41. La despedida

1.3K 93 18
                                    

Camino detrás de él con el corazón encogido. Estamos en el aeropuerto, Alejandro está a punto de coger su vuelo a España, donde estudiará lo que le apasiona. Avanzo con mi mirada fija en su maleta color negro. La gente a nuestro alrededor camina de un lugar a otro, pero no les presto atención.

Mi atención sólo está puesta en él.

Alejandro se voltea hacia mi. Aprieto los labios, sin atreverme a mirarle. Él suspira, mirándome con tristeza. Mis ojos se llenan de lágrimas.

Llegó el día, el se marchará lejos de mi.

Esto es lo que querías, que no se enterase de lo que va a pasar.

Esto es tan doloroso.

Me coge la cara entre sus manos, sus ojos igual que los míos. Alejandro me sonríe débilmente mientras limpia mis cachetes mojados.

—Lo llevaremos bien— susurra sin quitar sus ojos de mi.

—Lo haremos esta noche— informé a mi madre que estaba sentada junto a los padres de Tessa. Mi mejor amiga a mi lado.

Aparto ese recuerdo y me centro en Alejandro. Él suspira sonoramente, igual de destrozado que yo. Coloca un mechón de pelo tras mi oreja.

—No hagas que estos es aún más difícil— murmura con un hilo de voz. Asiento y le envuelvo en un abrazo.

Te echaré tanto de menos...

Miro detrás de él. Hay una pantalla en la que informa de todos los vuelos y sus salidas.

—Perderás el vuelo...— balbuceo.

—Puedo cancelarlo y estudiar más cerca de aquí.

—No— niego colocando su pelo, —Debes cumplir tu sueño de vivir en España.

—España no vale nada sin ti— informa. Limpio sus lágrimas y le sonrío.

—No quiero ser egoísta— susurro. Realmente esto está siendo demasiado doloroso, él se irá lejos de mi.

—No lo serás, por favor pídeme que me quede, lo haré enseguida— suplica. Su mirada está perdida en mis ojos. Sus manos me agarran con miedo, temiendo que sea la última vez que me vaya a ver.

Y tal vez sea así.

—Es tu sueño, no puedo pedirte eso, lo sabes— aunque me gustaría pedírselo, gritárselo, suplicarle que se quedase, no puedo ser egoísta, no puedo.

Jamás pensé que amar dolería tanto.

Le sonrío con lágrimas en los ojos, mi cara cambia completamente, empiezo a llorar desconsoladamente. Mi garganta arde, se forma un nudo, mis ojos derrochan lágrimas dolorosas, mis manos empiezan a temblar junto con mi barbilla.

—Ey, ey— susurra Alejandro, —Todo irá bien. Se me parte el alma al verte así— me aprieta contra su pecho.

Me aparto de él y le entrego una carta.

Me mira extrañado, así que hablo, —Quiero que la abras cuando estes preparado.

—¿Por qué? ¿Que hay escrito?

—Solo hazlo, por favor— mi voz se rompe, —Si nos distanciamos quiero que la leas, antes no.

—Entendido— asiente y junta sus labios a los míos. El sabor de la lagrimas mezclándose con nuestro beso.

—Te quiero— susurro observándole con determinación, queriendo recordar este momento.

—Te quiero— contesta y empieza a andar hacia el lugar donde tiene que ir para coger el avión.

Recuérdame por siempre *EDITANDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora