2- En familia

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Las siguientes semanas fueron las más felices que Nicholas pudiera recordar en su vida. Recorrió el bosque incontables veces, se zambulló en el lago con Adrian y comió la mejor comida preparada por la señora García, que era una increíble cocinera, especialmente de comida mexicana.

Por primera vez en su vida se sintió como en familia. Por primera vez en su vida tuvo unas vacaciones, que aunque cortas, ya que en solo un mes debía entrar a Hogwarts, estuvieron llenas de diversión, de cariño, de aceptación y respeto por parte de los que lo que lo rodeaban. Además, también por primera vez, pudo mostrar su talento con el dibujo y la guitarra, al serle proporcionados los materiales por la señora García, que también dibujaba y que no tuvo problemas con que Nicholas usara las guitarras de su esposo.

En resumen, había tenido unas vacaciones inmensamente felices.


A una semana de entrar a Hogwarts, Nicholas se encontraba recostado en la cama que la señora García había hecho aparecer junto a la cama de Adrian, pensando en los que había pasado con Snape en su casa. ¿Por qué habría ido? ¿Qué habría sido lo tan importante que su madre había tenido que contarle, y por qué después de eso Snape se habría ido sin siquiera despedirse de Jasper, que parecía haberle agradado?

Miró a Adrian, que miraba el techo a su lado. Ambos habían quedado agotados después de toda una tarde nadando en el lago en compañía de la señora García, que era bastante animada, y usaba uso de su plena juventud al estar con su hijo y su amigo.

-Snape fue a mi casa-dijo.

Adrian abrió mucho los ojos y lo miró.

-Llevamos un mes juntos... ¡un mes!-exclamó Adrian-¿Y recién me lo dices?

-Creo que... no había querido pensarlo-razonó el chico-fue el día en que mamá me echó de casa.

-Oh...-Adrian volvió a mirar el techo, avergonzado. No acostumbraban a ponerse sentimentales frente al otro-¿y que te dijo?

-¿A mí? Nada. A mi madre. Algo tenían que hablar, y a Jasper y a mí nos echaron de la habitación.

-¿Y qué le dijo?

-¿Y qué se yo?

Adrian rió-Que aburrida historia amigo.

Nicholas rió en sintonía-lo sé. Solo me preocupa que, cuando bajé, mi madre parecía mal, y Snape se había ido. ¿Qué le habrá dicho?

Adrian se sentó de un salto y miró a Nicholas con esa sonrisa pícara que su amigo conocía muy bien-¿y si tu madre... fue novia de Snape?

Nicholas también se sentó, con cara de profundo disgusto-¿Perdón?

-¡Piénsalo! ¡Tu madre le dijo a Snape que le seguía gustando! ¡Va a ser tu padrastr... ¡ay!-exclamó Adrian, cuando la almohada de Nicholas chocó con fuerza contra su cara-¡dolió!

-¡Fue con intención! ¡¿Snape?! ¡¿Mi padrastro?! ¡Olvídalo! ¡Me trago mi caldero si eso llega a pasar!

-Te tomaré la palabra... ¡No Nicholas, otra almohada no!

La risa que invadió a ambos chicos fue suficiente para llamar la atención de la señora García, que llegó a la habitación y se lanzó sobre Adrian en un ataque de cosquillas. Adrian aullaba de la risa, y Nick no pudo evitar pensar, con gran nostalgia, que le habría encantado tener una madre como la señora García. Pero en ese minuto, el ataque de cosquillas le llegó a él y la risa nubló todo pensamiento triste que podría haber tenido.

Una semana después, a solo dos días de entrar a Hogwarts, Nicholas sintió como alguien lo sacudía para despertarlo. Abrió los ojos lentamente y se encontró con la señora García, que tenía un plato lleno de galletas en una mano y un vaso con leche en la otra.

Nicholas Riggs y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora