Capítulo 11: Octavo mes ahora con Dieter.

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El silencio se hizo presente por más de lo que Taehyung quisiera, observando con atención a su secuestrador en un intento de obtener respuestas. Al parecer esta vez si venía para quedarse. 

—Me enteré que filtraste  un vídeo de nosotros.
—Lo hice, hubieras visto la cara de Jungkook. Bueno, tampoco la vi, en vivo pero los vídeos de la conferencia... —despreocupadamente sacó el Ipad que identificó como la de Jungkook, pues tenía el cobertor que el le había regalado. Cuanta nostalgia, sus labios se fruncieron mientras intentaba contener sus emociones. —Mira. —algo que no se esperó era que Dieter la pasara el ipad, pero luego de ver el vídeo entendió la razón. Aquel realmente disfrutaba de torturarle con aquello.
—¿Lo viste? un poema. Su expresión de sorpresa, debió de ser confuso para él. Verse follandote sin recordarlo.  —Taehyung suspiró profundo. 
—No debería de preocuparte tanto, Jungkook se la a pasado bien sin ti. Hasta se a estado liando con Jimin, un bailarín. 
—¿Jimin? 
—Sí, tengo una foto de él. —sabía quién era Jimin, pero quería comprobarlo y vaya sorpresa.
—Sus lazos, bueno, confianza han ido en bastante aumento. Digo, para que Jimin decida mandarle ese tipo de fotos. —por segundos se le movió le mundo a Taehyung. La foto que acaba de ver no dejaba nada a la imaginación, Jimin arrodillado en la cama envolviendo su propia erección con una mano mientras la diestra estaba extendida haciendo una invitación para la persona que estaba tomando la foto. La cama en la que tantas veces había estado con Jungkook. Sintió asco, real asco que tuvo que contener las ganas de vomitar. 
—Tiene un buen culo ¿sabes? y que decir de su boca, sus labios... uff. Aunque debo de admitir que no creí que Jungkook te reemplazaría tan rápido. —los ojos de Taehyung se llenaron de lágrimas, estaba triste y molesto a su vez, que decir de lo celoso. Tenía un cumulo de emociones por la situación en la que estaba y en el hecho de no poder hacer nada.

—Oh, no llores. —sintió la mano del mayor sobre su hombro y en cosa de segundos le apartó, pese a que sabía que era Dieter, aquel no dejaba de tener la cara de Jungkook en una perfecta tortura.  Lo que Taehyung no sabía era que esa foto la había tomado Dieter, y bueno, Jimin tampoco lo sabía.  Aunque eso no quitaba el hecho de que Jungkook si tenía a Jimin de amante, pero quizás si influía en que Jimin sintiera un aumento de atracción hacia Jungkook.

—¡No me toques! —entre sollozos pronunció. 
—No te enfades conmigo, el hijo de puta es Jungkook no yo.
—¿No se te olvida que me tienes secuestrado?
—Pero es por tu propio bien, pajarito. Las cosas allá afuera se están poniendo feas. 
—Y por eso intentas joderme la carrera. 
—Que exagerado eres, además, yo te prometí no joder la de Jungkook y he respetado mi promesa.  —que ganas de callarle a golpes. Pero la ultima vez que lo había intentado solo fue peor. Dieter tenía más fuerza. 
—Anda, sécate esas lagrimas y cenemos. Lia dejó la comida lista y sería un desperdicio no comerla.  —terminó por ceder, ¿qué más podía hacer?  

Taehyung comió pero muy poco, se dedicó la mayor parte del tiempo a jugar con la comida la separar los ingredientes en el plato. Eso acompañado de un eterno silencio que de pura suerte no había hecho que Dieter perdiera la paciencia. Bueno, eso quizás porque apenas era el primer día. 

No siendo similar al tercer día en el que las cosas de la cocina volaron en dirección a Dieter, siendo su mejilla derecha la que obtuvo un corte por causa de un trozo de cristal que provenía de un vaso. 

—¿Si sabes que si me lastimas, Jungkook también recibe el daño? —bueno, quizás no era la mejor idea.
—¿Crees que me importa el que sea así? 
—¿Aún sigues molesto por lo de Jimin?
—Para nada, ya lo olvidé. —ambos sabían que no, lo que le causó gracia a Dieter. Era tan fácil descontrolar a Taehyung.

Séptimo día, el silencio seguía más presente de lo esperado pero al menos eso era mejor que andar peleando. Dieter no había intentado nada sexual y eso le causaba cierta extrañeza porque desde un comienzo creyó que el secuestro era por una obsesión sexual.

Día doce, entre sueños sintió su pene húmedo. La sensación de una mamada era tan real que dudó que fuera un sueño. No equivocándose, al despertar tenía a Dieter entre las piernas en una dedicada felación y masturbación que le tenían suspirando, junto con ello la idea de hacerse el dormido por pura vergüenza y culpa. No se le olvidaba que Dieter era el culpable de toda su desgracia y no le iba a dar en el gusto, primero muerto. 

Día dieciséis, la escena del día doce se repetía, esta vez de manera más intensa pues su esfinter se vio atacado pero solo por los dedos en una ansiosa penetración que le hizo llegar al orgasmo antes de lo esperado mientras Taehyung seguía fingiendo el que dormía.

Día diecinueve. la escena se repetía. De día su convivencia de Dieter era de lo más normal, bueno, dentro de lo que cabe. Era de noche cuando aquel parecía perder la resistencia, o quizás era el hecho de que tenía menos posibilidades de una negativa de Taehyung. Esa noche no hubieron orgasmos, pero si una tortuosa erección que le obligó a masturbarse.

Día veintiocho, la aventura nocturna volvía; esta vez no finalizando tras su orgasmo como se había estado repitiendo el patrón.  De hecho, había un cambio. Su anillo anal aún palpitaba por el reciente orgasmo y entonces sintió como Dieter ejercía presión, ya no con sus dedos, fue cuando comenzó a dudar sobre el abrir sus ojos o no. 

—Sé que estas despierto. Lo supe desde la primera vez, cuando te la chupé. —¿Qué? de seguro era una trampa. Desconfiado siguió con sus ojos cerrados. 

—Me da igual si abres los ojos o no, te follaré igual. Lo quiero y sé que lo quieres, de no ser así ya hubieras puesto resistencia como tantas otras veces. —el mayor tenía razón pero no se la iba a dar. Contuvo el aliento justo cuando le sintió adentrarse, por segundos creyó haber olvidado la sensación de tener a alguien dentro. Y ese alguien no era cualquier persona. Solo en ese entonces la culpa parecía haberse ido mientras sus manos se aferraban en la espalda ajena, llegando a arañarle la espalda a propósito en busca de dejar huella en esa piel que le seguía perteneciendo fuera como Jungkook o Dieter. 

Estaba cayendo en la red y de forma voluntaria. 

Al día siguiente follaron en la ducha, y por la tarde en la cocina cuando Taehyung se había animado a cocinar. Las verduras habían quedado a medio cortar sobre la tabla de picar mientras él acababa recostado sobre la mesa de centro con Dieter entre las piernas y un par de frutos rojos bañandole la pelvis, dejando huella hacia su sexo, huella que Dieter se había encargado de medio limpiar con la lengua. 

Follaron también en el sofá principal. 

El deseo sexual que hasta entonces Taehyung creía perdido, se había encendido tal cual maquina. 

—Mañana me voy. 
—Lo sé, Dieter, lo sé. —lo lamentaba pero a su vez no. Si bien habían mejorado las cosas entre ambos, Taehyug había hecho cierta trampa contra sus propios pensamientos pues en cada momento con Dieter se engañó pensando que era Jungkook. Su amado Jungkook, que de cierta forma si lo era, solo que el recuerdo quedaría solo para él y no para ambos. 

Eso había sido sacarle provecho a la situación y no volverse loco al seguir con una pelea inútil. Estaba cansado de eso. 

—Déjame tomar el control esta vez, ¿si? —aprovechando la desnudes de ambos, Taehyung fue a dar entre las piernas ajenas, engullendo la erección en una garganta profunda que le hizo quedar sin aliento por el sobre esfuerzo que significaba engullirlo por completo, Más cuando aunque el ajeno lo evitaba, terminaba por ejercer presión sobre su cabeza con una de sus manos. Forzándole a mantener la boca llena hasta que era libre de abandonar la acción. Su rostro se había encendido en un sonrojo mientras sus ojos lagrimeaban  tras la tos. 

—Tomatelo con calma. No me iré hasta que te llene de mi. —Taehyung asintió, el pensamiento era mutuo aunque en sentido contrario. No se olvidaba de que el que Dieter se fuera, significaba que Jungkook regresaría con Jimin y si bien no podía impedirlo, si podía sembrar los celos en aquel y fue lo que hizo. En un juego seductor, se encargó de dejar su huella en la piel ajena al succionar en lugares específicos. Centrándose en la pelvis al estar a la altura. Pecho, cuello, espalda, no quedaron en el olvido. 

Dieter no tardó en llegar al orgasmo, provocando que Taehyung no tuviera más opción que tragarse la totalidad del semen. Tras ello fue su turno, en lo que creyó solo sería una felación, acabó siendo un "beso negro" por primera vez. Jungkook nunca se lo había hecho y Taehyung creyó estar viendo las estrellas. Quién iba a pensar que la primera vez que le follaran con la lengua sería en tales circunstancias.
 
Una despedida memorable, en la que no podía faltar a Dieter mentiendose en su interior en un rítmico y enérgico vaivén que le dejó exhausto.

Ya no habría más Dieter ni Jungkook quién sabe hasta cuando. 

Por segundos creyó que estaba en libertad pero no, seguía ahí, pero solo. Eso hasta que Lia regresara. Lia. Pensó en Lia y en lo que habría sido de ella en ese mes fuera de su jaula. Esperaba que al menos ella hubiera tenido algo de libertad. 

Alguien golpeó la puerta de su habitación, por lo que se sentó en espera de que la persona entrara. Olvidando por un lapsus de que el único que hacia eso era Dieter, otra persona esperaría alguna respuesta. 

—Adelante. 
—¡Lia! —sin pensárselo demasiado y apenas vio a la ajena, se puso de pie para abrazarle. Notando entonces la timidez no común en ella. 
—Ho-hola. 
—¿Qué pasa? 
—Estás desnudo. —oh, lo había olvidado. Carcajeó y se apresuró en vestir, tomando lo primero que encontró. Un pijama de pantalón gris y camiseta blanca.
—Perdón. 
—No pasa nada, anda, levántate y ven a desayunar. 
—¡Claro, enseguida! tienes un montón que contarme ¿no? 
—Sí, algo así... 



El idol que desapareció.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora