Capítulo 1: El idol que desapareció.

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Ya es el cuarto día en el que cientos de fans protestan a las afueras de Big Hit Entertainment, compañía a la que pertenecía el joven idol que el lunes cumple siete meses de desaparecido. Una desaparición que a todos a sorprendido, más porque lo hizo sin dejar rastros; situación que hace pensar en la teoría de que quizás el artista decidió bajar de los escenarios por voluntad propia y no en un acto forzado como la familia, fans y colegas creen. 

Las investigaciones no han cesado, sin embargo, si no encuentran pronto las pruebas, es muy posible que se cierre la investigación. 

—¿Qué se fue por voluntad? ¡¿Qué clase de porquería es esa?! —apagó la televisión; a los segundos el control fue a dar a la pared, en su compañía también se fueron lapices, papeles y decoraciones que descansaban sobre el escritorio de Jungkook. Estaba claramente enfadado, a nada de tener un colapso nervioso. Taehyung no era de los que desapareciera sin decir nada, menos por tanto tiempo. No le causaría tal preocupación a su familia, a sus fans, ni a nadie que pudiera estimar.  Y en la televisión no hacían más que manchar su nombre con supuestos. ¿Depresión? ¿Estrategia?

¿Dónde estaba Taehyung?

Inclinó su cabeza hacia atrás apoyando la nuca contra el respaldo y sus ojos se cerraban en un necesitado descanso que apenas duró unos segundos. La poca tranquilidad que había adquirido escapaba al abrirse la puerta de su estudio. 

—¿Qué ocurre? te dije que nadie me molestara. —su mirada se dirigió al manager, mismo que parecía un tanto más nervioso que de costumbre. 

—Lo sé, pero si no fuera importante no estaría aquí.  —se apresuró en decir, pues era cierto. Conocía lo suficiente al menor como para saber cuando debía de dejarle en paz. Además, su agenda estaba en pausa desde la desaparición de Taehyung, por lógica, JungKook no lograba concentrarse mientras su atención estaba más pendiente de la búsqueda del solista que en sus deberes como artista.

—Habla, entonces. —sus brazos fueron a descansar sobre el escritorio vacío mientras esperaba que el mayor avanzara hacia él. Percatándose de que a este le llamaba la atención el desorden desparramado en el piso, más no hubieron comentarios al respecto, era obvio la razón de tal desorden.

—La policía tiene a una chica, esta acusada de tener algo que ver con la desaparición de... —en cosa de segundos Jungkook estaba de pie en dirección hacia la salida del estudio tras tomar su chaqueta negra. Ignorando el Ipad que el manager había extendido. —Hey, sabes que no te darán más información. —en un trote siguió los largos pasos del menor, mismos que ya le tenían bajando las escaleras rumbo al estacionamiento. 

—Lo sé, pero también sé que si esa chica sabe algo, tengo que  saber que es. Claro, y asegurarme de que la policía haga bien su trabajo. Han pasado siete putos meses, siete y aún no tienen una pista en concreta. 

—Sabes que las cosas lentas, además, no es lo único que tienen que hacer. 

—¿Lentas? ¿Te parece poco siete meses? —empuñó la diestra mientras su mirada se iba de lleno al mayor, conteniendo las ganas de golpearle. Pese a que sabía que él no tenía culpa, se sentía tan frustrado y las palabras ajenas eran como espadas que le atravesaban con la verdad.

—Sé como te sientes. —la zurda del mayor apenas logró tocar la espalda contraria en un fallido intento de consuelo.

—No, no sabes como me siento. —y eso era verdad. Nadie sabía cuan importante era Taehyung para él. Nadie. 

El idol que desapareció.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora