Sólo un ayer

4.

Autora

Marinette despertó confundida, no había nadie en la cama y el dolor entre sus piernas era insoportable, a todo esto había que sumarle el hecho de que la cintura le dolía como nunca e incorporarse le costaba trabajo. Además, no recordaba cómo llegó ahí ni qué hacía en un lugar como ese, y por qué estaba desnuda.

-Mierda -Susurró para ella misma- ¿Qué hago aquí?

Se levantó de la cama y caminó lo más despacio posible, el dolor era demasiado y ella no sabía qué sucedía.
Vio una camisa blanca, con mangas algo largas, la tomó y se la puso. Abotonó la camisa casi por completo y subió las mangas un poco más arriba de los codos, se acercó a la ventana y miró a través de ella.

-Estoy en un hotel -Dijo sorprendida- ¿por qué?

Marinette imaginó un montón de situaciones sobre cómo llegó ahí, recordó que la noche anterior discutió con Luka por una tontería y después él se puso a la defensiva igual que ella.
En su mente vio las imágenes algo confusas de cuando salió enojada de casa y tomó las llaves del auto, no sabía a dónde conducir y al pasar junto a un bar, se detuvo y entró. Recordó haberse sentado en la barra y pedir shot tras shot hasta estar casi inconsciente de sus actos.

-Luka debió encontrarme -Sonrío- Se disculpó o me disculpé y por eso llegamos aquí -Sonrió tiernamente abrazándose de sí misma- Me alegra que haya sucedido con él

Pero algo seguía sin encajar, Luka no llevaba nunca camisas. Si acaso, usaba una playera y, sobre ella, la sudadera o alguna de sus chaquetas, pero si la camisa no era de su prometido, ¿A quién le pertenecía?

-Oh, no -Dijo Marinette algo asustada al hacer que las piezas encajaran completamente- No, no... Dios, dime que no hice lo que creo que hice

Se liberó de su abrazo y caminó hasta la orilla de cama, se sentó y puso sus manos sobre su rostro. Agachó la mirada y empezó a pensar.

"Algo debe estar mal, no pude haber hecho esto"

Claro, no podía. Mejor dicho, no debía haber hecho esto, no porque en unos meses se casaría con Luka. Porque en unos meses sería la sra. Couffaine y...

-Esto tiene que ser una broma -Dijo levantando la mirada

Se levantó de la cama, se quitó la camisa y empezó a buscar su ropa rápidamente. Su plan era huir antes de que él apareciera y olvidar lo que había sucedido.

-¿Qué haces? -Preguntó el chico que salía de la ducha- ¿Planeas escapar?

Él cabello rubio, aún mojado, caía por ambos lados de su rostro desordenadamente. La toalla que llevaba puesta de la cintura hacia abajo dejaba ver completamente su abdomen bien marcado y su piel clara. Sus ojos verdes y la forma en que levantó la cejas en señal de confusión y miedo lo hacían ver tan tierno y vulnerable, ella se quedó paralizada por unos minutos.

-No -Dijo con dificultad- Es decir, sí

-¿Por qué? -Dijo él acercándose a ella

-Adrien, no -Dijo levantando una mano en señal de alto- No te acerques, esto fue un error, sólo me iré y olvidaré -Hizo una pausa para ponerse el sostén seguido de la blusa- Y tú también lo olvidarás, no hablaremos con nadie sobre esto

-Pero yo -La miró- No te vayas, pensé que...

-¿Cómo pretendes que me quede? -Dijo mientras se acomodaba el pantalón- Adrien, mira

-Yo... -Hizo una pausa al ver que Marinette levantó su mano señalando el anillo que llevaba en su dedo anular- Pensé que eso ya no importaría después de lo que sucedió entre nosotros

-Pues sí importa -Dijo colocándose sus zapatillas- Adrien, le fui infiel a mi prometido y esto sólo fue un error... Estaba...

-Demasiado ebria -Completó Adrien bajando la mirada tristemente- Pensé que...

-Pensaste mal, Adrien -Dijo ella acomodándose el cabello con las manos y tomando su bolso- Lo lamento, debo irme

Marinette tomó el bolso y salió de la había cerrando la puerta fuertemente.

-Adiós, Marinette -Dijo para sí mismo

Buscó su ropa y se vistió, después se tendió sobre la cama y se quedó mirando al techo con un montón de sentimientos revueltos y hechos pedazos. Marinette sólo lo vio todo como un error, no lo sintió de la misma forma que él.