𝐶𝑎𝑝í𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑋𝑉𝐼𝐼

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Se le cayó el alma a los pies. Su hermano no se había rendido.

A pesar de que, en la carta, le explicaba que elegía quedarse con los noxianos, Garen quiso averiguar si verdaderamente ella decía la verdad. Quizá si la respuesta era negativa... ¿Se arriesgaría a recuperar a su hermana?

Swain se levantó de la silla tallada en madera al ver a la demaciana aparecer por el umbral. Estaba inusualmente pálida y su expresión era consternada. El nigromante sonrió y rompió el silencio que reinaba en la sala.

—Podéis retiraros — Ordenó al resto de miembros que lo acompañaban.

Cuando al fin se quedaron a solas, Luxanna oteó la habitación: Darius no estaba. Una extraña frustración inundó su interior ¿Por qué continuaba buscándolo?

Instantes después, esperó a que el emperador hablase, pero no lo hizo. Tan solo la miraba ceñudo. Ella se armó de valor y se atrevió a romper el silencio:

—¿Qué necesitáis, señor?

—Acercaos, muchacha. — Su voz sonó levemente decepcionada. —Como sabéis, en Noxus abunda la delincuencia. Es un gravísimo problema y nos esforzamos para combatirla. —Dio un par de palmadas— Vais a demostrarme que sois digna de pertenecer al Alto Mando.

Luxanna se puso tan nerviosa que por su espalda se deslizó una gota de sudor frío. No entendía que estaba ocurriendo. ¿Qué esperaría de ella Swain?

Una puerta se abrió de par en par y los guardias arrastraron a tres figuras con la cabeza cubierta con bolsas de tela.

Los espías demacianos de los que habló Katarina.

Le dirigió una mirada fugaz a la noxiana y la vio acomodada en uno de los asientos mientras bebía de una generosa copa de vino.

Ambas se inspeccionaron en silencio. Detenidamente.

Los ojos de Katarina destellaron con circunspección. Luxanna intuyó que su propia continuidad en Noxus peligraba. Estaba sola.

Los rostros ocultos de los espías se movían de un lado a otro, procurando distinguir el lugar donde se encontraban. A medida que se acercaban, la joven sintió la sensación de malestar agudizándose. Las rodillas se le doblaron ligeramente, quizá los nervios le estaban jugando una mala pasada.

Los guardias forzaron a los hombres a ponerse de rodillas sobre la tarima, frente a Luxanna. No del emperador.

—Deberéis aplicar la justicia noxiana a estos delincuentes. — Anunció. Swain se había movido con tal rapidez que la joven dio un respingo al descubrirlo a su derecha ¿Cómo podía ser tan rápido? Luego hizo un gesto con la mano, hacia los espías capturados. — Completad la prueba Luxanna, y vuestra lealtad será incuestionable.

La demaciana lo miró horrorizada y abrió la boca.

—Me prometisteis que, si me unía a vosotros, no habría más conflictos con Demacia. — Masculló ansiosa, sosteniéndole la mirada añadió: —Son inocentes.

—El litigio fue iniciado por Garen, dudando de la palabra de su propia hermana. — Rebatió. —¿No lo veis? Yo confío en vos. Él no. — La miró largamente a la vez que daba vueltas al anillo en su dedo, considerando la situación. — Tenéis un corazón blando, muchacha. —Dijo como si fuese algo malo. — Quizá hice mal en ofreceros una vida mejor...

La joven no paso por alto el tono de aversión en su voz. Al parecer, Darius no era el único que la creía débil. Se pasó una mano por la frente, el dolor de cabeza continuaba y no paraba de sentir escalofríos.

REDENCIÓN- DARIUS X LUX ✧LEAGUE OF LEGENDS✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora