¿Quién es Natalie?

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—Sí, se llama Natalie Hee Sung. Síguela, quiero saber todo lo que hace y quién es. —finalizó la llamada mientras le daba vueltas al asunto.  Quizás no bastaría con solo seguirla, quizás era mejor obtener la información de primera fuente. 

Sus dedos galopearon sobre la madera de su escritorio. Siempre se le había dado bien el ligar, aunque tenía tiempo sin hacerlo tras su debut, y bueno, al tener a TaeHyung. 

Taehyung, ¿estaba bien ligarse a alguien solo para adquirir información? necesitaba un montón de respuestas para las preguntas que le llegaban una tras otra, intentando decidir que era lo correcto y que no lo era. ¿Qué haría él en su lugar? un escalofrío le recorrió por completo al solo pensar en la posibilidad de verle ligando con otra persona, aun cuando fuera con intenciones "investigativas". 

Aquella ultima palabra hacia clic en su cabeza, quizás se estaba estresando solo por lo impaciente que era. Apenas habían pasado un par de horas desde que había estado en la estación de policía, y había obtenido más respuestas que en meses de espera. Esperar que el  investigador hiciera su trabajo para después actuar, eso era lo más sensato. Más si no quería llamar la atención o poner en peligro al idol. 


Natalie


Desde que el Idol desapareció ella intuyó que algo no andaba bien. Bueno, eso por razones obvias. ¿Qué artista en el mejor momento de su carrera se baja de los escenarios sin decir más nada? ¿Sin dar la cara? porque la empresa en un comienzo intentó ocultarlo excusándose con una falsa enfermedad que tras pasar los dos primeros meses trasformaron en unas vacaciones repentinas, excusa que terminó por revelar que en verdad desconocían el paradero del artista. Situación que hizo que pusieran la denuncia tardíamente y por lo tanto, entorpecieron la investigación solo por proteger los intereses de la empresa.  Una real mierda. 

Si nadie iba a hacer nada, ella definitivamente haría algo. 

Fue lo que la llevó a colarse en el departamento del mayor. Para casi nadie era sorpresa en dónde vivía un Idol como TaeHyung, mucho menos si se trataba de una fan tan apasionada como ella. Fanatismo que muchas veces se confundía con algo enfermizo. Más de una vez, por la prensa y más aún en las redes sociales, más de alguien le etiquetó como "sasaeng" etiqueta que nunca creyó adecuada. Ella conocía al Idol más que cualquiera, no solo desde que este había saltado a la fama, lo conocía incluso desde antes. Lo que claro, le hacía tener mayor derecho.

—Oppa, ¿dónde estás? —murmuró mientras había logrado entrar al departamento sin dificultad. Tiempo atrás había descubierto la clave de acceso, agradeciendo que aquel no la hubiera cambiado. Tenía un registro completo de cada ingreso y salida de aquel lugar, incluso se había ido a vivir al mismo edificio, provenir de una familia acomodada le permitía costear sin dificultad la renta de un departamento en ese edificio. 

Encendió las luces y con ello su búsqueda en cada rincón posible.

Desde que logró dar con la clave de acceso, había tenido ganas de visitar ese departamento, pero no se había presentado la oportunidad pese a que más de una vez se paró frente a la puerta; no dando el siguiente paso. Creía que esa era la única linea que no debía de traspasar jamás, esa que ocultaba la privacidad del Idol. Cuatro paredes que escondían secretos los cuales solo quienes Taehyung eligiera, sabrían. 

Su mirada recorrió cada rincón, la decoración estaba en tonos de grises, y un par de azules que resaltaban en las cortinas, un par de decoraciones en objetos de cerámica y la alfombra principal. Lucía tal como un departamento de "soltero".  Su andar le llevó a pasar desde la primera planta a la segunda, misma planta en la que se encontraba la habitación del artista.  Una amplia cama de dos plazas, todo en perfecto orden. Incluso el armario que tenía las prendas ordenadas por color y tipo de prenda. 

—Tan ordenado que eres, oppa. —comentó para si misma. Tras ello la diestra alzó la manga de un suéter que llamó su atención, mismo que descolgó y abrazó, aprovechando la oportunidad para capturar el aroma que  aún permanecía en la prenda. 

Se habían cumplido hace una semana atrás, los cinco meses de la desaparición de TaeHyung, por lo que no le sorprendía que su aroma siguiera tan presente.

Con cierta nostalgia devolvía  la prenda al armario, pasando de largo por el espacio de los accesorios para regresar a contornear la cama que pareció llamarle. Se dejó caer de espaldas en el centro de ella, extendiendo ambos brazos mientras su mirada se enfocaba en el blanco techo. Por segundos pareció que en verdad creyera que las respuestas caerían por si solas. Cerró sus ojos por unos largos segundos mientras intentaba hilar las ideas.

Era muy posible que otras personas, además de la policía, ya hubieran visitado el departamento. Aunque tardíamente por parte de la policía, eso por la tardanza en la denuncia, si habían pruebas, deberían de estar tan escondidas como para que siguieran ahí después de cada una de las  búsquedas. 

Las constantes visitas al departamento terminaron por delatarla un par de meses después.
Siete desde la desaparición de TaeHyung.

—¿Qué pruebas tienen contra mi? —reprochaba mientras era sacada de su propio departamento por la policía. 

—¡Ustedes no saben a que familia pertenezco, se están metiendo en problemas! —a todo pulmón gritó, aunque inútilmente pues fue subida a la patrulla de igual forma.

—¿Hay alguna denuncia? —intentó buscar alguna respuesta, respuestas que no llegaron hasta que se vio sentada frente a un escritorio con un policía tomándole declaración.

—Estas detenida por invasión a la propiedad privada. —era obvio que sería algo así, lo que de cierta forma le hizo respirar con cierto alivio, habían cosas más serias por las que podían acusarle pero al parecer no habían pruebas. 

—¿Y quién hizo la denuncia? hasta donde sé, el dueño del departamento esta desaparecido. ¿O le encontraron? —curvó sus labios en una pequeña sonrisa, demasiado pequeña como para descifrar si era sarcástica o de real felicidad.

—Estás en lo cierto, la denuncia fue por parte del conserje. Por las cámaras vio una conducta sospechosa, además de que desde las afueras recibimos denuncias. Fans llamaron avisando que se veía luz desde el departamento que correspondía a Taehyung. Cosa rara al ser de conocimiento de todos que él esta desaparecido. —ella parpadeó lento. Quedándose en silencio no porque no tuviera nada que decir.

—Eres una pésima espía. —pronunció el policía, algo incrédulo.

—Fue a propósito. Creía que si daba señales de vida, la persona que se llevó a Taehyung visitaría el departamento. Al menos es lo que haría yo, si es que no quiero que me atrapen pronto. Borraría todo rastro. ¿Y cuál es el lugar dónde hay mayores rastros? pues, sí, en el hogar de la victima.  —el silencio se hizo presente por parte de ambos. No del entorno, estaban en una estación de policía, por lo que el movimiento fuera de la sala en la que estaban era bastante.

—Por cierto, ¿me tomarán detenida? digo, fuera del traslado forzado que tuve para venir aquí. No veo que me estén esposando o que estés grabando lo que hablamos por lo que la declaración que acabo de dar no tiene respaldo. —pronunció al tiempo en que su mirada se paseaba por el escritorio, comprobando sus propias palabras.

—No estas detenida, este es un control de identidad. Pese a los llamados y testimonio del conserje, solo el dueño del inmueble puede poner una denuncia. 

—Entonces, ya me puedo ir. —ella se apresuró en ponerse de pie. 

—Sí, ya que llenaste la ficha con tus datos. Sin embargo, debo de advertirte que procures mantenerte dentro de la ley. Tu apellido no te puede salvar de todo.  —advirtió el policía.

—Quién sabe. —ella ensanchó una sonrisa de manera exagerada, casi fingida. —Me retiro, buena tarde. 

Natalie Hee Sung, 22 años.
Sobrina de Lee Soon Man, fundador de SM Entertainment.

El idol que desapareció.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora