𝐶𝑎𝑝í𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑋𝐼𝑋

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Darius se echó agua fría, sin piedad, contra la piel, aliviando el cansancio de su cara.

Antes de la salida del amanecer, una brigada de sus mejores hombres y él habían abandonado la ciudad por el resto del día. Habían supervisado los accesos de piedra negra que conducen a Noxus. Conocidos en todo Valoran como Noxtoraa <<entrada a Noxus en Ur-noxiano>>.

Y por alguna razón, el lugar donde los espías demacianos habían conseguido esquivar el control fronterizo e infiltrarse en la ciudad.

Desde la lejanía, había visto con sus propios ojos los imponentes campamentos que habían erguido los demacianos en las tierras que rodeaban la ciudad. Situados estratégicamente para frenar la entrada de suministros y mercancía a Noxus.

Trataban de asediarlos por tierra.

Parecía que los problemas se acumulaban.

Mientras observaba el ir y venir de las ondas acuosas, era incapaz de olvidarse de aquellos ojos azules, radiantes y tan llenos de dolor.

La boda se celebraría al día siguiente. Confiaba que Luxanna lo acabaría aceptando, sin embargo, temía que ella pudiera llegar a guardarle rencor y acabar odiándole. Pues todo aquello que le había sucedido, había sido la consecuencia de traerla a Noxus.

Sería un suceso difícil de afrontar, Luxanna le gustaba demasiado y era una muy buena mujer para un hombre nada bueno.

Expulsó aire y volvió a echarse agua sobre la cara.

Darius se había separado del grupo para refrescarse en las aguas de un claro rodeado de majestuosos tejos, la niebla se enredaba entre las rocas y el frío era su única compañía.

Repentinamente, hubo un sutil cambio en el aire.

El guerrero tensó los músculos, giró el cuello y se encontró de bruces con el filo de una gran espada.

Darius soltó una maldición, No había percibido ningún sonido que indicase las pisadas de alguien. La cabeza todavía le estaba dando vueltas, estaba tan absorto pensando en la joven que no escuchó ruido alguno.

—Te voy a mandar de vuelta al infierno, maldito bellaco. — Bramó una voz grave y condenadamente distinguida en Valoran— ¿Por qué tenía que ser ella?

Tenía que pensar y actuar rápido. Su hacha estaba enfundada en la espalda, tardaría demasiado en sacarla y golpear. Respiró hondo y se mantuvo en guardia constante.

Cuando la espada estuvo a punto de caer sobre el cuello Darius, este logró interceptar el golpe con el grueso mástil de su arma. Seguidamente se incorporó con la agilidad de un gran felino hasta estar nariz con nariz con el reluciente caballero que lo había tomado por sorpresa.

Garen observó desde su posición los ojos del hombre cuya muerte llevaba soñando desde el día que puso un pie en Demacia. Los dos se contemplaron salvajemente en silencio, la brisa transportaba un frío punzante que ninguno de los dos pareció sentir.

—¿Qué clase de jefe aspiras a ser, si no estás al cuidado de tu campamento? — Inquirió Darius.

—Uno que siempre tiene tiempo para acabar con sus enemigos.

Hubo un largo silencio. Darius avanzó en su dirección.

—Pues inténtalo.

Garen imitó el movimiento y lo recorrió con los ojos ardiendo de ira.

—Lucha como mi igual; lucha justo. A menos que tengas demasiado miedo.

El noxiano lanzó el arma al suelo con brusquedad y se retiró la armadura para quedar igual de expuesto a los golpes que él.

REDENCIÓN- DARIUS X LUX ✧LEAGUE OF LEGENDS✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora