14.

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Luka Couffaine

Aún recuerdo ese día, ella estaba sentada en el parque. Sus coletitas atadas de la forma usual, sus ojos tristes y llenos en lágrimas. Me acerqué a ella y le pregunté si algo estaba mal.

-Todo está bien -Dijo sonriendo forzosamente

Marinette me volvió loco desde el momento en que la vi aunque, por supuesto, no lo haya dicho en ese momento. Y esta era una de las cosas que más he amado de ella durante todo este tiempo de conocerla: intenta hacerse la fuerte.

-No mientas -Dije y levanté su rostro con cuidado- Nada está bien

-Todo está bien, Luka -De nuevo su estúpida sonrisa falsa- No tienes que...

-Deja de hacer eso -Dije molesto mientras me ponía de rodillas frente a ella- Simplemente dime qué sucede

-No pasa nada

La miré serio, pero estoy seguro de que en ese momento no pude ocultar mi molestia. Ella simplemente me miró e intentó sonreír de nuevo pero no consiguió hacerlo.
De repente ella estaba ya recargada sobre mi hombro llorando y yo no entendía qué era lo que le pasaba.

-¿Quieres contarme? -Pregunté acariciando su cabello

-Dame un momento -Respondió y continuó llorando

Después de unos minutos ella se separó de mí, se limpió las lágrimas y sonrió.
Le acaricié la mejilla también y me levanté para sentarme a su lado, le sonreí y entonces ella volvió a abrazarme y lloró contra mi pecho.

-¿Quieres que te lleve a tu casa? -Pregunté abrazándola

-No -Me respondió- Llévame a tu casa

-¿Estás segura? -Dije dudoso

-Sí -Dijo mientras se separaba de mí y se ponía de pie

-Bien -Respondí

Me puse de pie frente a ella y le limpié las lágrimas que aún seguían saliendo de sus ojos. Le di un pequeño abrazo y le tomé la mano para caminar.

Al llegar a casa, la conduje hasta la sala y dejé que se sentara mientras yo iba a la cocina a preparar té y después volví a dónde estaba ella.

La situación no cambió mucho, en realidad. Ella seguía llorando sin parar, no entendí que sucedía pero, supuse, que era su dolor y yo no tenía derecho a prohibirle sufrirlo. La entendí, así que dejé que llorara en paz y, de vez en cuando, limpié sus lágrimas o le di un abrazo.

Después de casi una hora (así es, medí el tiempo), ella se detuvo y me abrazó de nuevo. Ya no lloró más, sólo me abrazó.

-Toma -Dije dándole la taza de té- ¿Ya quieres hablarlo?

-En realidad -Dijo dando un sorbo al té- No era tan malo después de todo

-¿Qué fue lo que sucedió? -Dije

-Nada -Dijo dejando la taza sobre la mesa- Yo me sentí como una basur...

-Basta, no te atrevas a llamarte así -Interrumpí

-Es que... -Una lágrima salió de su rostro de nuevo- Tienes razón, después de todo...

-Ya -Dije abrazándola- Sea lo que sea que haya pasado, ya terminó, ¿De acuerdo?

-De acuerdo -Dijo y me abrazó

En ese abrazo, supe que lo que quería hacer toda la vida era estar abrazado a ella. Que lo que más anhelaba era darle paz en sus días malos, tranquilizarla en momentos de angustia y, sobre todas las cosas, cambiar sus penas con alegrías porque esa chica temblorosa y vulnerable, no era más que la fachada en la que se escondía la chica más fuerte del universo.

-Luka -La voz de Marinette me trajo de vuelta al presente

Claro, debo decirle mis opciones.

-Lo lamento

-¿Por qué? -Preguntó ella

-Por no haber podido llenar por completo tu corazón

Me aparté de ella y me levanté de la cama rápidamente.
Lo planeé toda la noche, estuve pensando cada una de las situaciones en las que podría estar yo y me decidí. Estaba dispuesto a dejarla ir para que fuera feliz.

-Luka

-Sólo -Hice una pausa y me dirigí a la ducha- saldré un rato, necesito pensar bien lo qué te diré

-¿No lo tenías pensado ya?

-Lo tenía -Respondí- pero aún no sé si estoy listo. Te lo diré en la cena.

Entré a la ducha y después salí de casa.
No volví a la hora del desayuno, ni al almuerzo y, aún, tengo miedo de volver para la cena.


Nota de la autora:
¿Qué le dirá Luka a Marinette? 😏

Sólo un ayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora