Autora
Él estaba sentado en el sofá frente a la gran ventana del edificio donde habitaban, las pocas luces encendidas en esa habitación que reflejaba claramente la luz de la luna sobre el piso y ese maravilloso contraste con la misma, le daban a ese apartamento un aspecto nostálgico y misterioso.
Sus cabellos negros con puntas azules caían al rededor de su rostro dándole un aspecto relajado sin hacerlo parecer común, la forma en que cruzaba sus piernas le daban tal elegancia sin hacerlo ver afeminado, y la forma en que sostenía el vaso con whiskey para llevárselo a la boca de vez en cuando y dar pequeños sorbos lo hacían parecer tan misterioso.
El chico no podía apartar la mirada de la ventana, no podía pensar en nada más.
Estaba esperando la verdadera razón por la que su prometida se ausentaba tanto últimamente y sí, estaba asustado porque sabía la respuesta incluso antes de tenerla.
La puerta estaba del lado opuesto de donde él se encontraba, toda de caoba e imponente como es cada una de las puertas de ese edificio, sonó tres veces y entonces él supo que había llegado la respuesta a todas sus preocupaciones desde hacía unos dos meses, aproximadamente.-Adelante -Dijo sin moverse un poco
La mucama que trabajaba esa noche con ellos, abrió la puerta en cuanto escuchó que él dijo esa palabra.
La verdad es que este chico odiaba esperar, y había estado de un humor raro últimamente después de que sus sospechas se incrementaran.-Gracias
-Pase, ¿Se le ofrece algo? -Preguntó la mucama
-No, estoy bien, gracias
La conversación entre la mucama y el visitante fue corta y, a pesar de que estaba lejos, pudo escucharla. Y es de entenderse, cuando te dedicas a algo relacionado con la música, es más que obvio que, el sentido del oído debe estar mejor entrenado que cualquier otro de tus sentidos.
Él chico en el sofá no movió no un dedo para girarse o ver quién había llegado, usualmente no hacía eso ya que su prometida solía llegar demasiado tarde o demasiado temprano.
Al escuchar pasos acercándose, colocó el vaso sobre la mesita al lado del sillón y se puso de pie sin apartar la vista de la ventana. Los pasos se hicieron más cercanos hasta que fue capaz de sentir la presencia de la otra persona detrás suyo y, aún así, no giró para verlo.-Dime la respuesta, James
James Matthews era el detective privado más efectivo del país, él mismo lo había contratado para vigilar a su prometida ya que ella había estado ausentándose demasiado desde hacía unos meses atrás. Y él sentía la necesidad de aclarar sus dudas o aceptar las verdades que resultaran después de eso.
-Sr. Couffaine -Dijo el detective sentándose en el sofá de al lado- Si me permite, ¿En verdad quiere saberlo? Hablo de que usted dijo, y lo cito, "pase lo que pase, sea cuál sea la respuesta, me casaré con ella"
-Lo sé -Dijo y giró para verlo al fin- sé lo que dije, pero esto ha cambiado ahora
-En ese caso, ¿Aún deseas saberlo, Luka?
-Claro -Dijo el chico sentándose se nuevo en el sofá- Dígame
-Bien
El detective levantó el maletín que llevaba consigo y lo puso sobre sus piernas, sacó una carpeta y se la entregó a Luka, quién estiró los brazos lo más que pudo y tomó la carpeta.
-Aquí está todo -Cerró el maletín y se levantó- Me despido, mi trabajo está terminado
Luka tomó la carpeta y la puso sobre la mesa, sacó un cheque en de uno de sus bolsillos y se lo entregó al Sr. Matthews.
-Gracias, puede retirarse
-Luka, por cierto, un comentario
-Dígame
-Tómalo con calma -Dijo dirigiéndose a la puerta
-Lo haré, gracias
El detective se despidió dejando al chico de nuevo solo. Luka sólo miró la carpeta una y otra vez intentando decidir si abrirla o no.
-Señor -Dijo la mucama llegando con una taza de café- Ya es tarde, le traje su café y, sí me lo permite, me retiraré
-Claro, puedes irte
Después unos minutos y unos cuantos retoques al aseo de la casa, la mucama al fin pudo irse y el chico se quedó de nuevo solo.
Luka se sentó de nuevo en el sofá, frente a la ventana con la carpeta en su mano izquierda ahora y con la derecha sostenía su vaso con whisky y la mirada directamente a la carpeta que le fue entregada. Después de unos minutos la colocó sobre su regazo y levantó un poco la hoja...
-¿Cómo puedo si quiera pensarlo? Es mi prometida, debo confiar en ella -Pensó el chico
Él permaneció con la carpeta sobre el regazo, mirando al frente, absorto en sus pensamientos después de haber leído todos los reportes que había en la carpeta. Estaba todo claro ahora, ¿Qué se supone que haría a partir de ese momento?
Luka, se veía inalcanzable y, sin embargo, ahora cargaba una gran pena con él, ¿Cómo alguien podía ser tan feliz y tan desdichado al mismo tiempo?
El chico colocó el vaso en la mesa, puso su codo sobre el respaldo del sofá, y recargó su cabeza sobre su mano dejando caer una lágrima.-Maldita sea -Gritó
Y con un movimiento rápido, arrojó los papeles a unos metros de él.
-Maldita sea -Gritó dejando caer una lágrima más
Y sí, maldita sea, malditos sean todos.
Nota de la autora:
Bien, a partir de este momento se viene lo bueno, ¿Qué hará Luka? 🤔 ¿Creen que deje a la Mari o no?
_MichelleIsQueen me encantaría saber tu opinión.

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Sólo un ayer
FanfictionAdrien Agreste ha heredado la fortuna y el legado de su padre tras la muerte del mismo. Con el corazón roto y una muerte repentina que asimilar, Adrien deberá tomar una serie de decisiones poniendo como prioridad la compañía de diseños que ahora él...