27- Una nueva oportunidad

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Le dolía el cuerpo. Se sentía débil. ¿Dónde estaba? Reconocía esa sensación. Estaba sobre algo blando y cómodo. Abrió de a poco los ojos, para escuchar la voz de alguien que conocía mucho.

-Le voy a pedir, señor Ministro, que por favor hable más despacio. Tenemos alumnos que necesitan descansar aquí.

Era Mme. Pomfrey. Abrió los ojos del todo. Estaba en la enfermería. Miró a su alrededor, y notó que no estaba solo. Cornelius Fudge, Snape, Dumbledore y Mme. Pomfrey estaban de pie, no muy lejos de la cama donde él estaba recostado. En las demás camas, Nicholas pudo ver a Riley y Adrian, que parecían dormir, y a Evan, que no se veía en el mejor estado, con Emily sentada a su lado.

Nicholas hizo sonar la garganta, y los adultos fijaron su atención en él. Dumbledore sonrió un poco y se acercó.

-¿Cómo te sientes muchacho?

Comenzó a recordar todo. Lo que había pasado con Lupin, Evan herido, sus amigos... Sirius.

-Señor, Si...

Pero Dumbledore negó y se llevó un dedo a los labios. Nicholas asintió, sin entender demasiado.

-Bueno, profesor Snape-dijo el Ministro, que parecía tremendamente orgulloso-definitivamente le salvó la vida a este pobre muchacho.

-Claramente Black lo estaba usando como un método de defensa. Los dementores no lo matarían-dijo Snape, con el pecho hinchado de orgullo.

Dumbledore le guiñó un ojo a Nicholas y, volviendo la vista a los dos adultos, dijo:

-Ciertamente, pero de todas maneras, Nicholas llegó aquí en un estado deplorable. Eso nos Indica que, tal vez, los dementores si podrían haber recurrido a medidas extremas, incluso estando Nicholas ahí.

-Vamos, Dumbledore...-susurró Fudge-trabajan para el ministerio, no podrían herir a un muchacho.

-No es una conversación para tener frente a un muchacho-cortó el director, mirando a Nicholas-así que te voy a pedir, Cornelius, que me esperes en mi oficina. Profesor Snape, creo que los niños necesitan descansar.

Fudge y Snape se miraron sorprendidos y asintieron, retirándose los dos de la habitación. Dumbledore se sentó a los pies de la cama de Nicholas, al tiempo que Mme. Pomfrey se iba a su despacho.

-Yo también hablé con Sirius-dijo Dumbledore, asintiendo. Nicholas sonrió, ¿cómo no se le había ocurrido?-si lo que me dice es cierto, Peter Pettigrew fue el malo todo el tiempo. ¿Estoy en lo correcto?

Nicholas asintió-pero... ¿que vamos a hacer, señor?-susurró el chico, comenzando a desesperarse-¿cómo vamos a salvar a Sirius?

Dumbledore levantó una mano-lo primero es que te calmes, mi muchacho. Lo que dije es verdad, llegaste bastante herido y tienes que descansar.

-Señor, con todo respeto, pero no puedo descansar ahora. Tenemos que ayudar a Sirius.

El director lo miró por unos segundo en silencio. Parecía que en su mente se estaba llevando a cabo una fuerte disputa. A Nicholas le hubiera encantado poder leer la mente en ese minuto.

-Solo dígame que está planeando algo increíble que tiene todas las posibilidades de funcionar-dijo Nicholas, juntando las palmas. Dumbledore sonrió un poco y dijo:

-Bien, Nicholas. Ayudaremos a Sirius, pero el trabajo difícil tendrá que quedar en tus manos. Soy el director, y se vería demasiado sospechoso si yo fuera por ahí corriendo con un muchacho salvando a un acusado de asesinato-Nicholas rió-necesito que me escuches bien, ¿sabes si Ebony sigue teniendo el giratiempo?

Nicholas Riggs y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora