23- Exámenes finales

100 21 1
                                    

La primera semana de junio llegó y, aunque lo único en lo que quería pensar Nicholas era en como terminar con Sirius Black, lamentablemente su mente se vio ocupada por otros asuntos. Específicamente, los exámenes finales que todos los alumnos de Hogwarts tenían esa misma semana. Nicholas no podía creer lo mucho que había que estudiar, lo mucho que había que leer, lo mucho que había que esforzarse para pasar todas las asignaturas. Junto con Riley, Adrian y Emily, se había quedado todos los días hasta tarde estudiando en la sala común las semanas antes a que empezaran los exámenes finales.

El muchacho ya no podía más de agotamiento y estrés, y en los únicos lugares en los que podía estar tranquilo eran en el campo de Quidditch y en la oficina del profesor Dumbledore.

Pero los exámenes llegaron, y fue hora de que Nicholas y sus amigos pusieran todo lo que había aprendido en un papel.

El primer examen, el lunes, fue de Transformaciones. Nicholas, que estaba particularmente nervioso por lo que diría McGonagall, salió emocionado después de que la profesora le sonriera en la parte práctica del examen.

El de Flitwick, el martes, fue bastante fácil para los chicos, ya que era para el que más habían estudiado. En cuanto a los demás, el muchacho solo podía rezar para que no hubieran sido demasiado terribles.

La semana había pasado, el viernes había llegado y Nicholas, junto a Riley y Adrian, se encontraba recostado en el pasto de los jardines del colegio, bajo un perfecto abeto que les daba la mejor sobra del lugar. No podían estar más aliviados. Después de todo, pasara lo que pasara, ya no importaba. No podrían cambiar las notas.

-¿Pueden creerlo?-preguntó Nicholas, más tranquilo que en todas esas semanas. Riley y Adrian, revisando sus libros para ver en que se habían equivocado, miraron a Nicholas con mala cara-¡ya terminamos todo!

Sus amigos negaron y volvieron a sus libros, pero Nicholas se desperezó y volvió a recostarse en el pasto, al tiempo que cerraba los ojos y se preparaba para dormir un poco.

-¿Nicholas?

Abrió los ojos de a poco. Seguía bajo los abetos, pero ya la sombra no era solamente suya. Estaba casi oscuro. Se sentó, esperando encontrarse con Riley y Adrian, pero no solo se encontró con ellos. Evan Riggs y Emily estaban ahí.

-¿Todo bien?-preguntó el hombre. Nicholas asintió avergonzado. Se había quedado dormido-me preguntaba si podríamos hablar-dijo Evan, que parecía incluso más nervioso que el chico.

Nicholas miró a sus amigos por unos segundos. Estos se encogieron de hombros y corrieron la vista. El chico asintió, sin saber que decir. ¿Por qué querría hablar con él?

Se levantó y, junto con Evan, comenzó a caminar en dirección al lago. Junto a el se sentía más pequeño de lo normal, y eso que ya era bajo en comparación a sus compañeros. Adrian pronto lo pasaría y sería el amigo alto. Él se quedaría como el amigo bajito. Esperaba que eso no durara para siempre.

Siguió observando a Evan. Se parecía bastante a él. Su mismo cabello, sus mismos ojos... tenía incluso su misma forma de caminar.

-Quería hablar contigo para darte las gracias por lo buen amigo que has sido con Emily... con todo lo que ha estado pasado...-Evan bajó la vista y se rascó la cabeza incómodo, igual como lo hacía él.

Nicholas sonrió un poco para sí mismo y Evan lo miró confundido.

-Lo siento-se apresuró a decir el chico-es solo que hace lo mismo que yo cuando está nervioso. Se rasca la cabeza, señor.

Evan se detuvo por unos segundos, se miró la mano y rió-lo hago desde pequeño. Es lo peor que puedo hacer porque...

-Todos se dan cuenta que está nervioso. Lo sé, lo he vivido-dijo Nicholas, también riendo.

Nicholas Riggs y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora