𝐶𝑎𝑝í𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑋𝐼

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Darius se cubrió la nariz con el dorso de la mano mientras intentaba ver a través del humo esparcido por el vestíbulo. El sudor se deslizaba por sus sienes y los ojos le ardían al tratar de mirar entre las llamas.

<<Tienes que estar viva, maldita seas muchacha. >> Juró para sus adentros.

Corrió hasta el último piso y sus ojos se movieron con decisión, atentos de un lado a otro hasta que encontró la entrada de su habitación. Una luz resplandeciente surgía por debajo de la puerta.

¿Qué infiernos estaba pasando?

Al Tirar del picaporte, lo hizo de tal forma que lo partió. Un gruñido de rabia se escapó de sus labios. Blasfemó y volvió a limpiarse el sudor. Le propinó una vigorosa patada a la superficie de madera y esta se abrió ruidosamente.

Recuperó el escaso control que le quedaba y se adentró en la habitación, esforzándose por ver entre el humo, avistó a la demaciana tendida en el suelo. Su cuerpo liberaba un brillo cegador que se propagaba por el ambiente.

Entornó los ojos y su corazón latió con fuerza. Tratando de asimilar la imagen que se mostraba ante él.

Estaba envuelta por un escudo de luz.

—¡Luxanna! — Bramó acercándose.

Le pareció ver que movía la cabeza, pero no estaba seguro. Darius sentía como si le estuviesen clavando una lanza en el pecho. Sus pulmones ardían y le pedían oxígeno puro con urgencia.

Pero la había encontrado.

La rodeó por las costillas con un brazo y la otra mano se colocó en su mejilla. Pero ella estaba pálida e inmóvil. Continuaba sin realizar movimiento alguno.

Con fuerza, la atrajo instintivamente a su cuerpo y apretó su vientre. Ella tuvo un espasmo y tosió débilmente. Sus preciosos ojos se abrieron un poco.

Darius sintió una oleada de alivio tan profunda que le revolotearon mariposas por el estómago.

—Te tengo, muchacha ¿Puedes oírme? —El guerrero intentó reanimarla con su voz.

Luxanna parpadeó con pesadez y volvió a cerrar los ojos. Por un momento pensó que estaba muerta. Presionó el pecho de ella con una mano y notó un peculiar cosquilleo recorriendo su cuerpo al percibir el latido de su corazón.

Vivía.

Pero el peligro todavía acechaba, debía de sacarla de allí.

La tomó en brazos, arrancándola de aquel incendio que había intentado arrebatar su vida. Descendieron por las escaleras de piedra, Darius respiraba con dificultad y tenía los ojos resecos e irritados. Pero estaba lo suficientemente atento para distinguir el sonido de la madera desprendiéndose del techo.

Elevó la mirada y la sangre que corría por sus venas se heló.

Una enorme viga caía a tal velocidad que produciría un impacto inevitable. El noxiano no pensó. Se inclinó para proteger el cuerpo de la muchacha con el suyo, estrechándola con fuerza entre sus brazos. Cerró los ojos y rezó porque la armadura que vestía mitigase el golpe.

Sobre su cabeza se produjo un agudo estrépito cristalino

Los adornos de madera chocaron pesadamente contra las losas del suelo, formando una media circunferencia entorno a ellos. Darius parpadeó incrédulo. El peculiar escudo de luz no había desaparecido.

En su lugar, se había dilatado hasta extenderse también a lo largo de su robusto cuerpo, formando una esfera luminiscente gigante. El guerrero abrió los ojos como platos, observando el espacio íntimo y fulgurante. Era algo extraordinario.

REDENCIÓN- DARIUS X LUX ✧LEAGUE OF LEGENDS✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora