Luka Couffaine
Las indicaciones de Marinette no me fueron muy útiles para encontrar el lugar donde nos reuniríamos, pero después de algunas preguntas de orientación logré llegar. Estacioné el auto una calle antes y caminé para llegar, di mi nombre a la dama de la recepción, y fui guiado por el lugar hasta una de las salas privadas. Marinette empezaba a sorprenderme.
–Gracias —dije a la empleada antes de que se retirara
Ella sonrió mientras asentía amablemente para retirarse del lugar. Marinette reservando salas privadas era algo que jamás pensé ver en mi vida; sin duda alguna, ella había cambiado.
–Eh, hola —saludó la peliazul mientras entraba–. Lamento si te hice esperar, Luka.
–En realidad, llegué hace un par de minutos —admití
Marinette tomó asiento frente a mí, acomodó su bolso y abrigo cerca de ella. Su celular sonó dos veces antes de que finalmente se decidiera a atender la llamada.
Justo después de finalizar la llamada, el mesero entró para cantarnos el menú y ordenar.–Sólo quiero un capuchino —pidió–, y el maravilloso cheesecake que hizo una maravilla de este lugar.
–Está bien, señorita —el joven se dirigió rápidamente hacia mí para preguntar lo siguiente:–. ¿Y usted señor?
–Lo mismo que a la dama —respondí
–De acuerdo, en unos momentos estaré trayendo sus pedidos
El joven de aproximadamente unos veinte años se giró hacia la puerta y caminó sin ganas, una pequeña sonrisa se asomó entre mis labios después de escucharlo tararear los especiales del día al estilo rap. Este es un café un poco inusual, me agrada.
–Y bien —dije volviendo al momento–, ¿Sobre qué querías hablar?
–Ah, en realidad quiero disculparme —admitió con una sonrisa nerviosa–. Sé que lo que pasó hace…
–Eso es parte del pasado —interrumpí–. Marinette, no necesitas disculparte ni explicarme nada, aunque me habría gustado que me lo dijeras directamente en lugar de… bueno, ya sabes.
Sí tenía intenciones de escuchar sus disculpas, pero al final entendí que salen sobrando. No la odio ni le guardo rencor, eso es lo que importa.
–Lo sé, ahora lo entiendo. Ambos podríamos habernos ahorrado tanto, perdón.
–No te disculpes —repetí–, acepté venir para platicar o ver a una antigüa amiga, dejemos de lado este tema.
–Ah, entiendo —hizo una pausa y bajó la mirada antes de continuar hablando–. Gracias, Luka, por siempre tan considerado.
Busqué en el bolsillo de mi saco un pañuelo y se lo ofrecí, no necesité que ella me diera la cara directamente para saber que estaba llorando. La conozco bien, por eso sé que algo tan simple como esto la haría sentir de ese modo y vine preparado; ella tomó el pañuelo para limpiar sus lágrimas con la mayor calma posible mientras se tranquilizaba.
–Eh, dejemos el tema —no quería que llorara frente a mí–, ¿Cómo van los planes para la boda?
Finalmente levantó la mirada, la sorpresa en su rostro era evidente, claro, qué clase de chico a quien le pusieron el cuerno va y le pregunta a quien le mintió sobre su nueva relación… sólo a mí se me ocurre semejante estupidez.

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Sólo un ayer
FanfictionAdrien Agreste ha heredado la fortuna y el legado de su padre tras la muerte del mismo. Con el corazón roto y una muerte repentina que asimilar, Adrien deberá tomar una serie de decisiones poniendo como prioridad la compañía de diseños que ahora él...