10- Hufflepuff v/s Gryffindor

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La semana siguiente a lo sucedido con Sirius Black fue bastante extraña para Nicholas. Se despertaba todas las noches con pesadillas, y McGonagall y los demás profesores, excepto Snape, parecían tratarlo con más cariño de lo normal.

Solo Dumbledore lo trataba como siempre, pero de todas maneras parecía preocupado.

Sus amigos lo trataban como si en cualquier minuto se fuera a romper, y no importaba cuando se esforzara, solo Adrian parecía comenzar a entender que, después de todo, en algún minuto todo tenía que quedar atrás.

-No te preocupes, muchacho-le había dicho Dumbledore-ya se les pasará. Para ellos también fue un shock verte de esa manera, la verdad es que para todos lo fue.

Lo único que lo ayudaba a distraerse totalmente, era el Quidditch. En el Quidditch podía ser totalmente feliz. En su escoba podía estar totalmente tranquilo. Solo ahí se sentía completamente Nick.

Ese día, el primer sábado de Noviembre, se encontraba en el campo de Quidditch junto al equipo de Gryffindor. Al otro día, tendrían su primer partido de la temporada, contra Hufflepuff, por lo cual el equipo debía entrenar con más ahínco.

Nicholas estaba emocionado por el día siguiente. Sabía que era una superstición, pero el número nueve siempre le había traído buena suerte. El nueve era el día de su cumpleaños, el nueve era el día que había jugado su primer partido de Quidditch, y lo había ganado, y el nueve era el día en que había despertado después de enfrentarse a Lord Voldemort.

-¡Concéntrate, Nick!-le gritó Wood, desde abajo, de pie junto al baúl que contenía las 3 pelotas del Quidditch-¡tenemos que estar preparados! ¡Hufflepuff nunca se nos ha hecho difícil! ¡Pero la próxima semana Slytherin se enfrenta a Ravenclaw y tenemos que poder enfrentarlos!

Nicholas, junto a todo el equipo, asintieron, al tiempo que un grupo de chicos vestidos con túnicas verdes y con escobas que claramente eran nuevas al hombro, entraban en el campo.

Era el equipo de Slytherin.

Nicholas los miró extrañado y junto a los demás del equipo de Gryffindor, bajó al suelo. Cuando los dos equipos se enfrentaron, Marcus Flint, el capitán del equipo de Slytherin, sonrió burlesco y dijo:

-¿Practicando para mañana, Wood? No sabía que se necesitara entrenar para un partido contra Hufflepuff.

Wood se puso rojo-siempre hace bien entrenar, Flint.

-A los de Gryffindor, claramente.

El equipo de Slytherin rió estruendosamente.

-¿Qué haces aquí, Flint?

El chico estiró la mano y le entregó un pequeño pedazo de pergamino a Wood. Mientras lo leía, la cara del capitán de su equipo se iba ensombreciendo cada vez mas.

-¿Nuevo buscador? ¿Ah sí? ¿Quién?

El equipo de Slytherin se movió para dar paso a Malfoy, que miró a Nicholas con una sonrisa de superioridad.

-¿Malfoy? ¿Es una broma?-preguntó Nicholas, riendo-Wood, con suerte puede atrapar una pelota y va a cazar la Snitch.

Ahora fue el turno del equipo de Gryffindor de reír.

-Con estas nuevas escobas, estarás acabado, Riggs-dijo Malfoy, al tiempo que él y todos los de su equipo mostraban sus escobas. Nimbus 2001, casi las más veloces, pero, de todas maneras, superiores a la de Nicholas.

-¿Sabes, Malfoy? Hay un problema-dijo Nicholas, todavía con una sonrisa en su rostro, aunque la envidia que sentía en su interior no era sana-para que una escoba funcione, se necesita que el que está encima tenga talento, y lamentablemente, ese no es tu caso.

Nicholas Riggs y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora