25. El celoso

3K 124 4
                                    

Nathaly se coloca a mi lado y pone el móvil entre los tres para darle al play y ver a Luca cargando conmigo para después ver a un Alejandro con la cara roja tratando de levantarse para perseguir a Luca escaleras abajo y a una Claudia reteniéndole con la Palma de la mano apoyada en su pecho.

Arrugo mis cejas y le doy otra vez al play. Hay algo que me llama la atención.

Cuando Luca me carga.

Hago zoom a Claudia y veo como mete su mano por debajo de la camiseta de Alejandro y junta su boca a la mejilla de Alejandro para ir hacia su boca.

Rezo para que Alejandro la separe, pero hace todo lo contrario, la acerca más a él y eso hace que mi corazón se rompa en mil pedazos.

Veo como el cuerpo de Luca aparece conmigo cargada y Alejandro separa a Claudia de un empujón seco, casi haciéndola caer al suelo.

Paro el vídeo y me separo de ellos dos, se que han visto lo mismo que yo y ahora mismo se están mirando con ojos abiertos y dándome miradas preocupadas.

Mi respiración empieza a acelerarse y las manos a sudarme. De repente siento que todo se me viene encima y el agobio me domina. Siento como se forma un tremendo nudo en mi garganta que me impide hablar, porque sé que si lo hago me pondré a llorar. Muerdo mi labio con fuerza tratando de no soltar ningún jadeo.

—Rachel...— Nathaly trata de agárrame del brazo pero me suelto con brutalidad y la miro con los ojos abiertos. Las lagrimas me impiden ver todo con claridad, veo a Luca borroso, pero sé que esta con la cara roja.

—Le voy a matar— gruñe y me parece jodidamente amable de su parte preocuparse por mi sin conocerme apenas.

Nathaly me está hablando, per es como si no estuviera aquí, mis oídos empiezan a pitar y siento que ya no hay música, ni gente gritando. Solo siento mi respiración pesada saliendo por mi boca y mi corazón que se me hace ahora mismo tan pesado palpitando.

Camino hacia atrás tratando de huir de aquí lo antes posible. Cuando mis piernas reaccionan, me doy la vuelta a toda velocidad y paso entre todo la gente sin hacer caso a las protestas de las chicas al empujarlas.

Las lagrimas fluyen libremente por toda mi cara. Tengo el rostro empapado de lágrimas y mi cuerpo ardiendo, por no añadir que presiento que mis piernas me van a fallar en cualquier momento porque las siento demasiado pesadas y eso hace traer ese recuerdo de nuevo a mi mente.

¡Papa!— sonrió señalando la taza, —¡No se ha roto!— chillo de alegría y papá me hace un gesto con la mano.

—¡Vamos, tenemos que llegar a casa Rachel, mamá se enfadará!

Asiento tratando de llegar a donde papá está. Está lejos.

Miro hacia arriba, donde está Alejandro y lo veo en la barra de Cristal apoyado, mirándome fijamente, como un halcón vigilando a su presa desde las alturas.

Siento que no puedo respirar así que tomo una bocanada de aire por la boca, pero sigue sin funcionarme porque no noto el aire entrando a mis pulmones y eso me hace poner aun más nerviosa de lo que ya estoy.

Calma, Rachel. Respira suavemente, como tu psicóloga te lo recordaba en tus ataques de pánico.

No puedo.

Vamos, respira.

Me voy a morir.

Respira suavemente.

Tengo que salir de aquí.

¡Respira!

Mis ojos llenos de lagrimas vuelven a Alejandro para verle agarrar la barra con fuerza y con cara de preocupación.

Recuérdame por siempre *EDITANDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora