8.

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Adrien Agreste

Algunos meses después del incidente con Marinette

-Vamos, Agreste, no puedo creer que sigamos haciendo esto

Marinette se levantó rápidamente de la cama y buscó entre las sábanas su sostén.

-Vamos, Dupain-Cheng -Sonreí mientras miraba cómo buscaba entre el desorden la demás ropa- No creo que necesites irte tan rápido

Ella me miró seria mientras se levantaba. Era increíble que esa chica, al principio tonta en este aspecto, haya mejorado tanto durante unos cuantos meses.

-¿Hace cuánto que empezó esto? -Preguntó la chica

Se veía tan sexi acomodándose mi camisa de esa forma, la verdad, es que ni siquiera recuerdo cómo inició esto. Lo único que sé es que, después de haber iniciado, no hemos podido detenernos.
Porque, aunque sabemos que lo que hacemos está mal, el deseo por tenernos mutuamente es más fuerte. Porque, cada vez que esto sucede, siento la necesidad de dejar marcas en su cuerpo con la esperanza de que Luka las vea y se aparte de mi camino.

-No lo sé -Mentí, yo llevo perfectamente bien la cuenta

-Bien -Dijo volviendo a la cama- No esperaba que lo recordaras

-Vas mejorando, linda -Puse mis brazos al rededor de ella y la obligué a recostarse- ¿Qué excusa pusiste esta vez?

-Ninguna en especial -Dijo sonriendo- Dije que habría una reunión

-Tu excusa sigue siendo la misma -Dije retirando mi brazo- Debes cambiarla o sospechará

Ella sólo rodó los ojos y sonrió.

-Como quieras -Dijo y yo me recosté del lado opuesto dándole la espalda

La verdad, una parte de mí deseaba que la descubrieran para que así ella notara que siempre fue por mí, que por esa razón aún sigue regresando a esta habitación incluso después de haber jurado no hacerlo. Y también deseo que sea descubierta porque así no tendré que esconderme, así no tendré que fingir citas con cualquier chica para que no sospechen de lo nuestro.

-Admito que tú idea de hacernos socios -Dijo ella y entonces me giré para ver el techo- Fue una muy buen idea

-Digno de un Agreste, ¿No?

-¿Qué cosa? -Preguntó confundida

-Idear este plan para poder fingir ser el amigo más cercano a Couffaine y, por las noches, cogerme a su prometida -Reí sarcásticamente- Digno de un Agreste, ¿No?

La verdad, mi frustración llegaba a tal punto que podía ser brutalmente descarada o, simplemente, incómodo para ella.
Pero no quería esconderlo más, después de tres meses viéndonos a escondidas, después de poner mi compañía en riesgo por querer hacerla mi CEO y, más tarde, mi socia minoritaria. Después de tres meses haciendo esto con ella, ¿Cómo se supone que no me guste a estas alturas?

-No -Ella me tomó la mano- No quiero hablar de eso

-¿Por qué no? -Dije recargándome sobre mi hombro para girarme hacia ella- Ese tema es inevitable

-Sí, y también sabes cómo termina

-¿Qué más da?

-Adrien, veas esto por donde lo veas, no romperé mi compromiso con Luka

-¿Por qué no? -Dije mirándola fijamente- No lo amas, le mientes, ¿Por qué seguir con una farsa?

-No se trata de eso

-¿Entonces? -Pregunté y ella soltó mi mano

-No tendremos está discusión de nuevo, Agreste

-Bien

Y de nuevo me tiré sobre la cama. Durante esos tres meses he estado insistiendo para que ella rompa el compromiso con Luka, quiero convencerla de estar solamente conmigo, la verdad es que, ninguna chica me satisface si no es ella. La quiero, la necesito conmigo pero ya tenemos una rutina muy marcada, ahora sé lo que sigue.

-¿Ordenamos algo?

Comida
Y después se irá

-Claro

A pesar de que sé que aceptar significa acortar su estancia, ella me encanta tanto como para no poner resistencia a sus decisiones.
Así que me levanto de la cama, tomo el teléfono y llamo a su pizzería favorita.

-Buen día -Dije serio- Hablo del piso 23, apartamento 202

-¿Del edificio de los Agreste? -Responde el chico en turno

-Claro

-¿Lo de siempre?

Miré a Marinette y ella asintió, le sonreí y volví a poner el teléfono en mi oreja.

-Por supuesto

-Bien, ya sabe el tiempo de espera

-Tengo memorizado todo este proceso -Dije sarcásticamente y colgué

Volví a la cama y me recosté a su lado. Ella estaba tan linda, ahora que la observaba de nuevo, no había cambiado mucho. Su cabello seguía igual que antes, sus labios tenían el mismo color, textura y sabor, su sonrisa era igual de hermosa, pero sus ojos y esa mirada, esa mirada no era la misma.

Su mirada no mostraba nada esta vez, su mirada ahora estaba vacía. Así es, ella estaba vacía a pesar de ser quien era y estar donde estaba.

-No es por alardear, ¿Sabes? Pero cualquier chica moriría por estar en tu lugar -Dije arrogantemente- Así que cambia tu mirada

-No puedo -Dijo seria- Después de todo tienes razón, quiero detenerme

-¿Y por qué no lo haces? -Dije subiendo sobre ella y besándola fuertemente- ¿Por qué no te detienes ahora?

-Porque no puedo -Dijo firmemente, me tomó del cuello y me acercó a sus labios- Y porque no quiero hacerlo

Le sonríe pervertidamente y ella me devolvió la sonrisa con una mirada algo traviesa. Aún se quedaría una horas más.

Sólo un ayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora