestro padre, estoy segura que si él necesita ayuda, ya encontrará a alguien digno para llevarlas, tú, ahora solo dedicate a ser feliz Rei Hino... (me sonrió con calidez y se fue en compañía de Gabriel y mis alas).
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DESTERRADA (historias De Darien Y Serena)
RandomEl ángel de la serenidad ha decidido intervenir nuevamente en la vida de los humanos, pero esta vez tendrá consecuencias, será castigada y obligada a vivir como uno de ellos, hasta que tenga que volver a resurgir como un ser poderoso para destruir a...