REDENCIÓN- DARIUS X LUX ✧LEAGUE OF LEGENDS✧

𝐶𝑎𝑝í𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑋𝑋𝐼

La demaciana había cometido el grave error de derramar sangre frente a él.

Los labios de Swain se curvaron en una mueca de rabia, furioso porque había descubierto que su principal enemigo era alguien tan cercano como importante.

En las memorias de la joven, había visto de primera mano, como Katarina le revelaba que había estado jugando a dos bandas durante todo este tiempo.

De no ser por la repentina ingenuidad de Luxanna, jamás habría sabido que la muy pérfida de Katarina habría tenido la Runa en todo momento ¿De qué forma se las había arreglado para ocultar de él una piedra con tal poder?

No lo sabía. Pero ya tendría tiempo de interrogarla cuando diese con ella. Ahora su mente era una colmena de preocupaciones: ¿Cómo iba a impedir que le entregase la Runa a Garen? ¿Cuánto tardaría en dar con el demaciano y llevarlo ante su hermana?

Una parte de su interior se esclareció. Había inspeccionado cada rincón del Alto Mando, sin encontrar rastro de la noxiana. Si era tan sumamente cuidadosa y avispada como sospechaba, ella no estaría en Noxus, sino a las afueras de la ciudad, de camino a algún campamento demaciano.

Pero, ¿cuál?

Era cuestión de tiempo que terminase encontrándola. Nadie. Absolutamente nadie, podía esconderse de Jericho Swain.

Y entonces se encargaría de efectuar la justicianoxiana sobre la traidora. 

Luxanna jamás había estado tan nerviosa en su vida.

Los brazos y las piernas le temblaban espantosamente, como si estuviese hecha de gelatina. En un día tan especial, le hubiera gustado que su familia estuviese presente y asistiese al evento más importante de su vida. Una oleada de emoción la inundó. Debía de estar feliz, no llena de nostalgia y congoja.

Buscando recomponerse, estudió su imagen en frente al espejo y admiró el precioso vestido color marfil que los mejores sastres noxianos habían confeccionado para ella.

Ris, la sirvienta irrumpió apresuradamente en la habitación.

—Debéis partir ya, Luxanna. Os están esperando.— Se detuvo de golpe, llevándose una mano a la boca con cierto estupor. — Jovencita,estáis deslumbrante. 

La joven respiró hondo y agradeció el cumplido con una sonrisa.

—Pues no les hagamos esperar más.

Nota de la autora: Los votos matrimoniales que pronuncian los personajes en este capítulo, no han sido creados por mí. Son un fragmento de los votos druidas que aparecen en las novelas de "El beso del highlander"(2001) y "El hechizo del highlander"(2005) de la gran Karen Marie Moning.

Miembros del Alto Mando, compañeros de armas y un conjurador especializado en magia sagrada, se habían reunido en el exterior, como era de acostumbrar en las ceremonias noxianas.

Dadas las circunstancias, se había decidido por una celebración íntima y privada, que sería continuada por un amplio festín de ocasión.

Darius se enfrentaba al día con la mente mucho más clara y dispuesto a combatir la conmoción que le produciría esposarse con aquella belleza cuyos cabellos relucían como el oro. Pero los minutos pasaban y el guerrero se impacientaba más al ver a los últimos invitados llegar, sin rastro de Swain ni la joven que sería su futura esposa