𝐶𝑎𝑝í𝑡𝑢𝑙𝑜 𝐼

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Aquella misma noche:

Garen Crownguard atravesaba con celeridad el pasillo. No podía arrancar los ojos del final del recorrido, punteado por docenas de figuras uniformadas con armadura. Tenía grabado a fuego en su memoria cada una de las palabras que contenía esa maldita carta anónima:

"Garen Crownguard, el Poder de Demacia y líder de la Vanguardia.

He de hablar con vos, acudid esta noche al bosque. Corréis un grave peligro.

Anónimo."

No solía actuar por impulsividad, pero por encima de su propia supervivencia, estaba la de su familia. Su sentido de la responsabilidad y el deber le habían hecho ganar enemigos a lo largo del continente.

En un inicio, desconfió sobre la veracidad que ofrecía el mensaje, pero fue la caligrafía; limpia y trazada con necesidad, lo que provocó una corazonada en su mente.

La imagen de una mujer emergió de la nada para torturarle. Todavía recordaba con exactitud el tono rojizo de aquella larga melena. Si la persona que enviaba la carta estaba en lo cierto, tenía que ser ella.

—¡Garen! — Lo llamó una voz femenina a sus espaldas.

El guerrero frenó súbitamente sus pies y una oleada de suspicacia le atravesó la espina dorsal: No había informado a nadie acerca de su salida.

Se volvió y vio la figura de su joven hermana aproximándose. Su cabello rubio estaba alborotado por la carrera. Él sonrió con cariño.

—¿Otra vez galopando por los pasillos? — Le dijo. — Pensaba que era un potrillo lo que me perseguía.

—¡No te detenías!

La joven se detuvo, inclinándose para recuperar el aire. Luego lo recorrió de arriba abajo con la mirada, observando la armadura que llevaba, procuró adivinar sus intenciones.

—¿Te marchas otra vez?

—Me temo que sí.

Una sombra de disgusto cruzó el marfileño rostro de ella.

—¡Pero si acabas de llegar! — Lo riñó.

—Es importante, Lux —Se detuvo unos instantes, cavilando una justificación que pareciese creíble. — Me han convocado a una reunión en la ciudad, es mi deber asistir.

Ella puso mala cara e hizo un puchero, gesto suficiente para que Garen se ablandase. Acercándose a su hermana, dijo en un tono suave.

—Cuando vuelva, te traeré dulces de manzana e iremos a la cañada que tanto te gusta. En esta época del año el atardecer desde allí es precioso.

Luxanna sonrió abiertamente y besó la mejilla del demaciano.

—Me consientes más que padre.

—No puedo evitarlo. — Reconoció, devolviéndole la sonrisa.

Ella lo rodeó en un efusivo abrazo y Garen la estrechó con fuerza. Se percató de que su hermana trataba de contener la risa.

—Manda saludos a tu novia de mi parte. —Bromeó Luxanna.

El guerrero frunció los labios y negó con la cabeza. Era una muchacha realmente avispada.

Por primera vez, tuvo el presentimiento de que iba a tardar mucho, mucho tiempo en volver a ver su rostro. Se deshizo de aquella sensación, él protegería a su familia de cualquiera que intentase hacerles daño.

Aunque le costase la vida.



La línea del horizonte imbuida por la niebla difuminaba los alrededores de Meraplata Alta. Una mujer noxiana observaba la luna creciente desde las inmediaciones del bosque, mientras su pecho cargado de congoja, le hacía recordar la primera vez que había cruzado el acero de sus dagas, con la noble espada del líder de La Vanguardia.

REDENCIÓN- DARIUS X LUX ✧LEAGUE OF LEGENDS✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora