𝐶𝑎𝑝í𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑋𝑋𝐼𝐼

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La noche se cernía sobre Noxus, los salones del Alto Mando habían estado inusualmente repletos de invitados y para Luxanna, el convite había pasado con una lentitud incómoda.

Darius había estado a su lado en silencio, cada vez que lo veía beber un trago de cerveza dirigía una mirada inquisidora hacia la entrada. El ardor bullía en su mirada oscura, parecía esperar la presencia de alguien que no se había presentado.

Harta de su actitud distante, la joven se levantó para dirigirse a descansar sin decir una palabra, pero el guerrero la había aferrado por la muñeca, deteniéndola.

<<Ve a mis aposentos. >> Le había dicho.

En aquel momento ella quiso sacudirle para saber el motivo de su distanciamiento y aspereza. Pero se limitó hacerle caso y marcharse de allí en silencio. Ya lo ayudaría cuando estuviese más comunicativo.

Por el momento, Luxanna aguardaba en la gran habitación. Se cepillaba el pelo con especial premura, ansiando que la puerta se abriese de un momento a otro. Deseando ver a su marido, necesitando comprender que la razón de su tensión no era por ella.

Sin embargo, nadie apareció.

Finalmente, se puso cómoda en la balaustrada bajo enorme ventanal y admiró la imponente ciudad, que curiosamente, se había convertido en su refugio personal.

Era un hecho, Luxanna se sentía segura en Noxus.

Aunque anhelaba el sol y los bosques de Demacia, era su gente, austera, la que tenía mucho que aprender de amplitud mental de los noxianos: "La fuerza es fuerza, no importa el estado en el que se manifieste. La resiliencia es necesaria para adaptarse al peligro y superarlo." Y la lección más importante: Jamás rendirse.

¿Cómo habría sido su situación actual si nunca hubiera sido secuestrada? Monótona. Deprimente. Bajo el ilusorio resguardo de una burbuja de lujos y abundancia que, durante años, había ayudado a reprimir su inherente determinación.

Su magia.

Su mente se cerró como una trampa cuando percibió una presencia imponente y magnética, sospechosamente familiar. Giró el cuello y descubrió a Darius escudriñándola en silencio. Estaba tan absorta en sus pensamientos, que no se acordaba que estaba hecha un manojo de nervios.

Silencio.

Tras unos instantes evaluándose mutuamente desde la lejanía, Luxanna no pudo contener el reciente disgusto que se había instalado en su interior:

—No pareces feliz.

El guerrero la mirada. Intuyó que a la joven no se le había escapado un solo detalle de lo que ocupaba su mente. Estaba tan desconcertado concibiendo la causa de la desaparición de Swain, que su silencio no había hecho más que preocupar a Luxanna.

—Me he unido a ti y eso me hace ser el hombre más feliz del mundo. — Confesó avanzando en su dirección. —Llevo todo el día pensando por qué Swain no ha aparecido.

La joven alzó las cejas, comprendiendoel motivo de su desazón.

—¿Ha pasado algo?

—No.— Dejó caer con seriedad. — Que yo sepa.

—Debe de tener una buena razón para haberlo hecho.

Darius no pasó por alto el cansancio que desprendía la voz de la muchacha. Vio que pasaba una mano por su frente y cerraba los ojos, como si aguantase una marejada de cansancio que la acababa de embestir.

—Ve a descansar, Ilyssa — Ordenó con dulzura.

—Me resultaría imposible dormir hoy.

REDENCIÓN- DARIUS X LUX ✧LEAGUE OF LEGENDS✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora