El idol que desapareció.

No le jodas la carrera a Jungkook.

Dieter

Había llegado finalmente el sexto mes y al fin podría presentarse ante Taehyung. La ansiedad estaba demasiado latente en él pese a que intentaba mantener la calma. Sabía que las cosas se iban a poner intensas en cuanto el menor supiera de su existencia, más cuando compartía cuerpo con Jungkook. Ante los ojos de cualquiera que no conociera a Dieter, creería que era Jungkook. Y bueno, del circulo de Taehyung solo Lia conocía de su existencia. Ahora se le sumaría Taehyung y no tenía intenciones de que alguien más se sumara a ello. 

Lia ya había abandonado la casa y había llegado al edificio de cuatro pisos, le vio entrar más no se acercó a ella. Prefería mantener cierta distancia, al menos en ese momento. 

—Ya me iré a la casa, no quiero que nadie me moleste. —ordenó al jefe de sus hombres, mismo que se encargó de cumplir la orden. 

Un par de horas más tardes, estaba entrando en la casa; verificando entonces que todo estuviera en orden. Tras ello fue en búsqueda de Taehyung, pero al ser de madrugada, este aún dormía. Su mirada estuvo atenta sobre él, analizandole y disfrutando de la tranquilidad que trasmitía aquel al estar dormido. Casi parecía como si el ajeno no estuviera pasando por un mal momento. Sonrió, podía observarle por horas pero decidió dejarlo para más tarde. Ahora se encargaría de la sorpresa que significaría su presencia. Al fin y al cabo conocía el vinculo entre Taehyung y Jungkook.

No tardó en ir por una venda con la cual cubrió los ojos ajenos, tras ello le limitó la movilidad al amarrarle las extremidades. En un comienzo pesó en hacerlo  hacia la cama, pero creyó que bastaba con solo hacerlo entre las mismas extremidades. Terminado el acto, le dejó a solas en espera de que aquel despertara por su cuenta mientras Dieter terminaba de ordenar un par de cosas.

Las horas pasaron y con ello  el menor se despedía del mundo de los sueños en pequeños movimientos que abrieron paso a un débil bostezo. Tentado a darle los buenos días, prefirió guardar silencio, siendo el menor quién rompió con ello al llamar a Lia. Su diestra se empuñó, ¿por qué sus primeras palabras tenían que llevar el nombre de ella? no podía evitar que la situación le molestara. Lia de pronto parecía estar demasiado presente en la vida de Taehyung. Cosa normal, era con la unica persona con la que había pasado esos últimos seis meses, sin embargo no terminaba por gustarle la situación. 

—Taehyung, más te vale que te comas toda esa comida y dejes tus pendejadas de lo contrario no tengo problemas con usar la fuerza para que me obedezcas, no estoy de broma. Estamos a solas y  nadie te defenderá, ¡ASIQUE COOPERA DE UNA PUTA VEZ! —pronunció justo después de abrir la puerta a patadas, haciendo el Taehyung se exaltara evidentemente asustado.

Taehyung
.

La primera semana fue complicada, Taehyung apenas comía pues aún asimilaba el que Jungkook fuera el causante de su desgracia. Bueno, no Jungkook, si no que Dieter. Claro, eso si es que creía en lo de la doble personalidad. ¿Cómo es que no apareció antes? ¿cómo es que no se dio cuenta antes? maldijo y gritó a todo pulmón, importandole poco el que no estuviera solo. Tras ello, su rebeldía  traía consecuencias que le hicieron casi caer de la cama del puro susto que le había causado el que la puerta fuera abierta a patadas, con ello la evidente molestia de Dieter. 

Era la primera vez que hacia que el ajeno perdiera la calma a gritos. Pero aquello tuvo resultados pues sin pensárselo Taehyung estaba comiendo.

—Buen chico, al fin nos estamos entendiendo. —el mayor tenía intenciones de dejarle a solas pero se quedó al notar que Taehyung quería decir algo.

—Tengo una pregunta...
—Dime.
—El rollo ese de la doble personalidad me sigue pareciendo una puta broma, pero, pero si fuera verdad y compartes cuerpo con Jungkook. —hizo una pequeña pausa que Dieter respetó. —¿Qué pasará con él? tú llevas una semana aquí, lo que quiere decir que Jungkook lleva una semana desaparecido. Con mi desaparición las cosas se debieron de volver un lío, dudo que dejen que pase lo mismo con Jungkook. —Taehyung tenía un punto y la ansiedad de Dieter por verle  le había hecho olvidar aquel gran detalle.
—La verdad es que me importa tres hectáreas de verga lo que sea que le pase a la carrera de Jungkook asi...
—¡A mi no! él se a esforzado tanto... ¡No dejaré que le jodas! —la atención de Dieter estaba por completo sobre Taehyung, más cuando aquel se había atrevido a interrumpirle pese a que minutos atrás parecía tan asustado como un crío.
—¿Qué me ofrecerás a cambio? recién a pasado una semana, por lo que no costará inventar una excusa que no le traiga problemas, pero no te será gratis.  —el silencio se hizo presente nuevamente. Esta vez por parte de ambos.
—Te daré lo que sea que quieras.
—¿Lo qué sea? ¿Estás seguro?
—Lo estoy.
—Follemos. No opongas resistencia a mi y follemos. —el silencio se hizo presente de nuevo. Le había violado hace unos días atrás, dudaba que aquel aceptara sin embargo se llevó una sorpresa.
—De acuerdo, pero tienes que prometerme que no le joderás la carrera.  —supuso entonces que Jungkook era más importante para Taehyung de lo que él había creído. Cosa que no le causó ni puta gracia; pero, vale, si eso le traía un beneficio no iba a tomar. 

—Hoy por la noche, y mañana me tendrás de regreso en la empresa permitiendo que Jungkook regrese a sus debes.  Claro, lo que no significa que me tendrás de manera más seguida aquí. 

—¿Y Lia? —rodó sus ojos. Tenia que preguntar por ella.
—Estará aquí cuando me vaya. 
—De acuerdo. Ahora terminaré de comer... 

Sin más Dieter se retiró de la habitación en búsqueda de la cámara. Si había algo que Dieter no hacia, era el jugar limpio, si podía sacar provecho, lo hacia. Si bien era cierto, había dado la palabra de no joder la carrera de Jungkook, no había prometido lo mismo con la carrera de Taehyung. Fue esa la razón la que le incentivó a grabar su encuentro sexual con aquel, mismo que tiempo después filtraría a la prensa que tuvo como consecuencia la molesta conferencia de prensa a Jungkook.