20- Escaleras que cambian

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Nicholas había llegado a soportar pociones. No era tan mala después de todo, y Snape, que no era precisamente agradable, tampoco era de lo peor.

Llegó a la clase con Ebony, debido a que Adrian estaba con Riley y Emily, y se sentó junto a ella. Todavía se negaba a hablarle a Riley, pero se sentía muy apartado de su grupo. Adrian, que sentía pena por su amiga, y Emily que nunca había estado enojada en con ella, pasaban gran tiempo con Riley intentando que todo volviera a estar bien, pero Nicholas simplemente se negaba. No hablaría con esa traidora.

Ebony captó la mirada de Nicholas que estaba fija en sus amigos, mientras se sentaban y dijo:

-No les hagas caso, Nick. Ellos se pierden tu amistad.

Nicholas asintió al tiempo que Snape dejaba entrar al último alumno y cerraba la puerta.

-Riggs-dijo el profesor, y Nicholas levantó la vista-¿qué pasa si le agrego raíz de asfódelo a una infusión de ajenjo?

Nicholas pensó en el libro que Snape le había regalado, que sí había leído, pero no recordó nada que hablara de eso.-yo... no lo sé, señor.

-¿Cómo se siente no saber algo por primera vez en tu insignificante vida?

Todos los alumnos de Slytherin, menos Ebony y sus amigos, que Nicholas no conocía realmente, rieron. Malfoy se desternillaba de la risa.

Nicholas no entendía que estaba sucediendo. ¿Por qué Snape estaba siendo así con él? Pensaba que las cosas habían mejorado entre ellos dos.

-Saca esa cara de sorpresa, Riggs. Sigues siendo una asquerosa rata, parecida a su maldito padre.

-Él no es mi padre-dijo Nicholas, sintiendo como la rabia lo invadía. ¿Por qué Snape estaba siendo tan cruel?

-¿Ah no? No puedes escapar de tu sangre, Riggs. Ya eres igual de estúpido que él.

Nicholas se levantó-¿puede dejarme en paz? ¡No he hecho nada para que esté así!

Snape lo miró por unos segundos con furia-sal de aquí Riggs. No entrarás más a mi clase esta semana.

-Pero...

-¡SAL DE AQUÍ! ¡AHORA!

Nicholas tomó su mochila, se levantó y, dando un portazo, salió de la habitación. Podría llegar antes a las clases de defensa contra los dementores de Lupin, así que no era tan malo después de todo. Solo que no entendía por qué Snape se había comportado así, era como si hubieran vuelto al principio, cuando ellos dos se odiaban a muerte.

Cuando Adrian llegó a la habitación en la noche, Nicholas ya estaba recostado en su cama, y no estaba muy feliz. Debido a lo confuso que había quedado después de la clase de Snape, no había podido concentrarse en las clases con Lupin y ni siquiera había logrado que una niebla saliera de su varita. Se había desmayado tres veces y al final Lupin se había negado a seguir.

En resumen, Snape había arruinado su día, y el hecho de que Adrian se lo hubiera pasado con Riley, no ayudaba.

-¿Nick? ¿Estás despierto?

Nicholas corrió las cortinas de su cama.

-Supongo.

-¿Todo bien?

-¿Todo bien con Riley?

Adrian puso los ojos en blanco-¿vas a partir de nuevo con eso?

-¿Con el hecho de que me pasara solo todo el día porque tú estabas con Riley? Sí, lo siento por comenzar de nuevo.

Nicholas Riggs y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora