7.

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Adrien Agreste

Al levantar la mirada me encontré con esos grandes y hermosos ojos color café, su mirada ahora profunda y vacía.
Kagami estaba de nuevo frente a mí, y eso era lo que me hacía salir de control.
Sentí ganas de correr a ella y abrazarla fuertemente, de decirle cuánto la eché de menos, que cada día que no estuvo a mi lado la extrañé tanto y que, cuando ella se alejó de mí, me quedé vacío.

Mi mente quedó en piloto automático y seguí hablando, no reaccioné, supongo que una parte de mí tomó el control a su modo y me hizo ver mal. Cuando me recuperé a mí mismo, Kagami ya estaba saliendo del lugar por segunda vez.
Dudé pero, en seguida, caminé hacia ella y la estampé contra mi pecho.

-También te extrañé -Dije abrazándola

Al fin podía tenerla entre mis brazos una vez más, por fin podía volver a sentir su cuerpo contra el mío y, en especial, al fin pude sentirme en casa. Como si de nuevo perteneciera a algún lugar, ese vacío se fue temporalmente al estrecharla en mis brazos. Ella era mi parte faltante, eso lo sé de sobra.

-Adrien...

Ella intentó dar alguna explicación, o eso sentí que haría, pero la detuve apretándola contra mí y acaricié su cabello. No necesitaba explicaciones, no necesitaba nada más en este momento. Nada en el mundo, me arruinaría este momento aunque tuviera que hacer callar a todos.

-No expliques nada -Susurré de modo que sólo ella me escuchara- No Necesitamos eso ahora

Ella asintió y, en un momento de impulso, puso sus manos al rededor de mi cintura y me abrazó justo como solía hacerlo antes. Supe que ella también me extrañó, ella aún siente algo por mí.

¿Han escuchado cuando alguien dice que ama a una persona porque se complementan? Bien, ella es mi complemento, ella es la pieza faltante en el rompecabezas que es mi vida. Y sí, sin ella estoy perdido.

-Bien -Dijo y sentí mi pecho un poco húmedo- Porque no iba a darte explicaciones

-No las necesitaremos, Tsurugi -Sonreí y la aparté para limpiar sus lágrimas

-Me alegra escuchar eso, Agreste

Ella me sonrió a pesar de tener los ojos llenos de lágrimas. Las sequé una a una y volví a abrazarla de la forma protectora en que la abrazaba cuando aún eramos algo más que sólo conocidos.

-Vamos -Dije serio- Si quieres ser la nueva CEO, adelante. Tienes razón, mi padre...

-No tiene caso, Adrien -Me interrumpió- No me quedaré

Mi mente se detuvo y yo sólo pensé que debería detenerla, no dejarla escapar de nuevo.

La necesitas, Agreste, no dejes que se vaya

-¿Entonces?

-Adrien, esto sólo fue un error

"... esto sólo fue un error... Estaba..."

La voz de Marinette sonó en mi mente. Recordé lo que ella había dicho, recordé lo que sucedió con ella y perdí la noción del tiempo, sólo vi que Kagami movía los labios, más no pude escucharla. La voz de Marinette, los recuerdos de ese momento nublaron mi mente y bloquearon todo lo que no se trataba de ella.

-Espero que me entiendas, lo lamento

La mano de Kagami sobre mi hombro, me trajo de vuelta al presente. No entendía que pasaba, ¿Ella se estaba despidiendo de nuevo?

-Disculpa

Las palabras salieron de mi boca de una forma inexplicable, no pensé y sólo lo dije. Por supuesto, ahora que Kagami había salido de mi mente y Marinette había vuelto a ocupar todo el espacio dentro de ella, no me importaba tanto lo que quisiera hacer.

-Hasta pronto -Dijo ella y se dió la vuelta

La vi alejarse poco a poco hasta llegar al elevador. Ella esperó pacientemente, después entró y se giró, me dedicó una última sonrisa y la puerta se cerró poco a poco hasta cubrirla por completo.

Ese es el último recuerdo que tengo de Kagami Tsurugi, no ha aparecido de nuevo en mi mente ni en mi vida.
Y, la verdad, es que creo que es mejor así, lejos estamos mejor.

Sólo un ayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora