Nueva jaula.

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No aguantaba más del dolor de abdomen y la necesidad impedida de defecar. Sus tripas sonaban y con ello los retortijones que le tenían sudando mientras intentaba no moverse porque la situación empeoraba. El tiempo pasaba lento, demasiado. Cosa que le hacía pensar que sus violadores se habían dormido luego de comer. 

—¡Ayuda!, ¡Necesito ir al baño! —estaba tan agotado, incluso sus gritos habían pedido la fuerza.
—¡Ayuda! —y ni dormir podía por el dolor de abdomen que sentía. 
—Joder, que ruidoso. No pasó tanto tiempo, solo cuatro horas.  —aquel se burlaba de la lamentable situación del Idol, mismo que movió con el pie. 
—¡Felicidades! estas de buena suerte. Te quitaré el plug para que puedas cagar. Lamentablemente lo tendrás que hacer aquí, me da pereza llevarte al baño. 
—N-no me importa. 
—Ugh, que sucio te haz vuelto.  —la verdad era que el dolor era tan insoportable que lo único que quería era liberarse.
—Por favor, necesito hacerlo. —suplicó.
—Vale, vale, si tanta prisa tienes. Relaja el esfínter que no te puedo sacar el plug.  —en parte era verdad y la otra, disfrutaba de jugar contra la voluntad del menor. Sin embargo, este hizo caso y tras tirar salió sin dificultad el plug.
—Ya puedes soltarlo, ¿debería de grabarte y subirlo a internet para que tus fans lo vean? —aunque tuviera ganas de hacerlo, no podía, de seguro eso era algo que su jefe no le perdonaría. Pero el menor no lo sabía, lo que lo volvía una perfecta tortura mental.
—¿No tenías tantas ganas de soltarlo? ¿por qué no lo haces? —las palabras del violador habían tenido consecuencias en el menor, pese a que no soportaba el dolor y estuvo a punto de ceder, el pensar que sus fans le vieran en tal humillación le hacía contenerse. Sobre todo, porque si lo veían sus fans, de seguro también  su familia y no podría vivir con esa vergüenza. 
—Me estas haciendo perder la paciencia, ¿sabes? pero te ayudaré. 
—¡No! —se apresuró en decir.
—Pero quién te entiende. —sus manos hicieron presión en el abdomen del menor tras posicionarse a un costado de él. La presión fue constante, sabiendo que en un momento el Idol ya no se podría contener.
—No aguanto más. —pese a que hacia real esfuerzo por mantener sus músculos contraídos, ya no aguantaba; más por la presión que el ajeno hacia sobre su abdomen. 
—Vamos, deja que salga todo. —y como si sus palabras fueran magia, todo lo que era contenido en su abdomen salió disparado en un chorro acuoso que contenía una mezcla de orina, semen y heces. Tras ello el llanto desconsolado del idol.
—Bah, no es para tanto. Todo el mundo caga, bueno, pocos como tú. —burlesco el violador pronunció dejandole a solas.

No recibió visitas hasta el día siguiente que fue cuando lo higienizaron y dieron de comer. Taehyung estaba en completo silencio ¿y cómo no? de alguna forma se sentía roto.

Pasadas un par de horas, le volvieron a violar. Incluyendo la doble penetración que se les había ocurrido en el día anterior. Adolorido y asqueado, tras ingerir su ultima comida, saciar sus necesidades básicas y ser duchado, fue dejado a solas.  Esta vez por un día entero en el que pudo dormir. Deseando no volver a despertar, deseo que no se cumplió. 

—Taehyung, Taehyung. —una voz dulce le llamaba, siendo casi música para sus oídos. ¿Estaba soñando? de ser así, no quería despertar. 

—Anda, despierta, tienes que desayunar. —desayunar. La palabra hizo eco en sus pensamientos. Adormilado seguía sin ganas de abrir sus ojos. 
—Me llevaré el desayuno si no...
—¡Espera! —de golpe se sentó, para su sorpresa sus ojos ya no estaban vendados ni sus brazos tampoco.  Su sorpresa fue evidente, de seguro la expresión en su rostro era un poema. Tanto que hizo reír a la joven que sostenía una bandeja. Sus tripas no tardaron en sonar, tenía hambre y realmente todo lo que veía tenía buenísima pinta. ¿Le habían encontrado? 
—Anda, come antes de que se enfríe. —cosa que hizo tras asentir a las palabras de la joven, casi olvidando sus modales; comió todo lo que pudo. No pudiendo ser mucho pues al estar casi tres meses comiendo una comida diaria, su estomago se llenó increíblemente rápido. Pero debía de admitir que la sensación de estar lleno, limpio y descansado, era de las mejores. 

El silencio se hizo presente. La mujer le había dejado solo, por lo que no tardó en ponerse de pie y verificar por si mismo el que estaba libre. Que la tortura había terminado. O eso creyó hasta que se dio cuenta de que solo lo habían cambiado a una "jaula" más grande. Una del porte de una casa, pero jaula al fin y al cabo. 

—¿Hay alguien ahí? —asomó su cabeza en la que identificó era la cocina, misma de dónde provenían ciertos ruidos que le hizo creer que había alguien. No equivocándose, ahí estaba la joven que le había despertado.

—¡Oh! usted no debería de estar de pie, aún. Sus heridas aún están sanando. —preocupada ella avanzó hacia él. 
—¿Heridas? pero si no me duele nada. —extendió sus brazos, e incluso dio un par de saltos intentando darle credibilidad a sus palabras. Cosa que hizo que la mujer se preocupara aún más. 
—Por favor, mantenga reposo. Son ordenes del doctor. El que no le duela nada seguramente es por la medicina... pero eso no quita que sufrió un desgarro en su, su... bueno, ahí detrás. —ella señaló un tanto avergonzada. Y entonces TaeHyung entendió que eso no había sido un sueño. Tenía esperanzas de solo haber sido secuestrado. Su mirada se apagó en cosa de segundos, a los que él asintió con un suave movimiento de cabeza.

—Tu jefe... ¿cuando vendrá? ¿y esos hombres, siguen aquí? —alarmado les buscó con la mirada, aunque era inútil, nunca les vio la cara.
—Tranquilo, ellos ya no están. Y el "jefe", pues él se fue a por ellos. 
—¿Estarán a cago de mi? ¿no me puedo quedar contigo?  —su cuerpo comenzó a temblar de solo recordar lo que aquellos le habían hecho, y la posibilidad que se volviera a repetir le tenían al borde de caer en una crisis de nervios. 
—Tranquilo, él fue por ellos para hacerles pagar por su desobediencia.  Una de las ordenes que tenían que seguir era no tocarte algún pelo. Y con lo que te hicieron se pasaron de la raya exageradamente. Hubieras visto lo furioso que estaba él...  —ella pronunció con tranquilidad. Intentando que el ajeno mantuviera la calma. 
—Ve a descansar, lo necesitas. —Taehyung asintió, necesitaba procesar un par de cosas. 
—Por cierto, no te deberías de fiar tanto de mi, quizás sea igual que ellos. —pronunció con tal frialdad que a Taehyung le recorrió un escalofrío por la espalda. ¿Igual que ellos? el pensamiento no caía en su cabeza. Ella parecía ser completamente opuesta. 

Al regresar a su habitación y sin creer lograrlo, se volvió a dormir, supuso entonces que estaba más cansado de lo que creía. Abrió sus ojos y salió de la habitación, le angustiaba estar solo en ella por lo que iba en busca de la ajena. Tenía un montón de preguntas que necesitaban respuestas. La principal era saber en dónde estaban.

—Pero que preciso eres. Justo terminé de hacer el almuerzo e iba a llevarte la comida. 
—No hay necesidad, no quiero comer en la habitación, es muy solitaria y me siento raro. —se apresuró en decir. —Comamos juntos, ¿si? 
—No puedo. —ella respondió apresuradamente, demasiado rápido lo que le hizo creer que estaba siguiendo una orden pues no se detuvo a pensarlo. 
—Por favor, nadie se enterará. —un pequeño puchero se formó en sus labios. Un gesto casi de manera inconsciente. 
—Es mi primera vez aquí... —ella chasqueó la lengua y terminó por aceptar. 
—Pero luego tendrás que ser obediente y mantener el reposo. —lo prometo. 

Sin más, y tras estar servidos los platos con sus respectivas guarniciones, ambos se sentaron. Siendo Taehyung quien no tardó en comer, ella por su parte, lo hacía pero de manera mucho más calmada. Mientras que el Idol parecía creer que si no comía rápido la comida se iría.  Situación que le hizo atragantarse y toser. 

—Calma, calma,  no volverás a pasar hambre. Para eso estoy aquí, Taehyung. —ella sonrió cálidamente a lo que el Idol asintió bebiendo agua para calmar la tos.
—¿En dónde estoy? 
—No sé en dónde estamos, es mi primera vez aquí. —Taehyung no se esperaba para nada esa respuesta. Pero le pareció sincera.
—¿Puedo salir?
—No puedes hacerlo, al menos hasta que reciba ordenes de lo contrario. 
—¿Tu jefe es hombre?
—No te lo puedo decir, eso lo sabrás en cuanto se deje ver. 
—¿Cuando le veré?
—Cuando él de con tus violadores. —escuchar aquello de cierta forma le traía alivio, aunque hacia que sus pensamientos estuvieran en cualquier parte. El estaba seguro que la violación había sido ordenada, pero el saber que no era así le traía cierta calma. 

Taehyung había pasado de comer apresuradamente a estar jugando con la comida al parecer que intentaba contar el arroz y las verduras en los recipientes con las guarniciones. 

—Entiendo. 
—No te desanimes. —ella nuevamente sonreía. Supuso que para traerle calma, cosa que al parecer funcionaba pues sus propios labios se curvaban en una pequeña sonrisa.
—¿Cómo te llamas?
—Dime Lia.

¿Quién era Lia? una nueva pregunta se sumaba a la lista de Taehyung.

El idol que desapareció.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora