Sin rabos.

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Ambos violadores nada arrepentidos por su delito, fueron en busca de su dinero como había estado acordado. En verdad creía que el jefe pasaría por alto las bajezas que habían cometido contra Taehyung, eso por el pensamiento de "si le habían secuestrado, que importaba si aquel tenía un rasguño más o uno menos" además, el jefe lo había violado primero, a su llegada. No estaba libre de pecado. 

Lo que aquellos no se dieron cuenta era de que Taehyung era el preciado juguete de él y de nadie más. Y no tenía problemas en hacer que lo recordaran las veces que fueran necesarias.

—No nos a depositado. La cuenta esta en cero. —pronunció uno de ellos, tras repetir la operación un par de veces en diferentes cajeros.
—De seguro ingresaste mal, estas nervioso. Deja que lo haga yo.  —no le dio tiempo de respuesta pues le arrebató la tarjeta de las manos, a los segundos estaba ingresando a la cuenta que efectivamente estaba en cero. 
—¡HIJO DE PUTAA! —enfurecido pateó el cajero automático, mismo al que comenzó a sonar la alarma.
—Cálmate, harás que la policía venga y nos detengan...  —estaba en lo cierto y eso no le convenía a ninguno. Menos ahora que tampoco tenían dinero. 
—¿Crees qué es por lo que le hicimos al pajarito?
—Claro que es por eso. —suspiró con pesadez mientras pensaba en una excusa, era obvio que el jefe no tardaría en dar con ellos y no solo eso. Si no les había pagado era porque contento no estaba. 
—¿Cuanto crees que tarde en dar con nosotros?
—Poco, la  bastará con saber la ubicación de los cajeros, por lo que es mejor que nos vayamos de inmediato de aquí.
—¿Pero dónde?
—¡A dónde sea!
—Tengo un par de contactos, les pediré ayuda. —los que ellos no sabían era el que le pedirían ayuda a las personas incorrectas. Situación que terminó facilitando su captura. 

—Se-señor, por favor, perdona nuestras vidas. Nos dejamos llevar por el momento, creímos que no te importaría que lo hiciéramos luego de que tu lo gozaras. —de rodillas e increíblemente asustado suplicó por su vida. Y quién lo diría, si parecían tan divertidos jodiendo la de Taehyung.

—Estamos sinceramente arrepentidos, perdónanos esta vez. Te prometemos que no volverás a saber de nosotros. —se sumó a las palabras de su compañero mientras recibían el completo desprecio por parte de su jefe. 

Si las miradas pudieran matar. 
El silencio era absoluto, fuera de las lamentaciones de los violadores; mismas que no cambiarían nada.  La decisión estaba tomada desde el momento que se enteró de lo que aquellos le habían hecho a su precioso Taehyung. 

—¿Ya acabaron? ya tomé mi decisión. —vio la esperanza en el rostro de ambos, cosa que sin duda le haría disfrutar lo que tenía preparado para ellos. 

—No los mataré. Les perdonaré la vida, claro, pero tendrán que darme algo a cambio.
—Lo que tu quieras, te daremos lo que sea. 
—¿Están seguros?
—Lo estamos. —ambos respondieron al mismo tiempo. 
—De acuerdo, igual, si no lo estaban igual tendrían el mismo destino. Pero me alegra que sea más una decisión de ustedes. —en sus labios se ensanchó una sonrisa, demasiado exagerada como para ser normal.
—Atenlos y traigan el cuchillo. —ordenó con completa frialdad y autoridad. 
¿Qu-qué nos harás? —el menor de ellos preguntó mientras sus muñecas eran atadas tras sus espaldas. Estaban de rodillas directamente sobre el cemento que cubría el piso del galpón en el que estaban. Tal cual mafiosos como esos que salían en las películas. 
—Nada importante, solo les cortaré sus vergas. Es lo mínimo que puedo hacer, cortar sus lamentables rabos y regalarselos a Taehyung, no remediará el daño que le hicieron pero de seguro estará feliz de que no podrán usarlos más. —las expresiones en el rostro de los violadores lo decían todo. Ellos definitivamente no se esperaban eso. Tontos ellos que se habían dejado amarrar, pero aún más tontos al creer que aquel les dejaría ir sin más.
—En otra situación, quizás les permitía una despedida, pero ya tuvieron suficiente. —pronunció al tiempo en el que tomaba el cuchillo carnicero. 
—Por favor, cualquier cosa menos eso.
—Creí que darían cualquier cosa a cambio de su vida.
—Sí, pero esto es una locura.
—¿Locura, por qué? su polla por su vida, le veo todo el sentido del mundo. Más después de lo que hicieron. 
—¿Qué hay de ti? tú también te violaste a Taehyung, vimos la sangre y como le dejaste el culo. 
—¿Te estas comparando conmigo? —realmente enojado se agachó para quedar a la altura del lamentable hombre que a esas alturas era más mocos que hombre por el llanto desconsolado que no le hizo ni inmutarse. 
—Mi juguete, y yo juego como quiero con él. —pronunció sin titubear. Tras ello volvió a ponerse de pie. La situación estaba llevando demasiado tiempo y la verdad era que ya quería ver a Taehyung. 

—Rápido, saquen sus rabos y pónganlos sobre la mesa. —los hombres que les acompañaban no tardaron en obedecer, aunque pudo ver también el miedo en ellos. ¿Y en quién no? nadie estaba preparado para ver como le cortaban la polla a otra persona, menos si se imaginaban en esa situación.

Y como si una campana anunciara la hora, dejó caer el filo del cuchillo sobre la base del pene del mayor de ambos. Siendo el menor el que no aguantó la impresión y de desmayó quitandole la diversión al asunto. —Bah, que aburridos son. —sus labios se fruncieron en total desapruebo mientras el amputado  también se había desmayado, pero por el dolor, comenzó a desangrarse. Otra pequeña mentira, no tenía intenciones de dejarles vivir.

—Corten el rabo del otro y eliminen sus cuerpos.
—Pero aún están vivos.
—No lo estarán por mucho por la perdida de sangre. Ah, y tráigame ambos penes a la oficina. Quiero entregarlos cuanto antes a Taehyung. —los hombres se le quedaron pasmados observándole. Cosa que le hizo irritar.  —¡RÁPIDO! lo necesito ahora. —sin más se retiró del galpón rumbo a su oficina, sabía que ninguno de sus hombres se atreverían a desobedecerle luego de lo visto.

El idol que desapareció.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora