–Misuk:
Otro día de clases, sé que muchos me veían como un ogro, por lo disciplinada y reglas que ponía, pero era lo necesario, no quería que ninguno de ellos se pasara de listo conmigo.
Entré a la sala de maestros, tenía horas pedagógicas y lo aprovecharía para terminar la tarea de la universidad, miré a los profesores la mayoría de ellos me habían dado clases en un pasado, ellos me saludaron lo cual me agrado mucho.
Encendí mi computadora y entré a mis documentos, busqué mi trabajo y seguí redactando lo que ya previamente había hecho.
"Lo estás haciendo bien...
Mejor quita eso.
Uhhh eso suena fatal"
Se repetían una por una, mientras terminaba un párrafo, yo era demsiado exigente conmigo misma, por lo que le exigía demasiado a los alumnos, quizás ellos no eran igual que yo, pero sabía que mi exigencia les traería muchas buenas cosas, les iría bien si se dejaban orientar por mí en el tiempo que estaría con ellos.
El olor a café invadió mis fosas nasales, el café me recordaba a la cafetería, que era un lugar que me gustaba mucho, al igual que él café por las mañanas, despegue mis ojos de la computadora y miré hacia el frente, era un chico con una taza de café en sus manos.
– ¿Quieres? – ofreció con voz suave, abrí un poco los ojos, ni siquiera estaba mirando hacia donde mí y sabía que lo estaba mirando. – ¿Sí o no? – sonrió un poco. – Tengo café en mí termo.
– Mi padre me dijo que no aceptara cosas de extraños. – él soltó una carcajada, y se sentó en una de las sillas, quedando frente a frente, ahora que lo veía era un chico lindo.
– ¿Eres la hija del señor Choon? – asentí, era demasiado obvio, nuestras facciones eran parecidas. – Yo soy Christopher Bang, o mejor dicho, Bang Chan, soy el profesor de música del lugar.
– ¿Él señor Moon? – él señor Moon un hombre de sesenta y algo, era mi profesor de música hace varios años, era demasiado detallista y perfeccionista con la música.
–Se jubiló hace un año, luego de eso entre yo como el sustituyente del señor Moon. – tomó un sorbo de su café e hizo un tipo de mueca, parecía asqueado. – Ahora que no soy un desconocido para ti ¿quieres?
–Un poco. – se levantó y buscó una taza y me sirvió un poco de café y luego me paso la taza, le di un sorbo y estaba muy bueno.
–No me gusta para nada el café. – ¿para qué traía café y se lo bebía si no era así? – Lo detesto.
– ¿Y por qué lo tomas?
– Porque es lo único que me ayuda cuando me desvelo, y soportar no comer durante horas, pero el sabor del café es desagradable para mí, por eso me ayuda a que se me vaya el apetito. – lo miré sorprendida, a mí me gustaba mucho el café, todos los día tenía que tomarlo y él normal, diciendo que no le gustará.
– Pues yo lo amó, desde los cinco estoy tomando café al principio a escondidas de mí padre.
–Niña traviesa. – dijo con una risilla. – ¿Les das clases a los de quinto cierto? – soltó de un momento a otro, asentí. –Por favor préstale atención al joven Yang Jeongin. – lo miré sin comprender por qué lo pedía, pero aun así tengo que saberlo, para saber sí puedo ayudar en algo. – Bueno, el hace unos meses era un estudiante excelente, no tan solo en música sino que en todas las asignaturas, pero sus notas han caído en picada, y todos los maestros hablan de eso, él es un buen chico, y todos estamos tratando de ayudarlo, porque él tiene futuro, pero hay que volver a ponerlo en sintonía, ayudarlo a volver a ser el chico que era antes, enérgico, amable, comprometido. –Jeongin era bueno, podía verlo en su rostro, sabía muchas cosas, también era inteligente, estaba distraído, pero no sabía que era para tanto. – Tu de los profesores eres el que más llega a su edad.
– ¿Cuántos años tienes? – me miró de arriba abajo.
–Tengo 22, sí lo llevamos a edad coreana tengo 23. – él era muy joven, de la misma edad que yo.
–Somos de la misma edad Chan. – dije tranquila, sus ojos divagaron en mí cara.
–Pensé que tenías veinte, te ves más joven.
–Eso es bueno... Mira en Jeongin he visto un buen chico, muy distraído, pero se estaba esforzando mucho en la asignatura que imparto, lo ayudaré, pero, sí veo que en mí práctica de hoy su calificación es baja, actuaré de inmediato. – soltó una sonrisa.
– Eres una buena chica.
–Estudio psicología, nuestro trabajo es ayudar al bienestar psicológico y emocional de las personas.
➵
Entré a la clase de quinto B, donde estaba Jeongin, dejé todas las copias de la práctica boca abajo del escritorio, también deje todos mis materiales en él.
–Buenos días jóvenes. – ellos respondieron de la misma manera. – Hoy tendremos una pequeña práctica. – se escucharon los bufidos de muchos y vi como muchos rodaban los ojos, eran adorables, me recordaban a mis compañeros. – La práctica vale diez puntos, así que les pasaré las hojas, no quiero verlos fijándose del otro, porque sí no, perderán sus diez puntos de la práctica y perderán quince de disciplina, así que no se crean tan astutos, porque conozco todos los trucos. – tomé la práctica y comencé a entregarle una a cada estudiante, hasta terminar. – Pueden iniciar. – cada quien empezó muy tranquilo a llenar, comencé a pasearme por todos los lugares del aula, para que ninguno de ellos tuviera la osadía de copiarse de otro.
En treinta minutos ya todos habían acabado, dejé todas las prácticas en la mesa y les asigné tarea.
–Los minutos que quedan de mí clase, pueden salir al jardín. – el bullicio de todos como siempre se presentó, los miré con el ceño fruncido. – Salgan, antes de que arrepienta. – todos tomaron su mochila y salieron excepto Jeongin quien estaba con su mirada como el primer día en el jardín, caminé hacia él.
–Joven Yang. – él despegó su mirada de la ventana, y me miró, parecía estar algo aturdido. – Puede retirarse del aula.
– ¿Ya terminó la clase? – me reí bajito, era un distraído.
–Les pedí que salieran al jardín, en la hora que queda de clases, puedes salir sí quieres.
–No, prefiero quedarme y escuchar música con mis audífonos, prometo no molestar. – asentí, me di la media vuelta y me senté en la silla, empecé a tomar las practicas, leyendo cada una y viendo cual respuesta no era la correcta y cuales sí, está muy fácil por lo cual esperaba que todos sacaran buenos puntajes.
En unos diez minutos ya llevaba cuatro corregidos, esto se llevaba tiempo, cuando llegué al de Jeongin lo miré por unos segundos, y empecé a leer, fruncí el ceño e hice una equis roja al ver que estaba mal, hice ocho equis rojas, tenía dos preguntas buenas.
Levanté mi mirada hacia el chico, quien tenía su cara depositada en la mesa, mientras tenía los ojos cerrados o amaba la música o estaba sufriendo.
–Joven Yang Jeongin. – abrió los ojos de golpe. – Por favor venga necesitamos hablar.
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Espero que les guste el capítulo.
Veremos que pasa después, esperemos que sea algo más o menos bueno.
Nunca se sabe.
Nos vemos luego.
Pasen feliz resto del día o la noche.
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Dulce y Lindo pecado ➳ Yang JeongIn
Fiksi Penggemar"Ella no quería aceptar que se estaba enamorando de un dongsaeng" "El haría lo que sea para que ella estuviera con él" -El es un niño comparado conmigo, le falta muchísimo por vivir, yo no puedo robarle la juventud, debe conocer niñas de su edad y...