𝐶𝑎𝑝í𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑋𝑉

835 53 12
                                    

Darius acababa de supervisar el entrenamiento de La Legión y se dirigía de vuelta al Alto Mando. Debía de escoltar a la demaciana hacia el estudio del mejor hechicero de Noxus.

Y casualmente, amistad íntima de Swain.

Notaba los primeros rayos de sol a sus espaldas y el mal humor era incontrolable. La noche anterior había perdido el control y la había besado. Algo que en un jefe guerrero como él resultaba impensable.

Pero el placer que le proporcionaban los labios de Luxanna era tan grande, que perdió la cabeza y no tuvo más remedio que rendirse a aquellas nuevas sensaciones.

Entonces ella apoyó la cabeza en su hombro y se sumió en un profundo sueño.

Pasó la noche tan aturdido, que no supo discernir entre la alegría y la irritación. Alegría al poder ponerle fin a aquel lascivo apuro e irritación, porque era la primera mujer que le gustaba a más no poder. Por suerte para ambos, todo había quedado en un sueño.

O eso le pareció.

Darius la había vestido y cubierto con mantas para que descansara. Incluso se había quedado unos instantes observándola y preguntándose, qué tenía para desencadenar el afecto en alguien que solo había conocido la guerra y la violencia.

Extrañamente ejercía un tipo de poder misterioso sobre él, más allá de que era su obligación protegerla. Lo estaba volviendo cada vez más loco.

Cuando al fin se dispuso a darse un baño, el agua fría no ayudó a disipar de su mente aquellas imágenes. Tuvo que verse obligado a mitigar con su mano la frustración que sentía su entrepierna. Aunque era la solución más práctica para un guerrero, no resultaba demasiado satisfactoria.

Tenía hambre de ella.



Luxanna caminaba al lado del enorme guerrero en silencio, demasiado asombrada por lidiar con la molesta experiencia de caminar por una calle abarrotada de gente con Darius.

Las personas se apartaban de su camino.

Quizá fuese por su caminar decidido y un poco agresivo, o por quien era. Lo que provocaba que los hombres se desviasen, saliendo de su camino para otorgarle completa disponibilidad de espacio.

La parte molesta eran las mujeres. No podían resistir girar la cabeza hacia él, o hacerse a un lado y rozar superficialmente su cuerpo. Ávidas de su contacto.

Darius parecía inmune al efecto que tenía en las mujeres, debía de estar tan acostumbrado que ya no le importaba.

Aunque percibía que algo en él iba mal, pero no se atrevió a preguntar. Estaba demasiado ensimismada observando su entorno que comunicarse era innecesario.

Abruptamente, recordó que en su reciente sueño había disfrutado del reflejo de un hombre que nunca había visto antes.

Lo que se disponía a ser un castigo, se transformó en una abrumadora dulzura que ella nunca habría concebido en un guerrero de tal ferocidad. Era tan perfecto que dolía tan solo pensarlo. Un leve suspiro se escapó de sus labios, su imaginación lo había idealizado hasta tal punto, que era incapaz de ver más allá de sus pensamientos.

El frío del ambiente se cernió sobre ella y tuvo que cubrirse los hombros con las manos.

—¿Por qué el Alto Mando está tan templado cuando el invierno está en su peor momento aquí fuera? — Preguntó curiosa.

Darius miró los tejados cubiertos de nieve, tratando de ignorar el leve rubor que apareció en las mejillas de la joven y sus labios rosados entreabiertos.

REDENCIÓN- DARIUS X LUX ✧LEAGUE OF LEGENDS✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora