En el sexto mes.

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Lia


Hace un par de horas se había levantado, Taehyung seguía durmiendo mientras ella comenzaba a realizar los deberes diarios, eso hasta que un golpe en la puerta principal le hizo avanzar hacia la misma. Precavida, primeramente se asomó por la ventana continua a la puerta, verificando que se trataba de un "colega", bajó la guardia al abrir la puerta. 

—¿Qué sucede? 
—Le jefe te quiere ver, ahora. —aquella frase le tomó  por sorpresa, sin embargo asintió.
—De acuerdo, iré a verificar algo y... 
—No, ahora. 
—Pero...
—No lo volveré a repetir. —ordenó con completa autoridad, no dándole espacio para otra opción. 

Tras quedar la puerta debidamente cerrada, ella avanzó con rapidez hacía el vehículo que le llevaría hacia el lugar en el que aquel le estaría esperando. Percantandose entonces el que estaba más retirado de lo esperado. Casi tres horas después, ella estaba bajando del auto en dirección a una edificación de cuatro pisos; lugar que no había visitado antes. 

No hubo necesidad que Lia preguntara el piso y habitación en concreto, pues había sido escoltada hasta la puerta; misma que se abrió en cuanto ella llegó a la puerta. 

—Ya estas aquí. —era obvio, por lo que Lia no dijo nada. —Pasa, toma asiento, nos tomará algo de tiempo ponernos al día. —obedeció, sentandose en el sofá de cuero en tono negro. 

—No creí que me harías venir tan lejos, digo, Taehyung esta solo. 
—Lo esta, pero eso no implica que no este vigilado. Mira, sigue durmiendo. —aquel pronunció al tiempo en el que sincronizaba  el computador a la pantalla principal de la sala en la que estaban, dando acceso a las cámaras que ella creía que no estaban en uso. 

—Están... 
—Sí, pero no todo el tiempo. Solo cuando él no tiene a alguien que le vigile, o cuando este con alguien que no me fíe por completo. No quiero que vuelva a pasar lo de esos dos hijos de puta. Y bueno, incluso si aquellas cámaras estuvieran ahí solo por estar, sigue siendo muy mi decisión ¿no? —aquel sonrió mientras ella le observaba con atención. 

—Pareces a la defensiva, Dieter. 
—No lo estoy, bueno, quizás un poco...
—¿Por? siguen si haber pistas de ti. Y eso que ya han pasado cinco meses, eso significa que estas  haciendo las cosas bien. —aquello era verdad. 
—Sí, pero, eso cambiará en un momento. No necesariamente por la policía, Jungkook, él no se esta quieto. Esta decidido a encontrarlo.  —ella no evitó el reír, vaya situación era esa.
—Mientras él no sea consciente de tu existencia, dudo que pueda atar cabos, al menos con relación a ti. Que decir de los demás... soy la única que te conoce ¿no? —Lia se cruzó de piernas al pasar la derecha sobre la izquierda, facilidad que le permitía el estar usando el uniforme holgado que correspondía a su "trabajo". 
— Sí, pero eso no será por mucho. Comenzando por Taehyung...
—¿Ya lo harás? —cierta preocupación apareció en su rostro. Comenzaba a tener cariño por Taehyung, y era obvio que la aparición de Dieter iba a ser un gran impacto para aquel.
—Sí, tengo que. No aguanto las ganas de verlo, estar con él. No tiene sentido haberlo secuestrado si solo le iba a estar viendo por cámara o cuando esta dormido. Además, ya han pasado cinco meses, creo que es tiempo suficiente para que aquel este acostumbrado a su nueva realidad.  —escuchar aquello solo aumentaba su preocupación, pese a que entendía el punto del ajeno. 
—¿Cuándo lo harás? —preguntó sin más.
—En el sexto mes. Ese mes quedarás liberada, quiero estar a solas con  él. 
—¿Estás seguro? —el abdomen de ella se encogió. Cosa que no se esperaba, los nervios estaban presentes; más cuando sabía que Dieter no sabía contener sus emociones. Sumando la obsesión que sentía por Taehyung.
—Lo estoy y no estoy preguntando. Es una orden Lia. El día anterior te pasaran a buscar y te llevaran a dónde sea que quieras ir, o bien, puedes quedarte aquí, en el cuarto piso hay lo necesario para que puedas vivir cómodamente el mes. —despreocupadamente pronunció.
—Pero...
—No me hagas enfadar, mira que aunque nos conozcamos prácticamente desde mi nacimiento, no te hace intocable.  —el silencio se hizo presente, solo entonces Dieter desvinculó la sincronización entre el computador y la pantalla. Taehyung se había levantado y al parecer andaba en búsqueda de Lia.
—Por cierto, antes de que se me olvide. Tengo un regalo para Taehyung, es delicado, se puede romper si se cae y serás absolutamente culpable si pasa. —aquel le miró fijamente tras ponerse de pie y rodear su escritorio en dirección a una de las repisas de madera en negro mate que hacía juego con el resto de la decoración. Una decoración bastante simple, minimista, sin colores, solo en tonos negro, blanco y algún gris que vio en las lámparas.  Misma razón que hizo que el azul de la caja del regalo destacara.

Ella tenía curiosidad al respecto, pero no  hizo preguntas. —Tienes prohibido abrirlo, pero puedes verlo junto a Taehyung si es que este así te lo permite. Supongo que será así, me he dado cuenta de que cada vez tienes mejor relación con él. —¿era un reproche? la pregunta le quedó dando vueltas, intentando obtener una respuesta sin hacer realmente la pregunta.



Taehyung


Un pene. Bueno, esos habían sido dos penes, dos penes que correspondían a sus violadores. ¿Por qué no se podía sentir bien con ello? cierta culpa de impedía hacerlo.  No eran personas inocentes, aquellos le habían hecho más daño que cualquiera, incluso su secuestrador había sido menos lacra que aquellos. 

Cerró sus ojos y suspiró profundamente. ¿Qué se supone que iba a hacer con esos penes? ¿Ponerlos de decoración? hacer eso, aceptar aquellos y usarlos de decoración, de alguna forma le hacían creer que estaba aceptando quedarse en la jaula que estaba. No podía evitar el pensamiento, pues, nadie decoraba los lugares en los que pasarían poco tiempo. ¿Era una prueba? ¿Qué tal si por aceptar aquel regalo terminaba marcando su destino? ¿Una mala señal? una mala señal era justo lo que no necesitaba. 

La angustia y las preguntas parecían querer comerle. Se le encogió el abdomen y las lágrimas no tardaron en escapar sin contención alguna. Extrañaba a su familia, a sus amigos, a su entorno en general. Incluso a su manager. Que decir de Jungkook. Había estado evitando el pensar en él y vaya que lo había conseguido. Principalmente porque se había sentido culpable y luego de su violación se sentía asqueroso. ¿Con qué cara iba a mirar a Jungkook luego de aquello? 

Las lágrimas parecían no querer cesar, al menos hasta que los pensamientos se silenciaron al viajar al mundo de los sueños. 

El idol que desapareció.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora