𝐶𝑎𝑝í𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑉𝐼

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Garen Crownguard se frotó los ojos con pesadez y respiró suavemente. Se encontraba en su habitación, tendido en la cama. Una avalancha de preguntas y recuerdos vagos emergieron en su mente.

Pero a ninguna de ellas podía responder.

Se sentía profundamente desubicado, lo último que recordaba era la dolorosa sensación de haber sido herido en el cuello y la desconcertante mirada de Katarina tras lesionarlo. Lo había advertido del peligro que corría, y, sin embargo, él renunció a quedarse de brazos cruzados. ¿Qué esperaba que hiciese?

Se pasó la mano por la zona lastimada y descubrió que estaba cubierta por un ungüento de aroma extraño. Lo habían atendido.

Alguien golpeó la puerta inesperadamente y el guerrero se incorporó con el corazón encogido en el pecho.

—Adelante.

Una mujer vestida con elegantes ropajes apareció del umbral. El demaciano recorrió a Augatha, su madre, con la mirada. Su pelo rubio estaba oculto por un manto de tela largo y negro, con los extremos bordados en oro.

Vestía de luto.

—Gracias a Dios.... — Exclamó la mujer con voz temblorosa mientras corría a abrazarlo. —Hijo mío.

Garen estrechó con cariño a su madre y la sostuvo por los hombros.

—¿Qué ha pasado madre?

La mujer se enjugó una lágrima y lo miró con los ojos muy abiertos.

—Sir Eric te encontró a tiempo en el bosque. Estabas cubierto de musgo y tierra, gravemente herido. Menos mal que el curandero te supo atender. — La voz de Augatha sonó quebrada y volvió a abrazarlo. —Pero tu hermana...

Todas las alarmas del instinto de Garen sedispararon.

—¿Qué?

La mujer tragó saliva y procuró controlar la voz.

—Unos asesinos atacaron en el ala norte del castillo y ha desaparecido. N-no encontramos su cuerpo, todavía. — Sacó un pañuelo blanco de su bolsillo y lo deslió con el pulso temblando. Extrajo la daga manchada de sangre y el collar de petricita. — E-esto... estaba en su habitación.

El pecho de Garen subía y bajaba con celeridad a la vez que escudriñaba aquellos objetos. Le costaba digerir la información. ¿Y si su hermana había muerto? ¿O si estaba herida?

Su mente estaba siendo un enjambre de impulsos y sensaciones negativas. Tenía que calmarse. Si el cuerpo de Lux no estaba por ninguna parte, eso solo significaba que la habían secuestrado, sin importar la condición en la que se encontrase.

Notó un músculo temblando en su mandíbula antes de hablar.

—Era a mí a quien buscaban, madre. No a ella. — Dijo con voz roca. —Debo ir a Noxus. Antes de que sea demasiado tarde.

REDENCIÓN- DARIUS X LUX ✧LEAGUE OF LEGENDS✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora