El idol que desapareció.

Taehyung y Lia.

El mes estaba compuesto por casi cuatro semanas en su mayoría, por lo que tras pasada la primera y casi terminando la segunda;  Lia decidió pasar el tiempo que restaba con su hermano.  Tenían bastante tiempo sin verse y no solo por el asunto de Taehyung, antes de todo ese rollo habían pasado tres años incomunicados al menos en persona pues las redes sociales habían sido el impedimento de la lejanía total, claro, eso hasta los últimos ochos meses en los que se vio involucrada en el secuestro. 

—¿Dónde te has metido este ultimo año? llevamos meses sin hablar, si no fuera porque sé que no hay posibilidad alguna... diría que tienes relación con el secuestro de Taehyung. —Taemin bromeó al respecto y ella sintió que se le caía el mundo de puros nervios. Si había alguien a quien nunca quería decepcionar, era Taemin. Aunque, claro, sabía que ese momento llegaría cuando la verdad saliera a la luz. Sería demasiado iluso creer que no. 

—¿Taehyung? pero que bobo eres. Al único idol que me secuestraría sería a ti. —pese a que tardó en reaccionar a la broma, decidió de igual forma seguir con el juego ese en el que ambos terminaron riendo. 

—¿Quieres comer algo en especial? 
—No, lo que sea que haya esta bien. Mañana prometo cocinar yo, tengo tiempo sin prepararte algo.  —ella siguió recorriendo el departamento del idol, sin prisas, no perdiendo detalle de cada rincón y de la decoración propia del lugar. —¿Quién decoró el departamento? —ella volteó a buscar la mirada de su hermano, mismo que le acercaba un vaso de jugo, jugo de manzana. Prontamente lo identificó por el aroma y tras ello al beber.

—Fui yo. 
—Claro, claro. —ella achinó sus ojos en señal de reproche por la mentira que este le estaba diciendo. 
—Bueno, quizás recibí algo de ayuda. 
—¿Algo? 
—Tsk, vale, los muebles ya estaban aquí  cuando me mudé. —ella nuevamente rió. Sabía que el mayor tenía buen gusto, pero no precisamente en lo que se refería a la decoración de ambientes. 
—Así me gusta, por cierto. ¿Cómo es que no tienes foto mía en algún lugar? —sus labios se abultaron en un puchero que no tardó en ser presionado por el indice diestro de Taemin. Acción que hizo que ella dejara de hacerlo.
—Pues, si la señorita aceptara tomarse fotos de forma seguida conmigo quizás tendría el departamento tapizado con ellas.  —pronunció en un tono dulce.
—Pero que exagerado eres. Nos tomamos una hace... —el silencio se hizo presente al intentar recordar, era verdad que ella no era muy fan de las fotos. —Tres años. —terminó por murmurar dandole la razón a Taemin. 
—Prometo que mañana me tomaré una. 
—Que sea hoy. —casi sin tiempo de respuesta se vio acosada por la camara del celular por lo que se apresuró en mirar hacia el lente, aunque algo tarde. En la foto había salido distríada. 
—¡Yah! lo haces a propósito. —ella le palmeó el hombro izquierdo en un golpe sin fuerza pues no buscaba dañarle. 
—¡No es cierto! —un par de fotos más fueron a caer sobre su persona, esta vez sin la presencia de Taemin en un juego improvisado en el que de pronto se vieron envueltos. 
—¡Taemin! 
—¿Dime? ¿Debería de grabarte? 
—¡No se te ocurra! —y entonces ella le perseguía mientras él le amenazaba con la cámara del celular, fotografiandole y grabandole. De seguro al día siguiente estarían riendo por tanta foto mal tomada. Aunque a veces esas, que no eran planeadas eran las mejores.

Taehyung

—Entonces ¿que hiciste en el mes fuera de aquí? —aquel cuestionó mientras ambos caminaban hacia la sala para tomar asiento en el sofá, ella en el individual y él en el de mayor amplitud, quedando de frente. 

—Estuve con mi hermano, ahora el mundo oficialmente sabe que soy hermana de Lee Taemin. —la sorpresa de Taehyung fue evidente.

—¿Del idol? —ella había olvidado que Taehyung no lo sabía, aunque hace días atrás pudo haber asegurado de que si. 

—¿No te lo conté?
—No que recuerde, pero, me alegra que el mundo lo sepa. Digo, no hay nada mejor que poder demostrar cariño y cercanía con libertad. —pronunció con cierta nostalgia. 
—Cierto.