𝐶𝑎𝑝í𝑡𝑢𝑙𝑜 𝐼𝑋

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Katarina cerró tras de sí la puerta de la sala capitular del Alto Mando. Esquirlas de luz lunar atravesaban la cristalera y se esparcían sobre la mesa central. Aguardó unos instantes, esperando oír la respiración de alguien o un sonido que le indicase que no estaba sola.

Silencio.

Se deslizó entre las sobras, avanzando con sutil ligereza como si de un gato se tratase. De un movimiento ágil, lanzó una bolsa sobre la superficie de madera.

De pronto, una terrible conmoción la invadió.

Todavía no olvidaba la expresión de Garen cargada de sufrimiento al descubrir que ella lo había herido a traición. Katarina no pretendía matarlo, ni mucho menos, pero en aquel momento era la única forma de pararle los pies. Le costaría horrores asimilarlo.

Respiró.

Sostuvo en su mano la Runa Geogénica y admiró el profundo color rojizo que desprendía, cautivador. <<Harax>> la llamaban los noxianos. Traducción: Alma verdadera.

No podía creer que una piedra tuviese la capacidad de fundirse con la magia y devolver a la vida a seres del pasado. Aquel objeto en manos equivocadas podría provocar una tragedia. A su mente acudió la atroz imagen de Swain, emperador de Noxus.

No soportaba su sola presencia en la misma sala, todos sus instintos parecían decirle que no era de fiar. No permitiría que ese hombre reviviera a Sion y desencadenase otra guerra.

Debía de ser más astuta.

Guardó la Runa en unahumilde bolsa de cuero y se quedó con ella. Pese a pasar los últimos siete añosen Demacia, era un guijarro procedente de Noxus. Durante años, su familia, losDu Coteau, se le había encomendado la misión de conservar y defender la Runa por encima del resto de obligaciones. Era su legado.

Y como tal, debía de cumplir su deber.

Todos sus sentidos se pusieron alerta cuando escuchó el chirrido de la puerta principal, indicándole que había dejado de estar sola. Se cubrió el rostro con la capa y de sin mirar atrás, se lanzó por una ventana cercana.




Garen golpeteaba los dedos sobre la mesa, impaciente. Escuchaba a sus hombres planteando diferentes estrategias para recuperar a su hermana, ninguna de ellas recurría a la fuerza violenta como le habría gustado.

Habían transcurrido unos pocos días desde la Masacre de Meraplata y se sentía como un león enjaulado. Su mente pedía a gritos acudir a la inhóspita ciudad y desmembrar a aquel líder salvaje. No paraba de imaginar cómo podría estar tratando a su delicada hermana, en el caso de que continuase viva.

La duda le consumía.

Katarina lo había advertido y, para su tormento, lo había protegido. Aunque aquello le hizo llevarse por delante unas cuantas vidas.

—La mejor opción es enviar espías a Noxus. — Sugirió Sir Eric.

Garen levantó la cabeza y valoró su propuesta.

—Debería ir yo.

—No os lo aconsejo. — Continuó. — Nos arriesgaríamos a perderos. Los infiltrados pueden hacerse pasar por comerciantes y una vez dentro, averiguar el paradero de Luxanna.

El guerrero, con un seco movimiento de mano, despidió al escribano que redactaba la misiva que enviarían a Noxus. Cuando la puerta se cerró, arrugó el ceño.

Sir Eric había tenido una buena idea. Quizá un poco aletargada, pero no estaba en posición de descartar las diversas oportunidades que le presentaban sus hombres.

REDENCIÓN- DARIUS X LUX ✧LEAGUE OF LEGENDS✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora