Un mal recuerdo, verdades que asustan.

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No era del todo cierto cuando Jimin decía que su relación no podía estar mejor. Pues la verdad era el que no podía estar peor.  El bailarín no dejaba de cuestionarse cuando habían cambiado tanto las cosas, bueno, sabía la respuesta; eso había sido justo desde el momento de que se enteró de la existencia de Dieter y con ello la doble personalidad de Jungkook. 

Al comienzo las cosas pintaban bien, quizás demasiado. Tenían buen sexo y estaban llenos de pequeños detalles que en la suma hacían que se sintiera realmente amado, incluso quedando en el olvido el recuerdo de Taehyung, pero, todo eso había sido un disfraz; una mentira.  Tras los primeros meses, Jungkook comenzó a distanciarse, cosa que le hizo creer que era por el trabajo. La vida de un idol exigía demasiado como para tomárselo a la ligera. Pero si lo pensaba seriamente, nunca lo habló con su pareja. La falta de comunicación y tiempo parecía enfriar las cosas pese a que sus ganas por mantener la estabilidad de la relación eran mayores, misma razón que le hizo permanecer en silencio. Dándole mayor tiempo a los ensayos y  Lia. De pronto su mundo estaba más en dirección femenina, no con malas intenciones; si no que por el contrario, el mantener una amistad lejana de sus problemas con Jungkook le hacía mantener la ansiedad controlada, o al menos eso creía él.

Lo que Jimin desconocía era el vinculo que mantenía unidos a Dieter y Lia, claro, sin llegar a esterarse de que ellos mantenían cautivo a Taehyung. De ser así quizás no seguiría con vida o correría su misma suerte. Era otra razón la que pesaba sobre los hombros del bailarín, misma que le hacia estar sumiso ante el actuar de Jungkook y Dieter, siendo Dieter a quién le tenía real miedo. Jungkook, dentro de todo era increíblemente cariñoso. Quizás era el motivo que le hacia no colapsar, ir a la policía y contar todo.

Desde entonces, logró darse cuenta de que Dieter tenía mayor control sobre Jungkook de lo que esperaba. Tan así que Jungkook nisiquiera se había dado cuenta de su existencia. Dieter tenía la libertad de aparecer cuando así lo quería, siendo los momentos de tensión o peligro los que parecían dejarle el camino más fácil para llegar y actuar.  Conclusión a la que no tardó en llegar con el pasar de los meses. 

¿Cómo una persona podía tener dos personalidades tan distintas? una que realmente daba miedo y la otra que simplemente encantaba con el solo hecho de ser. 

El bailarín pasó semanas con un mal dormir a causa de pesadillas fragmentadas, nunca la misma situación, pero si los mismos protagonistas.  Mismo hecho que le hacia permanecer en alerta constante, alerta que le hizo volverse un tanto paranoico y con ello verse forzado a buscar ayuda psicológica que pasó a psiquiátrica al verse en la necesidad de utilizar pastillas para dormir.

¿Las cosas hubieran sido diferentes si esa noche no hubiera estado ahí? pasaron semanas en las que no dejó de hacerse esa pregunta, era de los que creía que todo pasaba por algo, pero seguía sin encontrar el propósito. La razón que le había hecho enterarse de que Lia era la hermana biológica de Jungkook, que no era lo grave. La gravedad estaba en que Jungkook había asesinado a sus padres, norcoreanos escapando con su hermana, más no logrando llegar al sur juntos. Lia terminó en China, y él en corea del sur; sumándole el  ser  acusado de traición pese a su temprana edad.

Sobre los hombros de Jungkook pesaba la muerte de un par de familias en las que él vio la oportunidad de escapar al delatarlas contra el régimen norcoreano. Siendo Lia la que tiempo después fue capturada en China y regresada al norte con la única misión de capturar a su hermano, cosa que ella no hizo y por consecuencia más muertes sobre los hombros de los hermanos.
 
Lia, una mujer entrenada para matar. Eso había terminado por romper su amistad tan rápido como había comenzado, junto con ello, otra verdad que solo los hermanos conocían y con recelo habían guardado. Verdad que cualquiera diría haría a Jimin estar con el "poder" en las manos, no era así. No cuando estaba tan enamorado de Jungkook, aquel pequeño detalle era suficiente como para que no hiciera nada el respecto. El pánico a perderle, con solo pensarlo no se sentía capaz de poder con ello.

Aquella noche se había quedado a dormir en casa de Jungkook, cercano a las 4 de la madrugada, aquel despertó por las ganas de orinar que le nacían. Notando que a su lado estaba la cama vacía. Tras vaciar la vejiga y aún permaneciendo la ausencia de su pareja, fue en dirección a la sala, observando en la entrada del departamento calzado femenino que le vio un par de veces a Lia. Pero, una visita de Lia a las cuatro de la madrugada no era algo normal, mucho menos cuando Jimin creía que ellos se conocían gracias a él. 

Su curiosidad justificada le llevó a ir al estudio del idol, si no estaban en la sala, estarían ahí. No había que pensar mucho; pues si había algo cierto era que ambos estaban en casa. Sin prisas y en sigilo, avanzó en dirección al estudio, viendo una estela de luz en el piso que escapaba por el espacio que separaba la puerta del piso. A eso, mientras más se acercaba, la voz de ambos era más clara. No llegando a ser gritos, pero si un intercambio de ideas que apenas dejaba el espacio para respirar. 

Estaban tan inmersos en el tema de conversación que nisiquiera notaron cuando Jimin abrió la puerta, dejando una ranura pequeña, pero con el suficiente espacio como para poder ver las silueta de ambos. Jungkook estaba sentado y Lia parecía inquieta paseándose de un lado al otro, casi como si en verdad no quisiera estar ahí. 

—Estas haciendo las cosas sumamente mal. —ella reprochaba con una confianza absoluta. 
—Lo sé, ¿pero que quieres que haga? no es que pretendiera que acabaran las cosas así, pero me enamoré. 
—El que te hayas enamorado no justifica el que me tengas cuidando de él. No vine al sur a ser niñera de nadie. 
—Pero es temporal. 
—¿Temporal? ya van a ser casi dos años.  —Lia no paraba de reprochar. Situación que le hizo pensar que hablaban de él. 
—Solo dame más tiempo. Además, no es que te sea incomodo estar con él, he visto que cada vez tienen mejor relación, él confía en ti.
—Soy con la única persona que habla, obviamente me va a tener confianza, pero estas en lo cierto, no me molesta estar con él. —aquella ultima frase no calzaba en la cabeza del bailarín, si bien era cierto, no tenía muchos amigos. Pero había una clara diferencia entre ninguno a unos pocos. ¿Quizás no hablaban de él? ¿Entonces de quién? ¿A qué otra persona amaba Jungkook? 

—Cambiando de tema, pues, ¿si sabes que no te vine a hablar de él? —Jungkook no evitó reír, pese a que notaba la tensión de Lia, el idol parecía más relajado. 
—¿Qué es? ¿Quieres más dinero? 
—Sí, pero, vamos, que es más importante que el dinero...
—¿Entonces? 
—Los del norte han enviado a gente... creo que aún no lo logran, pero, están persiguiendo tu rastro. —de pronto notó la tensión en Jungkook. 
—Pues, hazte cargo y mátalos. —pronunció sin titubeo alguno.
—Ya lo hice, pero, me temo que vendrán más. Cuando se enteren de sus muertes. 
—Mierda, ¿cómo es qué no me avistaste antes?
—Si no me tuvieras de niñera... 
—¡Olvidalo! 
—Además, se supone que tienes hombres que cuidan de ti ¿no? aunque debo de decirte que hay un par que carecen de habilidades. 
—Son los mejores, no los puedes comparar contigo. A ti te entrenaron como asesina desde que eras una cría, acababas de cumplir cuatro años cuando asesiné a nuestros padres y... —y de pronto las piernas del bailarín temblaron haciendo que cayera de culo al suelo.

Con ello se había dejado en evidencia. 

—Es Jimin. —pronunció Lia frunciendo sus labios al tiempo en el que Jungkook se ponía de pie y ayudaba al bailarín a ponerse de pie, acción rechazada por aquel al darle una palmada a la extremidad que este le ofrecía. 

—¡No me toques!  —Jimin se comenzaba a hiperventilar. 
—Deja que te explique, ¿si? —Jungkook intentó calmarle pese a que a todas luces parecía que no iba a ser cosa fácil.
—Deja, yo me encargo. —pronunció Lia mientras Jungkook se hacia a un lado, situación que hizo que Jimin se pusiera en mayor alerta. 
—Jimin, no tengo paciencia y estoy segura que ya sabes que el asesinar se me da especialmente bien. Asique, coopera o tendré que usar la fuerza. —sin tener mucha opción el bailarín se puso de pie y a jalones terminó sentado en una de las sillas que estaban del otro lado del escritorio.
—No se supone que te enteres ahora, pero, ya que no  hay más opción... tendré que contarte. —Lia observó de reojo al cantante, casi como si le estuviera diciendo que tuviera cuidado con lo que decía. Pero el sabía que hacer y decir incluso sin la advertencia.

—Todo lo que escuchaste es verdad. Con Lia somos hermanos, nacimos en el norte y asesiné a nuestros padres para poder escapar. Aunque no es el único asesinato sobre mis hombros...

—Yo no logré pasar hacia el sur con él, fui capturada en China y entonces regresada al norte donde me perdonaron la vida a cambio de que matara a mi hermano. Para ese propósito me entrenaron desde pequeña. Debo de admitir que iba a cumplir la misión, pero en cuanto le vi, simplemente no pude. —pronunció Lia tras interrumpir. 

—¿Qué hay de Taemin? —el bailarín intentaba mantener la calma y lograr hacer las preguntas correctas. 

—También es mi hermano, uno adoptivo. De alguna forma tenia que llegar al sur ¿no? aun que en el norte desconocen eso. Así que he de pedirte que me guardes el secreto. —¿estaba de broma? incrédulo observó a ambos.

—Sobre eso de ser niñera... ¿hablaban de mi?
—Claro, ¿de quién más si no eres tú? —se apresuró en responder Lia, aunque no era verdad. Estaban hablando de Taehyung pero eso no lo tenía porque saber el bailarín.
—Seguramente estas pensando en ir a la policía y contar todo ¿no? —pronunció Jungkook era obvio, por lo que no hacían falta las respuestas. —¿Me amas? —preguntó de pronto. A lo que Jimin asintió. 
—Claro te amo.  —pronunció con certeza. 
—¿Cuanto me amas? 
—Demasiado. Nunca había amado de esta forma antes. 
—Yo también te amo. Y como sé que me amas, sé que no quieres que me pase nada malo ¿verdad? —entonces Lia entendió aquel le iba a manipular de una forma cruel. 
—Ver-verdad.
—Pues si vas a la policía Jungkook va a morir. —aquellas palabras le hicieron contraer el abdomen, hablaban de la muerte con tanta facilidad que daba miedo.
—¿Te vas a suicidar o acaso Lia...? —hizo una pequeña pausa, notando algo extraño en la forma de expresarse. —¿Por qué hablas de Jungkook cómo si tú no fueras él? —al fin Jimin comenzaba a entender un poco más.
—Simple, no soy Jungkook. Soy Dieter. 
—¿Dieter? ¿Qué? —aunque ahora parecía no entender nada. 
—¿Haz escuchado de la doble personalidad? —interrumpió de pronto Lia. 
—¿Jungkook tiene doble personalidad? ¿Dieter es su doble personalidad? —las manos del bailarín comenzaban a sudar, junto con ello su abdomen seguía reclamando por la alteración que le generaba esa extraña situación.
—Sí y no. Jungkook tiene doble personalidad, pero no es como lo crees. Yo, Dieter, no soy la doble personalidad de Jungkook, Jungkook es mi doble personalidad. Cuando escapé del norte, necesitaba una nueva identidad, necesitaba que hubiera un nuevo "yo" para sobrevivir, entonces nació él. En teoría, Jungkook  fue mi escape.  Y bueno, así como le creé puedo eliminarle. Así que si piensas ir a la policía, adelante, pero no le verás más. Sin embargo, te doy la opción de permanecer junto a Jungkook como si nada hubiera pasado... es un buen trato, ¿no?
 
Las palabras de Dieter no eran del todo ciertas. No era tan fácil deshacerse de Jungkook, de ser así ya lo hubiera hecho. La verdad era que había permitido tanto tiempo tomar el control a Jungkook que el mismo había estado perdiendo el control de su propio cuerpo. Eso hasta la aparición de Taehyung en su vida y claro, el regreso de Lia. Pero esa era una verdad que Jimin no sabía y Dieter obviamente le iba a sacar el provecho. 

El idol que desapareció.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora