Dulce y Lindo pecado ➳ Yang JeongIn

37.

Las horas pasaron mucho más lento de lo normal, se habían vuelto de nuevo pesadas y algo tediosas, y mucho más este día que estaba más que ansioso por salir de clases para tener una cita con Misuk.

Había sentido una euforia inmensa cuando escuché el timbre que avisaba nuestra salida, salí a grandes zancadas hacia la afuera y comencé a caminar hacia la casa de los Choon, no quedaba tan lejos.

♥

Había entrado en la casa, ella estaba en el sofá muy bien vestida mientras leía un libro, me quedé como un idiota viéndola, idolatrándola, sonriendo, sintiendo y pensando miles de cosas, todos sobre ella. Se removió un poco, nuestras miradas chocaron y torpemente aparté mi mirada, y luego solté una risita nerviosa.

–Hola JeongIn. – dijo algo extraña. – ¿Cómo te fue hoy en la escuela?

–Pues aburrido. – dirigí nuevamente mi mirada hacia ella, haciendo un pequeño puchero, haciendo que ella sonriera aún más. – Porque no estuvo ahí, ya me había acostumbrado a usted.

–Bueno dicen que un cuerpo tarda veintiún días para acostumbrarse, estuve el doble y un poco más como tu profesora de biología, pero no te preocupes pronto te desacostumbraras a no verme en la escuela a menudo. – fruncí los labios, a veces su actitud llegaba a ser hasta fría, y sí me encantaban todas sus facetas pero me gustaba más su lado dulce y adorable.

–Sí, también... ¿Cómo fue tu día? – mordí un poco mi labio inferior.

–Pues hice junto a Woojin varios trabajos que tenemos pendientes en la universidad y también pude lograr que me pasaran a las clases de la mañana, así que en unos días empiezo en ese horario... Sabes estamos perdiendo tiempo hablando de mí vida, puedes irte a darte una ducha rápida y ponerte una ropa más informal. – rasqué mi nuca y asentí con mi cabeza, fui a la habitación en la cual me estaba hospedando, fui al baño, me quité la ropa doblando el uniforme y de inmediato fui a darme una ducha bastante rápida, estaba planeando los posibles diálogos que podría tener en nuestra cita, pero no tenía ni una idea buena, hasta pensé en preguntarle si creía en los dragones, era demasiado infantil.

Quería verme más maduro para ella, porque era una persona con unos cuantos años más que yo, pero no podía, era mi primera vez experimentando amor y todos esos sentimientos de los que se hablaba en las obras románticas y aún sentía que no estaba cien por ciento listo para algunas cosas, pero estaba más que listo para amarla y tratar de siempre hacerla feliz. Me puse una ropa decente por así decirlo y peine con mis manos mi cabello un poco hacia atrás y salí rápido, mientras bajaba las escaleras mi corazón latía fuerte.

Ella se levantó al verme y una sonrisa adornó mis labios, estar junto a ella me hacía mejor, sabía que ella era todo lo que necesitaba cuando veía su rostro radiante.

Me acerqué a ella y torpemente sus labios llegaron a los míos, en un corto y placentero beso, ella sentía lo mismo que yo, lo notaba y eso me emocionaba. Al separarnos tomé su mano y entrelacé nuestros dedos.

– Nos iremos caminando ¿te parece? – asentí, ambos salimos de casa y cerramos la puerta con cerrojo.

Mientras caminábamos por la calle me sentía como la persona más afortunada del mundo, porque podía estar así con ella, después de tanto tiempo, y sin duda era uno de los mejores sucesos de mi vida.

– ¿Crees en los unicornios? – pestañeé varias veces por la pregunta tan aniñada y porque también pensé en preguntarle.

–Ehhh...no, no creo en los unicornios, ¿tú? – ella rió y negó con su cabeza, ambos caminábamos mientras estábamos muy concentrados en lo que el otro decía.