Dulce y Lindo pecado ➳ Yang JeongIn

27.

Acababa de dar la clase de Biología en el quinto A, eran muy tranquilos, pero sentía que no todos aprendían lo suficiente, la mayoría se perdían muy rápido, por lo cual tenía que explicar el triple que en los otros salones, pero no me molestaba, porque por lo menos salían de ese salón sabiendo algo y no con su mente vacía respecto a un tema.

Uno de ellos se me acercó después de que todos habían salido, se me hacía sospechoso, porque el chico apenas hablaba, se paró enfrente de mí, el solo movía su pie nervioso, mientras yo solo lo miraba.

– ¿Qué desea joven Lee? – por fin me miró a los ojos, estaba algo sonrojado, era adorable, muy adorable, pero no me transmitía ese hormigueo en mi estómago como cuando JeongIn lo era.

– Bueno...yo...– se quedó callado, su manzana de adán subía y bajaba a veces y se ponía más rojo.

–Joven Lee Felix, solo digame me estoy preocupando mucho por usted. –Hablé un tanto desesperada, quería que soltara la sopa.

–Tome. – me entregué una especie de carta, le iba preguntar sobre qué era, pero solo había huido. Tomé todas mis cosas y salí en cuestión de segundos a la sala de maestros. Los profesores siempre estaban patrullando los pasillos en recreo, pero hoy no lo haría. Debía tenerle todo organizado para cuando mi padre volviese, los porcientos de las calificaciones de cada estudiante, informes y demás y yo iba algo atrasada. Además los próximos días tenía que ir a la universidad, estaba ocupada para estás semanas.

Hoy tenía que hablar con la madre de JeongIn, me ponía nerviosa, sí le caía mal o pensaba mal, también no sabía que hablaría con ella, hay muchas preguntas que podría hacerle existentes, pero no podía decirlas sin pensarlo.

Chan estaba enfrente de mí, puse la carta que tenía un pequeño corazón en la mesa y también la computadora.

– ¿Qué es eso? – lo oí decir, levanté la mirada, Chan estaba muy curioso, demasiado.

– Esto. – señalé la computadora, el negó. Luego tomé el sobre y se lo mostré, él asintió. – No lo sé, me lo dio un estudiante hace poquito, tiene hasta un corazoncito. – señalé el pequeño corazón. Él frunció el ceño.

–Es una carta donde esa persona se te está confesando. – negué con la cabeza. ¿Me interesaba saber sí su hipótesis era correcta?, No, a mí no me interesaba tener enamorados, excepto JeongIn.

–No importa. – dije volviéndola a poner en la mesa.

– ¿Vas a tirarla a la basura? – eso era muy cruel, era como tirar los sentimientos del chico por la basura, yo no era de esa manera. Negué con la cabeza.

–No lo haré porque eso es muy cruel. – dijo escribiendo unos records en la computadora. – Ya no hablemos de esa carta.

↬

Según lo que me había dicho JeongIn su madre me esperaría en la floristería en la que ella trabajaba, me envió la dirección. Me encontraba nerviosa cuando abrí la puerta, sentía poca confianza de mi misma, puesto que es la persona que trajo al mundo al chico que me gusta y yo nunca había hablado a solas con las madres de los chicos que antes me gustaban.

Pero me sentía más nerviosa por toda las circunstancia y que yo necesito saber que decirle y no recriminarle nada de su esposo y quizás de ella, pero a veces cuando empiezo a hablar y no puedo cerrar la boca y no me puedo tragar una sola palabra ni mis pensamientos.

–La señora Yang. – le hablé a una chica como de mi edad. – ¿Se encuentra? – ella asintió. – ¿Puede decirle que la están buscando? – ella asintió. – Gracias. – ella me dejó y luego me dijo que fuera con ella. La seguí con los ojos puestos en las flores, yo no era tan fan de ellas, pero apreciaba cuando alguien me regalaba flores.