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Adrien Agreste

El día comienza normal, la misma rutina, la misma forma de vivir cada uno de mis días.
Al terminar la junta directiva, salí y en seguida nos transladamos a los set de grabación de las siguientes entrevistas.

Nathalie se dedicó a organizar los últimos detalles, aclarar algunas dudas y lo siguiente fue la entrevista.
El tema principal fue mi ruptura con Kagami, como siempre. A pesar de que se supone que la razón de las entrevistas es el lanzamiento de la nueva colección.

-Adrien, es hora de volver -Dice Nath y me señala la salida

Llegó a mi casa y todo parece tan vacío. Subo a mi habitación y todo es tan triste sin ella, todo se siente tan poca cosa, todo se siente tan mal desde que ella no está.
Me tiendo en la cama y me quedo mirando al techo. Las imágenes de Kagami a mi lado, vienen a mi memoria como si mi propia mente me estuviera jugando una mala pasada. Recuerdo todo de ella, desde que la conocí hasta que ella se fue de mi lado.
Pero sé que ella lo quiso así y yo tengo que respetar su elección, a final de cuentas, no puedes obligar a alguien a quedarse cuando no es feliz a tu lado.

Veo su foto y siento cómo mi corazón cae a pedazos, pero...

Esta vez no, Agreste.

Pensé y me levanté de la cama, tomé mi chaqueta y las llaves del auto. Conduje lo más rápido posible y así es como terminé aquí.

En un bar, el lugar al que todos los hombres y (aunque no lo crean) mujeres corren cuando hay alguna pena o dolor que no puede ser calmada.
Algo cliché, lo sé. Pero, al final del día, soy hombre y esto es lo que hay que hacer.

-Dame el licor más fuerte que tengas -Dije al llegar a la barra y sentarme

-Sr. Agreste -Dijo con sorpresa el chico

-Te daré dinero, pero no tienes que decir que soy yo -Dije ofreciéndole dinero y él lo tomó

Con esto, actuó normalmente y sólo fui un cliente más.

-Así que aquí vienes a intentar olvidarla

-¿Quién...

Me sorprendí al ver que quien hablaba era Marinette. Se veía tan ebria que me sorprendió verla en pie.

-Vamos, rubiecito -Dijo ofreciéndome un vaso con la misma bebida que ella consumía- Toma

-Marinette, no creo que

-Basta, sólo tómalo

Tomé el vaso y consumí todo el líquido que contenía. Y después ella me ofreció un nuevo vaso, seguimos así durante un buen tiempo.
Debo admitir que, aún borracha, se veía tan hermosa, tan linda... Tan dulce, no podía negarme, su mirada me convencería hasta de asesinar a alguien.

-¿Agreste, qué tan ebrio estás m

-No mucho -Mentí

En este punto ya no podía ni enfocar bien un objeto. Mi vista estaba nublada y mi equilibrio era casi nulo, pero me esforzaba por estar bien.

-¿Estás seguro? -Se levantó del asiento y caminó hacia mí

-No -Reí- No estoy seguro

Marinette me tomó de la mano, dejó unos billetes en la barra y me llevó casi a rastras a la calle. Pidió un taxi, entramos y le dijo la dirección a dónde llevarnos.

-Oye, mi auto

-Vendrán por él -Dijo tomando mi celular y enviando un mensaje- Nathalie lo recogerá pronto

Me gustaría poder detenerme pero no puedo, algo me impide detenerla y dejar de seguirla sin preguntar ni cuestionarle algo siquiera.

-Llegamos -Dijo y me ayudó a bajar del taxi

Pagó y me guió de la mano. Mi vista estaba aún borrosa, así que no hice más que seguirla.

-Estamos aquí -Dijo abriendo la puerta

-¿Dónde estamos? -Pregunté recuperándome un poco

-¿No es obvio? -Me sonrió- En la habitación de un hotel

-¿Por qué me haz...

-Calla, Agreste -Dijo acercándose para besarme- Sabes bien el por qué

Me besó de nuevo y no pude evitar seguir el beso, la besé hasta llegar cerca de la cama y la empujé para que cayera. Me acomodé sobre ella y la besé de nuevo.

Sólo un ayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora