3- King's Cross

165 24 0
                                    

Dos semanas después, Nicholas Riggs, junto a Adrian García y a su madre, se encontraban en camino hacia la estación de trenes de Kings Cross, en Londres, en donde podrían tomar el tren para ir a Hogwarts. Era hora de entrar y cursar su segundo año.

Nicholas estaba realmente ansioso por entrar, por fin volvería a su querido colegio, a Hogwarts, por fin vería a Riley, a sus amigos de segundo año, vería a Dumbledore, a Flitwick, a los demás profesores, a Hagrid. Todo lo que más amaba, iba a Hogwarts con él.

Cuando llegaron a la estación, bajaron sus cosas, las pusieron en sus carritos y los tres comenzaron a caminar por las distintas plataformas buscando la pared entre la nueve y la diez. Era una de las cosas que Nicholas mas amaba de ir a Hogwarts, cruzar la pared y entrar a la mágica plataforma 9 3/4.

Al hacerlo, sintió que por fin estaba entrando a casa, por fin podría dejar el mundo muggle y volver a su mundo.

Se volteó para mirar a Adrian, que sonreía emocionado igual que él. Ambos amaban Hogwarts.

La plataforma estaba llena de familias de magos y brujas que se despedían de sus hijos e hijas. Nicholas pudo ver a muchos padres tremendamente emocionados al dejar a sus hijos por todo un año. Muchos niños lloraban, debían ser los de primer año. Debía ser difícil ser tan pequeño y alejarse de sus padres, bueno... para ellos, porque para Nicholas fue increíble. ¿Pero sería capaz él, en solo unos años más, de dejar su colegio sin llorar? Lo dudaba.

Entre la multitud, mucha gente lo apuntaba y susurraba, o simplemente gritaban su nombre en una completa y desenfrenada emoción. Nicholas se ponía rojo cada vez que una conversación se interrumpía por mirarlo. ¿Así se sentiría siempre Zachary James? Aunque a Zachary, el niño de tercer año que había vencido a Voldemort la primera vez, sobreviviendo al maleficio asesino, parecía gustarle la fama y la atención.

A los lejos, Nicholas y Adrian pudieron ver a muchos de sus amigos, como Dean Thomas, hijo de padres muggles, que se encontraban en ese momento junto a él, y también ciertas personas que no les agradaban, como Draco Malfoy con sus padres, o Jasper, que estaba de pie junto a Iris, quien, agachada frente a su hijo, parecía estar calmándolo con palabras. Nicholas puso los ojos en blanco y corrió la vista. No debía pensar en ellos, ahora por fin podría volver a su verdadero hogar.

-Tienen que portarse bien este año-dijo la señora García-si no una buena tunda les voy a dar. No más ser héroes, mijos. Dejen a los adultos hacerlo.

Nicholas y Adrian se miraron y rieron.

-Lo digo enserio, son unos peques, unos niños, y merecen tener su infancia.

Los dos chicos asintieron, escondiendo la risa que amenazaba con salir de sus cuerpos. Se detuvieron frente a la entrada del tren, al que ya comenzaban a subir los alumnos, y miraron a la señora García, que sonreía con lágrimas en los ojos.

-Los quiero, ¿está bien? A ambos.

Los dos volvieron a asentir.

-Cualquier cosa, háblenme, o pídanle ayuda a Dumbledore. ¡Por favor!-exclamó-pase lo que pase, pídanle ayuda a Dumbledore sin ven algo extraño. ¿Está bien?

Nicholas y Adrian se miraron confundidos y volvieron a asentir.

-¿Nicholas? ¿Puedo hablar contigo antes de que subas?-preguntó la señora García, abrazando a su hijo y besando su frente.

Nicholas respondió afirmativamente y Adrian, mirándolos sin comprender, se despidió de su madre y subió al tren con sus cosas.

-Quiero que me prometas que te vas a cuidar-dijo ella, arrodillándose frente al chico y arreglándole el cuello de la camiseta. 

Nicholas Riggs y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora